Se dice que el océano es el hábitat de alrededor de 230.000 especies conocidas, pero debido a que gran parte de este sigue sin ser explorado, el número de especies es mucho mayor, y posiblemente su cifra ascendería a los dos millones.
El océano en su conjunto cubre aproximadamente el 71% de la superficie de la Tierra y el 90% de la biosfera, lo que quiere decir que es parte integral de la vida, pues forma parte del ciclo del carbono y además influye en los patrones del clima y del tiempo.
Pese a su gran importancia en la vida y subsistencia del ser humano, cada 8 de junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos, una fecha para concientizar a la humanidad, sobre la necesidad de cuidar estas grandes extensiones de agua salada, que son vitales para el ciclo de la vida y, además, son un sostén planetario.
La problemática actual de los océanos en todo el mundo es la misma, pues no hay un rincón de él que se salve de los derrames de petróleo, los residuos tóxicos, y la acumulación desmedida de plásticos, que, sin duda, producen daños que afectan a todos los seres vivos, incluidos los seres humanos.
En un estudio realizado para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), en el año 2022, se señala que, la contaminación por plásticos ya está́ presente en todos los lugares del océano y casi todas las especies marinas la han enfrentado. Se cree que al menos un total de 2.141 especies han enfrentado la contaminación por plásticos en sus entornos naturales y la gran mayoría de estas interacciones estuvieron relacionadas con la ingestión, los enredos o la asfixia.
A lo largo de los años y ante el acelerado aumento de los daños a los ecosistemas, se han hablado de múltiples formas de mitigar ese impacto ambiental, y en este caso a los océanos. Una de esas es precisamente a través del turismo sostenible o ecoturismo, modelo que viene tomando cada vez más fuerza en la costa Pacífica de nuestro país, en zonas como el municipio de Nuquí.
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Allí, personas como doña Ruth Martínez Laizamo, le apuestan al turismo sostenible como una forma de conservación de los manglares y por supuesto, de los océanos.
‘Chachita’, como es conocida popularmente en el pueblo, tiene una posada ecoturística que tiene las puertas abiertas para todos aquellos que desean vivir la experiencia sin precedentes en el pueblo nuquiseño, y si bien, este es el negocio que le ha permitido sacar a su familia adelante durante varios años, ella siente que tiene una gran responsabilidad, pues es consciente de las grandes afectaciones que sufren los océanos por la enorme contaminación de plásticos y basuras.
Es por esto por lo que, junto a otras mujeres, conformaron el grupo ‘Mujeres conservando vida’, con el que se dedican enseñarle a los visitantes y nativos, la importancia de la conservación de los ecosistemas, para evitar daños irreversibles en el futuro, especialmente en los océanos.
“Nosotros tenemos que ayudar a que la gente haga buen manejo de las basuras porque toda la basura que se tira en el océano se convierte en una trampa mortal para las especies que se reproducen allí”, mencionó Chachita.
Su propósito es sensibilizar a la comunidad y por eso, además de recorrer los manglares y playas recogiendo los desechos que allí se alojan, pone a disposición de los turistas una experiencia de conservaciones de manglares, con el fin de resaltar la importancia de estos en el ecosistema y la necesidad que existe de preservarlos, pues cuenta que ha visto cómo la contaminación por plástico y basura ha ido acabando varias de las especies allí presentes.
En su posada se evita a toda costa el uso de plástico, sin embargo, lo que se utiliza es recolectado y enviado a la empresa de reciclaje para que sea tratado correctamente, y con los residuos orgánicos hacen compostaje y lo utilizan para su huerta.
Doña Ruth está convencida de que, solo educando a la población, el impacto en los océanos va a ser menor, pues “mientras unos sigan limpiando y otros sigan tirando”, la historia no cambiará.