Nancy María Trochez Montoya es una lideresa de víctimas del municipio de Florida, Valle del Cauca. Desde hace ocho lidera procesos con tejedoras del territorio para apoyar a mujeres víctimas del conflicto armado en su proceso de sanación y reparación integral.
Doña Nancy nació en el corregimiento de Pueblo Nuevo, el 6 de junio 1966, en la finca familia “El Descanso”. Allí, ella hizo toda su vida; estudió, trabajó con la comunidad, se enamoró, tuvo cuatro hijos y forjó su arraigo campesino.
“Fue una infancia muy bonita y con mucho amor. Un hogar muy humilde, pero con muchos valores”, cuenta doña Nancy.
Así fue su vida, en medio de cafetales y árboles de plátano, hasta el 27 de enero de 2002. Ese día, doña Nancy, y toda la comunidad del corregimiento, presenció cómo hombres armados descendieron por la montaña y comenzaron a amedrentar a la población. Con fusiles apuntándoles, los campesinos tuvieron que refugiarse en sus hogares esperando que lo peor pasara. Cuatro días después, los paramilitares del Bloque Calima de las Auc les ordenaron abandonar el territorio, lo que significó la huida de cientos de personas montaña abajo.
“Me tocó abandonar mi corregimiento, mi vereda y mis costumbres. Más porque yo soy campesina y yo toda la vida había estado allá”, dice doña Nancy.
A partir de esa experiencia doña Nancy asumió un fuerte liderazgo y comenzó a trabajar con y para las víctimas del conflicto armado. Por ello, en 2013, tras muchos años trabajando en otras cosas, ella conformó Creaciones Lorens, un taller de mujeres tejedoras de croché, malla, macramé, etc. que busca apoyar la reparación integral de mujeres víctimas, generando catarsis sobre el dolor de la guerra y recursos económicos mediante la elaboración de artesanías y su comercialización.
“Lo que fuimos tejiendo lo fuimos promocionando y vendiendo. Y las ganancias las repartíamos entre todas”, cuenta ella.
Para Nancy tejer no es solo crear piezas espectaculares como ruanas, cobijas, manteles, blusas y demás, sino también una forma de enfrentar y transformar el dolor de la violencia dejada por el conflicto armado. Es como una analogía entre el entrelazamiento de los hilos y la creación de redes de apoyo, entendiendo que, así como el telar se hace más fuerte con cada hilo, las personas y los grupos se fortalecen mientras más se trabaje por la paz.
“Tejer es un arte y muchas cosas más como tejer sueños, tejer esperanza, tejer memoria y lo más importante, de tejer paz”, Señala esta lideresa.
El éxito personal y colectivo de Creaciones Lorens hizo que doña Nancy sintiera la necesidad de ampliar el apoyo y la labor comunitaria que estaba haciendo. Por ello, el 11 de marzo de 2017, ella y 14 mujeres más, conformaron la Fundación Florida Tejiendo Paz, un espacio para generar procesos de construcción de tejido social mediante actividades vinculadas al campo y las artesanías. Con esta fundación doña Nancy ha logrado participar en proyectos como Somos Rurales, del Ministerio del Trabajo, para fomentar emprendimientos comerciales del ámbito rural de Florida, trabajando con campesinos e indígenas por igual.
“Somos rural nos reconoció a nosotras como víctimas de la guerra. Fue un proyecto que llegó a nuestra fundación en 2018. Nosotros lo que hicimos fue trabajar con las víctimas en el fortalecimiento del cultivo de frutas como mora y mango. Teníamos a cien familias de diferentes hechos victimizantes de organizaciones indígenas como Triunfo Cristal Páez y Nasa Kwe`s Kiwe y campesinos de los territorios de Florida de La Diana, de Altamira, La Rivera y El Líbano”, explica doña Nancy.
Ahora, el sueño de doña Nancy es que las tejedoras de Florida Tejiendo Paz tengan un escenario de exposición permanente de sus obras dentro del municipio. Ella cree que de esta manera sus tejidos van a comenzar a ser reconocidos y valorados, mejorando la calidad de vida de sus integrantes en el proceso.
“El sueño que yo he tenido es cómo conseguir un sitio para exhibir todo ese trabajo que hacemos y comercializarlos allí. No solamente las integrantes de la fundación, sino también todas las artesanas del municipio de la parte alta”, dice doña Nancy.
A pesar de que parte de la familia de doña Nancy volvió a Pueblo Nuevo, ella decidió no hacerlo por el dolor que le significa.
“Yo soy campesina, pero yo no vuelvo a Pueblo Nuevo por el dolor que me genera. La casa de allá es una casa triste. Ya no refleja la alegría de mi infancia”, expresa.
Sin embargo, con estas iniciativas doña Nancy da muestra de su fuerza y resiliencia, apostándole a la paz pese a las circunstancias y el dolor. Resignificando la rabia, el miedo y la pena moral en arte y oportunidades.
Nancy María Trochez Montoya es una persona que con sus manos entrelaza el hilo de los telares y el tejido de la paz.