Según organismos de socorro de la región y testigos presenciales, se informó que sus últimos movimientos fueron cerca de una laguna en el área conocida como "La Cominera".
En ese momento, Vitalia estaba a punto de cumplir 71 años. En esos días, tenía planeado ir al pueblo para recibir las ayudas gubernamentales destinadas a los adultos mayores. La familia acordó que viajaría sola al casco urbano y que una nieta la recibiría allí. Por lo tanto, se trasladó en el automóvil que recogía la leche de la vereda El Gobernador, donde residía.
Alrededor de la una de la tarde, la nieta llamó a Diana Fajardo para informarle que la abuela no había llegado, lo que generó preocupación. Durante una conversación con el conductor del automóvil, se mencionó que recordaban que Vitalia sí había llegado al pueblo y se había quedado en un lugar llamado IDEMA, pero no había más información disponible.
Esa misma tarde, José Antonio Leiber Fajardo Méndez se dirigió al pueblo para investigar la situación. De inmediato, notificó a las autoridades, a los organismos de socorro y a la población con el fin de obtener información o ayuda. Se escucharon comentarios de personas que afirmaban haberla visto en la calle o pasar por una carretera rural en dirección al resguardo Villa Lucía, lo que inició de inmediato la búsqueda en esa área.
Más tarde, al hablar con algunos residentes de la vereda La Cominera, se reveló que habían visto a Vitalia pasar por el camino el domingo en cuestión. Llevaba una tula (morral), una falda morada y una blusa blanca. La saludaron y le ofrecieron ayuda, recomendándole que regresara para tomar el automóvil que la llevaría al pueblo de Mesetas. Sin embargo, ella afirmó que iba bien y continuó su camino.
Las personas que la vieron decidieron seguirla y apoyarla, ya que pensaban que estaba perdida. Un grupo de aproximadamente cinco personas, junto con perros de caza, la siguieron rastreando sus huellas a través del calzado que llevaba. Aproximadamente a las seis de la tarde, llegaron a una laguna conocida como "laguna encantada". Observaron que las huellas frescas conducían hacia la laguna, por lo que el hijo de Ana Vitalia, junto con otros acompañantes, buscaron en esa área hasta que la luz del día les permitió trabajar, pero sin obtener ningún resultado positivo.
"Diana Berlín Fajardo Méndez y José Antonio Leiber Fajardo Méndez, hijos de Vitalia Méndez, afirmaron: 'Pedimos a las autoridades competentes en el tema que nos ayuden a encontrar o proporcionarnos alguna respuesta sobre la desaparición de nuestra madre. Aunque no figure como víctima de desaparición forzada, sigue desaparecida'. La incertidumbre de no saber qué sucedió con su madre el 18 de mayo de 2014 afecta emocionalmente a la familia", declararon.
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Dada la singularidad del caso, los habitantes de Mesetas comienzan a considerar la existencia de mitos y leyendas locales, como la del Duende, la Mohán y la Patasola, ya que la desaparición tuvo lugar cerca de la famosa "laguna encantada".
La búsqueda de Vitalia Méndez ha sido incesante y continúa. Se han formado grupos con la participación de autoridades, la alcaldía, organismos de socorro, oficinas de transporte, municipios cercanos, familiares, amigos, conocidos y miembros de la comunidad que se unieron a esta misión. Se realizaron búsquedas en caños, ríos, veredas cercanas, bosques y se utilizaron diversas herramientas.
"Diana Berlín Fajardo Méndez indicó: 'Hemos investigado con los grupos presentes en la zona y hemos consultado con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas para ver si alguien tiene alguna información, pero hasta ahora no hemos obtenido ninguna respuesta'", informó.
En la actualidad, la familia continúa formulando preguntas y buscando en diferentes lugares con la esperanza de obtener alguna respuesta. Conservan las pertenencias de Vitalia en casa y su cama sigue hecha, representando una esperanza viva y una pregunta sin respuesta: ¿Qué le habrá sucedido?