El 3 de octubre de 1937 nació en Cardeñosa, España, uno de los teóricos de la comunicación más importante de la contemporaneidad: Jesús Martín-Barbero. Y hoy nos dolemos por su muerte, producto de complicaciones derivadas del Covid-19, el virus más salvaje de nuestros tiempos. Su fallecimiento ocurrió ayer, 12 de junio, en Cali, la ciudad donde fundó en 1975 la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle.
Entre los más de 14 libros que publicó, uno particularmente impactante en nuestras reflexiones sobre la comunicación es ‘De los medios a las mediaciones’, editado en 1987. En este se hacen importantes consideraciones sobre cómo la comunicación determina y es determinada por los rasgos culturales de una sociedad. Eso obliga a que los medios masivos de comunicación se analicen desde una perspectiva mucho más amplia que la tradicional. En palabras de Martín-Barbero, el objetivo del libro es:
“Cambiar el lugar de las preguntas, para hacer investigables los procesos de construcción de lo masivo por fuera del chantaje culturalista que los convierte inevitablemente en procesos de degradación cultural. Y para ello investigarlos desde las mediaciones y los sujetos, esto es, desde la articulación entre las prácticas de comunicación y movimientos sociales”.
Entre las múltiples distinciones que recibió, se pueden resaltar sus 4 doctorados honoris causa, concedidos por la Universidad Nacional de Rosario (en Argentina), la Universidad Javeriana de Bogotá, la Universidad de Cuyo (en Mendoza, también en Argentina) y la Universidad de Antioquia. Estos reconocimientos son sólo una muestra del valor que tiene su trabajo para las academias en comunicación, antropología, semiótica y filosofía, entre otras.
Y esto es así porque el pensamiento de Jesús Martín-Barbero iba más allá de las teorías sobre la comunicación. Su trabajo encuentra, por ejemplo, raíces antropológicas y lingüísticas en procesos de apropiación de contenidos mediáticos. Sin duda, esta apertura a las diferentes áreas del pensamiento y su esfuerzo por establecer relaciones, hacen que sus investigaciones iluminen esa oscuridad que hay en la conexión entre los diferentes tipos de públicos y sus sociedades.
La muerte de Jesús Martín-Barbero es una pérdida en el presente. Pero su legado ha sido, y lo seguirá siendo, una inmensa ganancia para las generaciones presentes y futuras. Paz en su tumba y un infinito agradecimiento por los caminos que abrió.