¿Cuántas veces se ha mirado al espejo y ha reprochado por su apariencia física?, ¿alguna vez a se ha dispuesto a seguir una dieta, sin supervisión médica, en la que restringe casi por completo el consumo de algún alimento en específico?
Para muchos, una dita puede significar adoptar hábitos saludables en su vida para tratar problemas de salud, como la hipertensión o la diabetes, mientras que para otros es simplemente una serie de restricciones temporales que se toman para perder peso. Sin embargo, mucho se ha hablado de las consecuencias que puede traer para la salud la privación de alimentos sin supervisión médica.
Viviana del Pilar Rubio, nutricionista funcional y ortomolecular, habló con Radio Nacional acerca de la importancia de mantener una buena alimentación, que no excluya ninguno de los grupos alimenticios, para así mantener una salud molecular óptima.
¿Qué es una dieta restrictiva y por qué son peligrosas para la salud?
Iniciando por la etimología de las a palabra dieta, es un término que viene del griego ‘díaita’, que significa “modo de vida” y que en aquel entonces se refería a mantener control de los hábitos de vida en general, un concepto que no ha perdido del todo su vigencia.
“La palabra dieta se suele tener satanizada, sin embargo, el significado hace referencia al estilo de alimentación de una persona, su patrón alimentario, y a esos hábitos diarios referentes a la alimentación, pero también tiene otro significado y es ese plan especial que se le prescribe a una persona que tiene una enfermedad importante, por ejemplo, a una persona diabética”, explica la nutricionista.
Aunque la historia de las dietas data del siglo XVI, durante la década de los 70 las estas se volvieron una industria que prometía, y al día de hoy sigue prometiendo, perder peso fácil y rápido con diferentes métodos y productos, a pesar de las afecciones que esto puede traer a la salud.
“Por los patrones de belleza que se han impuesto y la publicidad, llega uno a tener un físico soñado, entonces se crean esos hábitos inadecuados con dietas restrictivas para personas que quieren resultados inmediatos”, expone Rubio.
Dentro de los puntos negativos que la doctora Rubio detecta dentro de las dietas restrictivas está que son patrones de alimentación que la gente no sostiene por mucho tiempo, además de que por lo general, al no ser guiadas por un profesional, sino copiadas de otras personas cercanas, estas “no cubren las necesidades nutricionales de cada persona, lo que puede llevar a un déficit de nutrientes”.
Finalmente, la doctora explica que al restringir grupos de alimentos van a haber afectaciones a la salud por el déficit de vitaminas y nutrientes, como es el ejemplo de aquellas vitaminas liposolubles, que son aquellas que el cuerpo absorbe más fácilmente a través de las grasas y los aceites.
¿Qué pasa en nuestro cuerpo cuando lo sometemos a dietas restrictivas?
Para entender qué pasa cuando no le damos a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita, hay que tener presente la nutrición celular.
“Estamos formados por billones de células, y la célula, que es nuestra unidad funcional, requiere de vitaminas y minerales para poder hacer bien todos sus procesos”, explica la nutricionista funcional. “Si mi célula está bien nutrida, va a funcionar adecuadamente, y de ahí para adelante, como un engranaje, todo funciona perfecto”.
Un déficit de vitaminas o minerales puede hacer que las células no funcionen correctamente, lo que, según explica la nutricionista, “hará que desencadene daños a las células que están al rededor y se va regando esa información negativa en el cuerpo”.
“Los cambios tan grandes que hay a nivel celular por ese déficit de esas restricciones en los alimentos es grandísima, y de ahí viene el cansancio, la fatiga, el agotamiento, aparte de todas las enfermedades que se van creando por ese engranaje que no está funcionando de la manera adecuada porque no le están llegando los nutrientes adecuados, y más si la alimentación incluye alimentos procesados, que nos llenan es de toxinas”, expone Rubio.
Es importante entender que los humanos al tener una alimentación heterótrofa, es decir, que se nutre de materia orgánica ya formada, tiene células que, entre otras cosas, son capaces de crear nuevas sustancias orgánicas complejas, como lo son las proteínas, que permiten que el cuerpo crezca y sea capaz de regenerar estructuras y daños en los tejidos, lo que justifica aún más la importancia de no descuidar la salud celular.
“Física y químicamente son muchísimas las reacciones negativas en el cuerpo, sobre todo por falta de nutrientes a nivel celular”, concluye la doctora Rubio.
¿Qué diferencia una dieta saludable de una dieta restrictiva?
“Una dieta balanceada es aquella en la que le damos a nuestro cuerpo todos los nutrientes que necesita de todos los grupos de alimentos, que sea equilibrada”, afirma la nutricionista, mientras que una dieta restrictiva “alguno de los grupos de alimentos se queda por fuera, se evita, y no va a haber un aporte completo”.
En su experiencia afirma que una dieta no siempre se debe relacionar cantidad con calidad, porque cada cuerpo tiene necesidades distintas.
“Las dietas restrictivas por lo general son excluyentes con algunos grupos de alimentos, dicen “quite todos los carbohidratos, o todas las grasas”, pero desafortunadamente hay muchos nutrientes que no los produce, sino que se los debemos dar mediante la alimentación y si nuestra alimentación es restrictiva, no los va a recibir adecuadamente”, explica.
¿Cómo se ve una buena relación con la comida?
Según la nutricionista Rubio, para tener una buena relación con la comida, y que esto se refleje en nuestros hábitos alimentarios, es menester tener una buena relación con nosotros mismos y trabajar en el amor propio.
“Debemos trabajar en la relación con nosotros mismos, tratarnos con amor, y empezar a tener una alimentación consciente, eso es simplemente que le prestemos atención a los que estamos comiendo, no es comer por comer, sino entender que cada alimento que estoy ingiriendo es la información que están recibiendo mis células, entonces si lo hacemos desde esa conciencia, nuestra selección de alimentos empieza a cambiar y deja de verse como una obligación”, reflexiona la doctora.
De esta manera, se podría concluir que, siguiendo la lógica de que el ser humano es un animal de costumbres, capaz de aprender y generar nuevos hábitos, comer mejor es una decisión, y si los cambios que hacemos son conscientes, serán sostenibles en el tiempo.
Según recomienda la nutricionista, hay que propender por tener platos coloridos, por ende:
Lo ideal es que siempre el plato lleve verduras tales como: lechuga, tomate, aguacate, espinacas, acelgas, brócoli, zanahoria, coliflor, etc.
Que un cuarto del plato lleve proteína.
Que haya una harina o carbohidrato, sin embargo, es importante que este no sea un alimento procesado, es decir, evitar el pan o las galletas, y propender por papa, yuca, granos.
En el caso de la fruta, es preferible comerla entera, con cáscara, y evitar los jugos, así mismo, incluirla preferiblemente en desayuno y almuerzo, no en la cena.
Acerca del Día Internacional Sin Dietas
Cada 6 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Dietas, esta es una fecha que busca promover la aceptación de nuestros cuerpos, y crear conciencia sobre lo nocivos que pueden llegar a ser los regímenes dietéticos estrictos, que pueden provocar enfermedades, trastornos alimenticios, e incluso la muerte.
La feminista británica Mary Evans Young fue quien le dio voz a esta fecha en 1992, convirtiéndose en una de las principales detractoras de las empresas de productos dietéticos, así como portavoz de los desórdenes alimenticios, como la bulimia y la anorexia, que estas provocan.
Pese a que la industria de la dieta es un negocio que ha venido en crecimiento durante siglos, y que solo en Estados Unidos ya genera $90 mil millones de dólares, se evidencia un cambio de mentalidad.
Según la empresa de investigación de mercados, Ipsos, un estudio realizado en 30 países encontró que el 45% de personas de todo el mundo dicen estar intentando perder peso, sin embargo, el 52% de estas personas, es decir, un poco más de la mitad, prefiere hacer ejercicio y comer de manera saludable, más no someterse a dietas para alcanzar su objetivo.
Y usted, conociendo esta información, ¿estaría dispuesto a someterse a una dieta?