Caricatura: Ricardo Rendón. ¿Es ospinista el liberalismo? Dominio público.
Yaneth Jiménez Mayorga
El 28 de octubre de 1931, Colombia se estremeció con la noticia del suicidio del caricaturista antioqueño Ricardo Rendón, una leyenda del trazo, la sátira, el humor, la crítica y la publicidad nacional. Ese día, al frente del café ‘La Gran Vía”, sitio obligado de la tertulia capitalina, partió del mundo terrenal, a los 37 años de edad, quien fuera uno de los personajes más enigmáticos y polémicos de la escena cultural, social y política del país.
Considerado como el mejor caricaturista del siglo XX y genio del trazo, Rendón trabajó para revistas y periódicos como Cromos, El Gráfico, El Colombiano, La República, El Espectador, El Tiempo y Panida, revista de arte y literatura de Medellín que reunió a una nueva generación de intelectuales de la cual Rendón era uno de sus máximos exponentes y donde se dice publicó sus primeros dibujos.
El antioqueño, además, se destacó como ilustrador gráfico, fue pionero de la publicidad gráfica, siendo el creador de la icónica imagen de los cigarrillos Pielroja (sí, la del indio pielroja), y participó en las campañas publicitarias de Freskola, Cigarrillos Pierrot, la Sastrería Francesa y la Compañía Colombiana de Seguros, entre otras.
“Esas labores alternas de ilustrador y dibujante publicitario le servían a Rendón para reforzar sus ingresos, que luego generosamente derrochaba en la bohemia bogotana. Pasó a ser el dibujante mejor pagado del país, pues sus entradas en ocasiones ascendían a más de mil doscientos pesos mensuales, en esos tiempos en que el presidente de la República se ponía mil quinientos duraznos y los congresistas, quinientos”, escribió Miguel Escobar Calle en ‘Ricardo Rendón: el humor hecho sátira; centenario del nacimiento del mejor caricaturista colombiano del siglo XX’.
Ícono
Rendón rápidamente ganó prestigio y fama no solo nacional sino en el exterior, tanto así que, según han comentado los conocedores de su vida y obra, se dio el lujo de rechazar múltiples propuestas, entre ellas, una del New York Times. Con su pluma satirizó y criticó el poder, la Iglesia católica, el imperialismo, la oligarquía, la corrupción, la violencia política, las jornadas electorales, el clero, hechos históricos como la Masacre de la Bananeras, la crisis económica mundial del 29, y el descenso de la hegemonía conservadora, entre otros temas.
Según la artista e historiadora Beatriz González Aranda, “Rendón fue principalmente un retratista. Según sus contemporáneos, sus retratos se adherían de tal modo al rostro de sus víctimas que las convertía en sátiras vivientes. Por medio de su arte logró que la caricatura fuera reconocida, que tuviera “estatus”, y ese fue gran parte de su mérito”.
La investigadora Laura Marcela Moreno Berrío, describe que “en momentos de ritmo acelerado e incertidumbres de todo tipo, Rendón modeló imágenes cargadas de símbolos críticos, lúcidos; representaciones burlonas, irónicas, corrosivas, satíricas o rebosantes de optimismo, henchidas por ideales de justicia y progreso”.
Sin duda, Rendón fue y sigue siendo un referente en las aulas, para los estudiosos de la política y el devenir del país, para historiadores, psicólogos, sociólogos, para quienes navegan por el mundo de las artes gráficas, la caricatura, la publicidad y el periodismo. Su influencia permea casi todos los ámbitos de la realidad colombiana.
Ahora digital
Parte del importante trabajo y herencia artística de Ricardo Rendón reposan en los acervos de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República en la sala de Libros Raros y Manuscritos y, desde el 5 de diciembre de 2021, se encuentra disponible en línea en la Biblioteca Virtual, en una colección digitalizada de 539 caricaturas.
La compilación es una apuesta por publicar en acceso libre copias digitales de las caricaturas originales que Rendón realizó entre 1921 y 1931 para La República, El Espectador y El Tiempo, e incluye además de las imágenes digitales en diferentes resoluciones, descripciones que profundizan en los temas abordados por el artista, personajes del campo político colombiano de la década de 1920, y algunas caricaturas que, al parecer, no fueron publicadas en su momento.
El valor agregado, señala Juan Pablo Angarita Bernal, coordinador de la Biblioteca Virtual del Banco de la República, “es que se hizo una investigación de cada uno de los documentos para construir, además de la descripción, un contexto riguroso que les permite a los usuarios no solo encontrar una imagen, sino información de valor con respecto a la obra de Rendón y hechos históricos del país”.
Historia hecha caricatura
La colección está dividida por ejes temáticos clasificados en movimientos políticos, periodismo, alianzas políticas, relaciones internacionales, mandatos presidenciales, elecciones, economía, movimientos sociales, administración pública y retratos, a través de los cuales se exploran las referencias contextuales, ideológicas y artísticas para facilitar la interpretación de las ideas propuestas por Rendón respecto a la política nacional en las primeras décadas del siglo XX.
“Es muy interesante ver cómo esta obra de Rendón permite establecer diálogos con el pasado para explicar y conocer cómo ha sido nuestra historia y traerlos al siglo XXI en un formato donde predomina el humor, el sarcasmo, la ironía. Son unas caricaturas bellísimas que pueden ser de interés también inclusive para personas a las que no les interese la política, pero sí el arte, la forma como se representan hechos con la pluma de Rendón”, agrega Angarita.
Cada pieza, explican en la Biblioteca Virtual, fue concebida como un objeto que contenía en sí mismo un fragmento de historia, una serie de acontecimientos, personajes e imaginarios relacionados con el particular sentido con que el caricaturista interpretó realidades complejas.
Entre otros datos que los usuarios pueden encontrar en la colección, están definiciones de los refranes, dichos y referentes literarios utilizados por Rendón para dar sentido a sus representaciones, así como los pies de imagen que se publicaron junto con las caricaturas. Así mismo, se añadieron diálogos o citas que complementaron lo expresado por Rendón en la imagen. Esta reconstrucción pretende acercar a los usuarios al repertorio cultural de Rendón y, en general, a su modo de “leer” el mundo.
Para explorar esta valiosa colección puedesingresar aquí.