Por: Ingrid García
En municipios de Nariño como el Tablón de Gómez, Los Andes Sotomayor, Pasto, Tangua, Policarpa, El Rosario, Buesaco y San José de Albán, ya se cuentan familias y comunidades enteras que lograron retornar e implementar proyectos productivos, de los cuales, en la actualidad devengan su sustento.
Otras aún se encuentran a la espera de las sentencias que les permitan regresar, pero siempre con la esperanza que un día volverán a su terruño.
Municipios | Sentencias | Inversiones por Proyecto Productivo |
Tablón de Gómez | 468 | 5.560.666.620 |
Pasto | 176 | 1.416.054.401 |
Tangua | 80 | 524.493.200 |
Los Andes | 46 | |
Policarpa | 22 | 26.954.500 |
San José de Albán | 10 | |
Buesaco | 9 | 50.179.000 |
El Rosario | 1 | |
Total | 812 | 7.578.347.721 |
Fuente: Unidad de Restitución de Tierras Territorial Nariño
Proyectos Productivos | Tablón de Gómez | Pasto | Tangua | Policarpa | Los Andes |
Café | 151 | | | | 12 proyectos formulados, en espera por ser implementados |
Ganadería de Leche | | | 4 | 1 |
Papa | | 22 | 13 | |
Tomate | 10 | | | |
Avicultura | 18 | 1 | | |
Ganadería | 13 | 35 | | |
Porcicultura | 4 | | | |
Cuyes | 1 | 1 | | |
Fuente: Unidad de Restitución de Tierras Territorial Nariño
Catalina Rosero, directora de la Unidad de Restitución de Tierras Territorial Nariño, le contó a Radio Nacional de Colombia que para el 2018 la meta es intervenir los municipios de Ipiales y Cordillera, así como concentrar esfuerzos en los municipios de Samaniego, Mallama, Santacruz de Guachaves, Ricaurte y Cumbal.
“Nosotros esperamos cerrar el año 2018 iniciando la intervención en estos municipios. Ahorita que se retoman las negociaciones con el Eln creemos que hay una posibilidad, pues porque estos son municipios de alta influencia del Eln. Nosotros esperamos responder con el mayor número de municipios intervenidos, el mayor número de sentencias y sobre todo el mayor número de proyectos productivos implementados”.

Algunas historias sobre retornos
María Rosario Lagos, es oriunda del municipio de los Andes Sotomayor. En el año 2006 las confrontaciones armadas entre guerrilla y paramilitares la obligaron, junto a su familia y gran parte de su comunidad, a desplazarse hacia el casco urbano del municipio pues temían por sus vidas.
Diez años después, María Rosario conoció sobre la posibilidad de ser reparada tras haber sido víctima del conflicto, ella y su comunidad, emprendieron acciones para lograr que en sus tierras les construyeran viviendas y les otorgaran beneficios para implementación de proyectos productivos.

“En nuestra tierra se da el plátano, el café, la yuca, el cacao, y nos parece muy chévere porque los proyectos productivos nos ayudan a salir adelante. Somos 45 familias y ya 17 de ellas han implementado el proyecto productivo”, puntualiza María Rosario.
La esperanza también llegó al hogar de Ilia Socorro Riaño, oriunda al igual que María Rosario, del municipio de Sotomayor, corregimiento El Carrizal, se dedica a la cría de cuyes y a la siembra de café y plátano.
Ilia Socorro salió de El Carrizal en condición de desplazamiento en febrero de 2006, junto a su esposo e hijo. Ella prefiere omitir detalles de los sentimientos que la embargaron a ella y a su familia durante el desplazamiento, pero sí describe lo que sintió cuando pudo retornar.

“Al principio me daba bastante susto regresar a mi casa, pero cuando ya volví, uno siente esa paz, porque es lo que uno ha tenido y donde uno ha crecido. Ahora nos sentimos más tranquilo, porque uno está en el lugar donde uno debe de estar”.
Actualmente Ilia Socorro manifiesta que le ha puesto todo el empeño a su proyecto productivo, pues es el que le da el sustento para su familia y además es la luz de esperanza que encontró en su camino, cuando creía que jamás podría volver a ver su tierra producir.
“Yo les puedo decir que retornar y seguir adelante es lo principal, es estar vivo, es poder sacar adelante la tierra que es de uno”.
Otra historia vivió, Otoniel Gregorio Champutiz, quien actualmente se desempeña como inspector del corregimiento de La Victoria, municipio de Ipiales. Su territorio fue quizá uno de los más afectados por el conflicto en el sur de Nariño.
“Esta zona antes de 1990 fue un remanso de paz, de tranquilidad, hasta que comenzaron a aparecer grupos armados y la presencia de Ejército y Policía, se generaron continuos combates y enfrentamientos, y fue allí donde la comunidad tuvo que desplazarse para proteger sus vidas”.

Gregorio afirma que los momentos más críticos los vivieron entre el año 2000 y 2007, sin embargo, cuando creían que prácticamente estaban en el olvido, la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras les devolvió la esperanza. Actualmente están a la espera de recibir las sentencias y la expectativa es grande por recuperar sus tierras para producirlas.
“Esperamos que se recupere todo el atraso, todo el olvido que ha tenido años anteriores, y ojala se empiecen a realizar proyectos de gran envergadura en nuestro corregimiento, pues tenemos mucho atraso”, señala.
Según cifras de la Unidad de Restitución de Tierras, Nariño cuenta con 814 sentencias, 653 familias beneficiadas, 54 municipios microfocalizados y el 84,32% del departamento intervenido.