Luis Horacio Gómez, un reconocido empresario manizaleño que en los años cincuenta había consolidado sus negocios en la capital caldense, se trasladó a Cali donde avanzó con la comercialización de tabaco. Ya en la capital del Valle en 1952 adquirió la Hacienda El Limonar.
El Arquitecto Álvaro Calero Tejada, allegado a la familia Gómez cuenta la historia de la Hacienda El Limonar, en Cali.
El Arquitecto Álvaro Calero Tejada, conocido como Cala y cercano a la familia Gómez, explicó que la casa sufrió unas reformas estructurales en su interior en el año de 1996, pero años más tarde – en el 2000 – se declaró como patrimonio histórico y arquitectónico de Cali. Tras esta declaración, la propiedad duró tres lustros cerrada y hasta hace tres años reabrió sus puertas para contar la historia del siglo pasado.
“Luis Horacio Gómez que era un hombre muy rico, un comerciante, la historia de él se está escribiendo porque la gente no sabe cómo fue un hombre tan rico, pero así: recto y correcto. Inclusive es la persona que trajo por primera vez aquí, a Colombia, la educación Waldorf”, aseguró el arquitecto Cala.
En el recorrido guiado, que suele realizar con diferentes grupos de turistas y otros interesados por la historia que guarda esta casa ubicada en el corazón de Cali, el arquitecto Cala explicó que es muy común que las familias de Manizales cuenten en sus viviendas con piezas propias de la cultura europea, precisamente porque la misma marcó a la generación del siglo pasado y por eso es que en esta vivienda (de manizaleños, en Cali) hay obras de arte provenientes de Italia y otros países del viejo continente.
“A Manizales llegaron los grandes talladores, todo eso es de Manizales, grandes talladores caldenses que cogían los libros y reproducían los muebles del siglo XVI, y cogían los libros y reproducían los muebles españoles en cedro”, indicó el Arquitecto.
Poco a poco, la vivienda de los Gómez se fue llenando de obras hechas por artistas contemporáneos en diferentes técnicas: pinturas, esculturas, obras en madera y muebles que, entre otras, eran talladas por expertos que aprendieron este oficio en Manizales.
Una de las obras que se salvaron de un incendio, hoy reposa en El Limonar.
Este ángel se salvó de un incendio y un terremoto que afectó a Manizales; es uno de tres que aún existen en Cali y Manizales.
Al interior de esta casa, que parece más un museo, se encuentra uno de los tres ángeles de porcelana que se salvaron de un incendio de gran extensión, que afectó a Manizales en el año de 1925. Producto de las llamas, los vidrios que estaban a su alrededor, se amalgamaron y los ángeles siempre estuvieron unidos, aunque en medio de otra situación, los ángeles se separaron.
“En el almacén en donde estaban estas piezas se derritieron las botellas de champaña y encima quedaron tres angelitos, y después del terremoto del año 1979, cayó una pared sobre la mesa donde estaban esos tres angelitos y se partió en 3, y entonces, a 3 personas de la familia le tocaron una pieza de estas”, señaló Cala.
Hoy, en los jardines aledaños a esta casa en El Limonar (10 mil metros cuadrados), se realizan desde matrimonios, hasta encuentros empresariales, lanzamientos y otros que siempre llevan la impronta de aquella Cali de mediados del siglo pasado.