Retrato de José Eustasio Rivera, tomado de Tierra de Promisión de Editorial Minerva / Banco de la República
Rafael Trujillo
Al llegar este mes a 101 años de su primera edición, ‘Tierra de promisión’, el libro de poemas de José Eustasio Rivera Salas, se ha convertido no solo en una de las obras clave de la literatura colombiana e hispanoamericana, sino en un eje fundamental para el desarrollo de las letras en América.
De hecho, su obra erigió a la naturaleza en la protagonista central, principio que también asumirán luego otros autores en sus libros, novelas y relatos a lo largo y ancho del continente.
Rivera, nacido en Neiva en 1888 (la ciudad no era todavía capital, pues el Huila no había sido creado como departamento), y fallecido en Nueva York (Estados Unidos) con apenas 40 años, fue el autor de dos grandes obras que le dieron reconocimiento nacional e internacional.
La primera fue, en 1921, su libro de sonetos ‘Tierra de promisión’. Tres años después, en 1924, presentaría la novela ‘La vorágine’. Las primeras líneas del poemario marcarían el comienzo de una mirada profunda a la naturaleza.
Soy un grávido río, y a la luz meridiana
ruedo bajo los ámbitos reflejando el paisaje;
y en el hondo murmullo de mi audaz oleaje
se oye la voz solemne de la selva lejana.
Para el académico, escritor e investigador Jorge Guebely, “desde el punto de vista literario, ‘Tierra de promisión’ es un paso adelante en la poesía de América Latina”.
El experto explica que, hasta entonces, las miradas poéticas en América recogían lo que se hacía en Europa. Poetas, como el nicaragüense Rubén Darío, mostraban una realidad distante. “Con Rivera aparecen el río, la montaña, la llanura, los campesinos, los jaguares, la exuberancia de América”, agrega.
Para Guebely, la tierra de promisión a la que observa Rivera con sus 55 poemas es “un volver a lo sagrado, pero en el sentido de buscar al ser humano. Para Rivera, el ser humano estaba alienado, desconfigurado, y había que volver a la tierra prometida, al ser”.
Como refirió el escritor William Ospina, “en Colombia hay una mitad del país que no hemos visto. Esa enorme región de llanuras, de selva y misterio, tiene en nuestra literatura un solo nombre: José Eustasio Rivera”.
El escritor Félix Ramiro Lozada, uno de los más eminentes investigadores huilenses de la obra de Rivera, menciona que, con ‘Tierra de promisión’, “José Eustasio es considerado como uno de los nombres más importantes de las letras colombianas, y concretamente de ser un gran escritor sobre el tema de la naturaleza”.
Pero además, en estos sonetos se fijan las bases de la futura novela: “Cuando un estudioso revisa, ahí está el comienzo de lo que será ‘La vorágine’. Se encuentra tanto la selva como el llano… todos esos elementos de la naturaleza que están tanto en una como en otra obra”.
Lozada confirma que varios de los más importantes estudios en torno a la vida y obra de Rivera, comenzando con sus poemas, aparecen en investigaciones de universidades de Estados Unidos, Europa y México.
Por ejemplo, la Universidad de Kentucky (Estados Unidos) detalla en sus Estudios Hispánicos dos análisis, uno de los cuales pone la obra de Rivera al mismo nivel de Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa (‘Ficciones de Patagonia: la construcción del sur en la narrativa argentina y chilena’, por Silvia E. Casini).
Por su parte, Martha Cecilia Andrade, docente, escritora e investigadora, señala que este poemario de gran injerencia en todas las letras de lengua castellana y en muchos otros idiomas.
“Estos 55 sonetos son el nacimiento del escritor, no solo para la vida personal y literaria de Rivera, sino para la literatura colombiana, española y universal”, resalta.