Nacido en San Jacinto Bolívar en 1912 y fallecido en 1988, Miguel Antonio Hernández Pacheco, mejor conocido como Toño Fernández, aprendió a tocar la gaita a escondidas de su padre. Años después se convertiría no solamente en la cabeza de los legendarios Gaiteros en San Jacinto, justo cuando la tradicional agrupación empezó a arañar las mieles del éxito, sino además en el mejor repentista y decimero de su región, pionero en la creación de letras para piezas de gaita que hasta ese momento eran exclusivamente instrumentales.
Conocido por su talante enérgico y por su total carencia de falsas modestias, el músico sanjacintero fue responsable de la consagración, en Colombia y el mundo, de Los Gaiteros de San Jacinto, gracias entre otras labores al primer puesto obtenido por el grupo en el Festival Internacional Folclórico de Cáceres, España, y a las grabaciones realizadas en la década del 70 por el sello CBS, que incluyen algunos de sus temas más famosos como “La maestranza”, “Zoila”, “La escoba” y “Candelaria”.
En el libro “Seis juglares en su patio”, en coautoría de Alberto Salcedo Ramos, el cronista Jorge García Usta hablaba del talante algo megalómano de Toño Fernández. No es gratuito que su crónica se llamara “El hombre que era más que todo el mundo”. Allí se reseñan anécdotas del gaitero y su vida al servicio del arte de la cumbia.
Dice García Usta: “Si algo caracterizaba la personalidad de Fernández era su sentido de aventura y su audacia sin fronteras. Como se sentía inteligente y podía someterse a una disciplina casi desconocida en el medio, vivía probándose a sí mismo, en lances muy arduos con músicos mayores.
En casa de su abuela, se ponía a tocar con Federico Luna, que ya era hombre de famas; pero su mayor felicidad como gaitero aprendiz, fue vérselas con una de las leyendas de la región, Teófilo Mendoza, padre del gaitero Mañe Mendoza, y según se decía, ‘un hombre que era más que todo el mundo’. O sea, dice Fernández, ‘lo mismo que fui yo después’.
Quienes vivieron las primeras épocas de gloria de los célebres Gaiteros de San Jacinto aseguran que era muy fácil saber dónde estaban tocando, gracias a los agudos y poderosos gritos de Toño Fernández. Tras su muerte en 1988, familiares suyos como sus sobrinos Nicolas Hernández y Juan “Chuchita” Fernández se encargaron de llevar la posta de la tradición del legendario músico sanjacintero.
Este 2 de diciembre conmemoramos los 30 años del fallecimiento de Toño Fernández, el Padre de la Gaita. Por eso es nuestro Artista de la Semana.
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