¿Renace el muñeco Angelino? Este fue el anuncio de la fábrica que lo creó
El que fuera el muñeco de moda en los años 70 y el que la mayoría de niñas soñaba tener, vuelve de la mano de la tercera generación de los fundadores de la emblemática Fábrica Nacional de Muñecos.
Para muchas niñas y niños de la década de los 70 en Colombia, uno de sus máximos sueños era tener un juguete de la Fábrica Nacional de Muñecos, la emblemática compañía colombiana creadora y productora de muñecos como Ricardo, Paola, la Tilly, Peppino, Gina la Patinadora y el icónico Angelino.
En esos años, previo a la Navidad, las vitrinas de almacenes de cadena de la época como El Tía, el Ley o Cafam se atiborraban de cientos de muñecos en sus cajas de cartón, esperando ser llevados a su nuevo hogar.
Uno de ellos, de pelo rubio, mejillas rosadas, tez blanca, labios rojos, ojos azules, chupo, patines, sombrero y traje azul se “robó” el corazón de generaciones de niñas y familias del país. El adorable Angelino, muñeco que hoy más de 50 años después, Sebastián Bernal, nieto del fundador de la Fábrica Nacional de Muñecos, Jorge Humberto Bernal, quiere traer de regreso.
“Yo sabía que Angelino había sido todo un fenómeno no solo para la fábrica sino para la industria del país. No obstante, quise indagar más sobre la empresa”, señaló Sebastián Bernal.
“Explorando en internet y preguntando a las personas, descubrí el gran cariño que la gente le tenía a la fábrica y a Angelino, y cómo las niñas de ese entonces (hoy en día, madres, abuelas) expresaban esa nostalgia o deseo no cumplido, lo que me dio la idea de abrir redes sociales de la Fábrica Nacional de Muñecos para “escuchar” los anhelos de todas estas personas”, añadió.
A través de los medios sociales, el joven Bernal ha podido evidenciar que a pesar de los años y a que la Fábrica dejó de producir los muñecos y se liquidó definitivamente en el 2013, el angelical muñeco sigue despertando sentimientos de ternura, amor, dulzura, alegría, añoranza y esperanza.
“Sentimos que era importante agradecer a todas esas personas que nos demostraban ese cariño, a las que aún conservan el muñeco y a aquellas que por alguna razón no pudieron tenerlo. Así que este año decidimos diseñar unos certificados digitales de autenticidad y pertenencia para enviarlos a quienes nos mostraron su Angelino, una campaña con la cual entregamos, en muy corto tiempo, cerca de 1.000 certificados”, aseguró Bernal.
La acogida fue tal que le hizo reflexionar a Sebastián y a otros integrantes de la familia sobre la posibilidad de volver a fabricar el muñeco, esta vez ya no de forma industrial ni para grandes mercados o almacenes de cadena sino personalizado.
“Aunque elaborar un muñeco de las características de Angelino en las actuales circunstancias toma más tiempo y no es fácil por muchas circunstancias, queremos hacer el esfuerzo de fabricarlo uno a uno y así brindarles a las personas la oportunidad de volver a abrazarlo o tenerlo por primera vez”, destacó el hijo de Ricardo Bernal (quien inspiró el nombre de otro de los muñecos insignia de la Fábrica Nacional de Muñecos).
Para Adriana Gutiérrez, una bogotana de 54 años, ahora residente en España, a quien sus padres le regalaron el adorable Angelino, la sola idea de que vaya a volver la llena de gran alegría.
“Siempre lo tenía al lado mío, dormía con él. Recuerdo que una vez, en una pataleta, le dije a mi mamá que me iba de la casa, hice la maleta y allí metí a mi Angelino y un payaso, los únicos muñecos que empaqué. Tiempo después, cuando dejé de jugar con muñecos, mi mamá donó a Angelino (en perfecto estado porque lo cuidaba mucho) a una institución. Me dio pesar que lo regalara, pero me convenció de que otra niña también podía disfrutarlo. A mí me quedaron los mejores recuerdos de infancia”, dijo.
Recordar es vivir
Según cuenta Arturo Bernal, hijo del fundador, y quien fuera por cerca de 20 años el jefe de producción de la compañía, Angelino está inspirado en un muñeco hecho en Italia, el país referente mundial de la industria en esa época.
“Mi papá viajaba todos los años a ferias internacionales de muñecos con el ánimo de conocer la mejor tecnología, las innovaciones, y los materiales para traerlos al país y ofrecer un producto con altos estándares de calidad. Con estas herramientas y el conocimiento adquirido creó, entre otros, en 1972 a Angelino que con la referencia 604, hacía parte de la línea dinámica, es decir, la de los muñecos que hablaban o tenían movimiento”, señaló Arturo.
Línea que complementaban con la referencia 603, Tilly, la muñeca que cargaba un bebé en sus brazos; Bambina con la 602 y con la 601, Michella, la primera muñeca de disco que se hizo en Colombia caracterizada por su mameluco rojo, buso amarillo, medias blancas y zapatos negros de charol, y por su canto de “estaba la pájara pinta sentada en un verde limón”.
Si bien la mayoría de muñecos de la Fábrica Nacional de Muñecos tuvo gran acogida (basta con recordar a Ricardo o Ricardito), Angelino (que al quitarle el chupón lloraba y al volvérselo a poner se calmaba, y que en sus inicios tenía una mecedora), se convirtió en la estrella de la empresa bogotana, “tanto así que tuvimos años en que se fabricaban hasta 60.000 Angelinos por año. La producción la iniciábamos en agosto y nos tocaba contratar más personal del fijo que teníamos para lograr cumplir con la demanda”, recuerda Arturo.
Pero, ¿qué hacía tan especial a Angelino? “Esa es una pregunta que siempre me he hecho y que aún no término de responder”, dijo Sebastián.
“Yo no había nacido cuando se creó Angelino, pero preguntándoles a mis tíos que hicieron parte de la Fábrica y personas que trabajaron allí, muchos coinciden en que era un muñeco muy tierno, y también creo que a veces suceden en la vida cosas mágicas con las que la gente se “conecta”, se “enloquece”. Yo creo que Angelino logró cautivar de una manera increíble el corazón de las niñas y de las familias colombianas”, agregó.
Hoy, más de 50 años después de la aparición del primer Angelino y casi 25 de no fabricarlo, los herederos de una historia colmada de alegría para niñas, niños y familias colombianas abren su corazón y sus redes sociales para conformar una comunidad en torno al icónico muñeco y para quienes deseen tener su propio Angelino, “porque el niño interior nunca debe morir”, recalcó Sebastián.
Así que si tú, una amiga o un familiar sueñan con tener su propio Angelino, fabricado de forma personalizada, solo deben unirse a las redes sociales de la Fábrica Nacional de Muñecos para conocer el proceso.
“Queremos fabricarle a cada persona un muñeco que sea de colección, unidades muy esmeradas, muy bien trabajadas, que si bien pueden tardar un tiempo para la entrega (que puede ser mínimo de 30 días) serán muñecos de calidad superior pero con el mismo espíritu”, apuntó Sebastián.
Y recordó: “Cuando le quitas el chupo llora, para que deje de hacerlo abrázalo contra tu pecho o ponle el chupo”, la frase que acompañaba al Angelino.