Las chivas o bus escalera, el transporte que se resiste a desaparecer en Ituango, Antioquia
Las chivas son originarias del departamento de Antioquia. El primer modelo fue construido en Medellín, un ejemplar muy básico para la época, construido con techos de lona y cuatro bancas. Con el pasar de los años las fueron modernizando y les pusieron un ‘capacete’ o segundo piso a donde se llega por una escalera situada en la parte posterior, con el fin de que los campesinos pudieran transportar sus productos.
En el siglo XX las chivas fueron rápidamente adaptadas en todo Colombia y en el año 2008 fueron declaradas patrimonio cultural del país, convirtiéndose en vehículos de transporte de carga y pasajeros con potentes motores que tienen la capacidad de movilizarse por las vías más empinadas y resistiendo a las inclemencias del terreno y clima.
Hoy, a pesar de un sin número de vehículos nuevos que integran su competencia, se resisten al olvido y prestan cada vez un mejor servicio, acompañado de largos recorridos que sirven para conocerse entre sí, intercambiar experiencias y hacer nuevas amistades.
En el municipio de Ituango, Antioquia, desde hace 60 años las chivas han sido el medio para que los campesinos movilicen al casco urbano sus cargas de café, frijol, trasteos y en muchos casos hasta marranos. Además, son el medio de comunicación de muchas personas que viven en zona rural y no cuentan con señal telefónica, pues no hay viaje al que falte una razón o una encomienda que se deba entregar.
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“Hace 60 años había cuatro escaleritas modelos 45 las que empezaron a prestar el servicio en zona rural de Ituango hasta donde iban las puntas de las vías que había en ese momento, que eran tramitos muy pequeños, pero la gente aprovechaba e iba y llevaba sus cositas. Con el correr de los tiempos las chivas se fueron incrementando”, expresó Pedro Rivera, agente de transporte y habitante de Ituango.
Actualmente en Ituango circulan 14 chivas o bus escalera que prestan el servicio de transporte, en su mayoría en la zona rural. Al día se movilizan entre 150 y 200 personas, aunque esta cifra varía dependiendo la época del año, como semana santa, vacaciones de mitad de año y en el mes de diciembre.
“Las chivas son el transporte más viejo del municipio de Ituango, en ellas transportamos sueños, víveres, familiares y visita. Llevamos toda la vida con este transporte, desde que empezó prácticamente el transporte vía carreteable acá en el municipio. Anteriormente era a lomo de mula todo”, agregó Pedro Rivera.
Su falta de amortiguación y de cojinería más cómoda no son obstáculo para que los campesinos se sientan seguros a la hora de rodar. Siempre habrá un lugar en estos vehículos para cualquier viajero, sin importar que tan maleteado se encuentre o si lleva a sus mascotas, ya que muchos aprovechan el fin de semana para comprar insumos, hacer mercado o visitar algún pariente. Entre otras cosas, es el principal motor que mueve parte importante de la economía de la región.
“Las chivas son muy importantes para nosotros ya que es el único medio de transporte para sacar nuestros productos a la cabecera municipal como son el café, el frijol, el plátano, la yuca y demás productos. Sin este transporte no podríamos sacar los productos al pueblo, ni traer los víveres a nuestras veredas”, Indicó Gonzalo Valbuena, habitante de la vereda Palmita de Ituango.
Un transporte que al mismo tiempo es sinónimo de desarrollo en el sector campesino. En muchos de los casos no cuentan con recursos suficientes para tener su vehículo propio donde puedan mover sus productos, tal como lo manifiesta Javier Parias, presidente de la Asocomunal de Ituango:
“Las chivas para nosotros han sido ese motor del desarrollo y un ejemplo grande de resiliencia y de trabajo comunitario, porque Ituango ha crecido de la mano de las chivas y hoy son para nosotros un emblema, un gran orgullo”, explica Parias.
Al volante de estos vehículos se encuentran personas experimentadas para maniobrar las difíciles trochas adornadas de huecos, abismos, pero también de hermosos paisajes naturales entre las montañas. Sebastián Pérez Úsuga lleva dos años manejando la chiva llamada ‘La 40’, es el conductor más joven del municipio de Ituango, pero con enriquecedora experiencia al frente de este vehículo. Su conocimiento lo heredó desde muy niño, cuando veía a su papá manejando y se animaba a acompañarlo en sus intensos recorridos que aún perduran.
“Casi toda mi familia se ha dedicado a la conducción, mis tíos, mis hermanos, mi papá es el dueño de la chiva, entonces me han inspirado mucho a esa vocación. Hace 22 años tenemos ‘La 40’ que tiene una capacidad de 46 pasajeros. Hago rutas para Santa Rita, La granja, El Cedral, Santa Lucia, Chontaduro, La florida y trabajo todos los días de la semana ya que de esta labor depende mi familia”, manifestó Sebastián Pérez Úsuga.
Como la de Sebastián son muchas las historias que hay alrededor de estos vehículos de carga y pasajeros adornada de colores y nombres que las diferencian en el municipio de Ituango. Y aunque sea muy común encontrar nombres como: El Gamín, La Niña Consentida, El Rey de la Trocha, La Verde, La Café, La Manuela y La 40, todas tienen el mismo fin: ¡brindar un servicio que se resiste al olvido y se perfecciona con el pasar de los años!
