A lo largo de la historia, las comunidades indígenas y tribus del mundo han tenido como una de sus prácticas culturales más representativas el tatuaje, un arte que ha sido utilizado con diversos propósitos, entre ellos: para rituales religiosos, espirituales y medicinales, con un fin estético y/o como elemento de representación de estatus social o de pertenencia a una tribu.
Un arte ancestral que Marbel Vanegas y David Hernández, dos productores audiovisuales integrantes de la etnia Wayuu, buscan fortalecer a través de un proyecto de investigación y comunicación que incluye la realización de foros, muestras y conversatorios, así como la realización de piezas radiales, contenidos educativos y la puesta en marcha del rodaje del documental 'Buscando las marcas del asho'oju'shi', nombre que recibe el tatuaje Wayuu.
"Lo que pretendemos es revitalizar o generar conversaciones con respecto al tatuaje tradicional de nuestra comunidad, a su práctica, pero sobre todo, reflexionar sobre por qué se ha ido perdiendo en nuestras comunidades, su importancia como expresión de nuestra iconografía y como una de las formas de identificarnos como pueblos", manifiesta David.
Te puede interesar:
Para ello, el par de realizadores emprendió hace cuatro años un recorrido por los territorios sagrados de la comunidad en la Alta Guajira en busca de dialogar con los practicantes que mantienen viva la tradición y "profundizar sobre qué pasó en nuestros territorios, quiénes en nuestra familia están tatuadas, cuál es la postura frente a la práctica, y el significado espiritual que tiene el tatuaje para nuestros pueblos según el relato fundacional de nuestros abuelos y abuelas", apunta Hernández.
Cabe señalar que en el caso de los Wayuu, el tatuaje ha servido como elemento identificador de los clanes o castas que conforman la comunidad, cada uno representado por un símbolo y un animal, figuras cuyo origen se remonta a la época colonialista cuando se marcaba a fuego vivo al ganado y a los indígenas como una forma de ser reconocidos como esclavos.
Un tatuaje que desde lo espiritual, agrega David, tiene un significado especial frente a la muerte, ya que se utiliza para "no perderse" en el camino al Paraíso cuando alguien muere. "El tatuaje le da la posibilidad a quien está trascendiendo de identificar el agua clara y llegar a Jepirra, el camino de los Wayuu muertos. Además, como elemento para identificar a nuestros seres queridos cuando vamos hacia el más allá", explica.
Lee también:
La piedra fundacional
Para entender la importancia que tiene revitalizar el tatuaje tradicional o asho'oju'shi en la comunidad Wayuu es necesario, explica David, primero escuchar a los abuelos y abuelas respecto de la práctica y su simbolismo cultural e histórico; y segundo, adentrarse en lo que significan las piedras sagradas de Aalasü, ubicadas en el corregimiento de Siapana en la Alta Guajira, sobre las cuales se encuentra grabado un conjunto de signos y jeroglíficos que representan los clanes o linajes Wayuu.
Así se pueden encontrar símbolos como la cataneja, que representa al clan Epieyuu; el tigre al clan Uriana; la culebra sabanera, como representación de los Jusayuu; el burro que representa al clan Epinayuu, la hormiga como representación de los Pushaina o la perdiz que representa el clan Wouliyuu.
Símbolos que se representan en el ganado y en objetos como cerámicas, mochilas y chinchorros como una forma de determinar la familia o clan que realizó dicho objeto. "A partir de esa iconografía plasmada en la piedra se marcan también lanchas, botes, tejidos y maquillaje, así como los tatuajes para los cuales se utilizan herramientas básicas como la ceniza vegetal (que hace las veces de tinta) y la espina de cactus", explica David.
También te puede interesar:
Tradición que para los realizadores audiovisuales es necesario rescatar no solo por su significado espiritual sino para reivindicar el arte milenario del tatuaje como manifestación artística que debe ser valorada por los vínculos que tiene con la naturaleza y los diálogos que permite a través de la iconografía.
"Nos hemos inspirado en el pueblo Nasa de Colombia y en comunidades en el mundo como los Maorí de Nueva Zelanda, quienes han revitalizado su cultura a través del tatuaje. Y queremos hacerlo llegando a los más jóvenes de forma tal que puedan acercarse y entenderlo y se conviertan en multiplicadores del mensaje y de la tradición", señala Hernández.
De ahí la apuesta por difundir el arte y generar conversaciones entre las personas Wayuu que permitan establecer estrategias como la realización de eventos para recaudar fondos y organizar eventos como el primer encuentro de tatuadores Wayuu en La Guajira, y continuar con el largometraje, que empezará a rodarse en agosto de 2024 y que esperan estrenar en el 2025. Asimismo, generar otros espacios que faciliten la reflexión en torno al desarrollo de la práctica en el territorio.