En medio del exuberante jardín que es el Cauca, se esconde Piedra Santa, un lugar ancestral en las montañas asombrosas que rodean el Resguardo de Pitayó, entre los municipios de Silvia y Jambaló. A el se llega por los mismos caminos que 200 años atrás recorrieron tropas realistas, y mucho antes, guerreros indígenas en medio de correrías por territorios de gran belleza.
Piedra Santa está enclavada en las estribaciones de la cordillera central, justo donde la neblina pinta de blanco los verdes bosques en las colinas del Resguardo Indígena de Pitayó. A solo cinco minutos de Jambaló, por una vía asfaltada que recorre fincas, potreros y casas tradicionales indígenas, este lugar recibe a propios y extraños en medio de una atmósfera mística.
Lugar de paz y tranquilidad
Luis Adelmo Calambás, es uno de los líderes que, a punta de esfuerzo, incluso remando en contra de las reservadas costumbres indígenas, ha impulsado junto a la comunidad de la zona un nuevo manejo en Piedra Sentada: el del turismo.
“Aquí la gente no solo encuentra un lugar de ensueño, paz y espiritualidad, sino un espacio para la reflexión. Buscamos, también que nuestros visitantes valoren la cultura de los pueblos indígenas y ayuden a conservar las tradiciones propias de la región”, dice Luis Adelmo.
El hombre explica que el lugar es un territorio de paz, uno que antes estaba en medio de los grupos armados que se disputaban el control de la zona. “Aunque si vimos pasar esos grupos, este siempre ha sido un espacio tranquilo en el que la gente es trabajadora. Sin embargo, esa guerra si nos afectó porque nadie quería venir, algo que ha venido cambiando”.
Piedra Sentada es un lugar en el que los pueblos indígenas se conectaban y se siguen conectando con los astros y con el universo mismo. Es una puerta de entrada a la madre naturaleza “que genera asombro entre quienes se atreven a tener una aventura indescriptible. Esta montaña muestra la verdadera cara de las comunidades indígenas, un pueblo amable y trabajador que conoce al dedillo cada centímetro del territorio”, indicó el líder.
Además, explica Luis Adelmo, el Resguardo de Pitayó esconde huellas indelebles de la historia colombiana, como de la batalla del 6 de junio de 1820, cuando tropas realistas y del ejército patriota, lucharon una cruenta batalla.
Huellas de la historia y la naturaleza
“Aún hoy se pueden encontrar balas de cañones y armas oxidadas en medio de las parcelas de este lugar. Eso sucede cada vez que alguna excavación pone al descubierto estos tesoros de la historia”, anota Luis Adelmo Calambás.
Además, en este territorio es normal observar a lo lejos, en medio de los árboles, al famoso oso de anteojos o la danta tapir, venados que se escurren presurosos por entre los bosques cercanos.
Luis Adelmo dice que Piedra Sentada no solo conserva un legado ancestral, sino la cosmovisión de los pueblos indígenas colombianos, de todos en su conjunto. Por eso considera que visitar el lugar, no es sólo reencontrarse con la naturaleza, sino con el origen mismo del país.
“Estar aquí es enamorarnos mucho más de lo nuestro, y sobre todo del Cauca, aquí donde las montañas y los pueblos indígenas, somos uno solo”, concluyó.