Sin embargo, vista con un poco más de atención, la obra de Grippo es además un canto a la vida: una celebración de la cotidianidad, del hacer en comunidad, del trabajo honesto… Una invitación a transformar la ciencia en arte, el arte en vida.
La exposición Víctor Grippo: Transformación, estará abierta entre el 28 de noviembre de 2014 y el 4 de marzo de 2015 en el Museo de Arte del Banco de la República de Bogotá. La curaduría a cargo de Chillida, repasa cinco décadas de trabajo artístico del que es considerado uno de los pioneros del arte conceptual en Latinoamérica. La entrada es gratuita.
Víctor Grippo estudió Química y Farmacia en la Universidad de La Plata y desde niño se formó como dibujante y pintor. Durante sus años de facultad, inmersos en la dictadura militar de la Argentina de los años sesenta, Grippo desarrolló una actividad artística paralela que le permitió exponer varias veces en La Plata y Junín, su ciudad natal, además entabló amistad con el artista Ricardo Carreira, quien sería uno los pioneros de lo que más tarde se denominó el Conceptualismo argentino.
A finales de los años setenta, se vinculó al Centro de Arte y Comunicación –CAYC– y se incorporó al Grupo de los 13, que propuso un tipo de arte que buscó activar el entorno social y gestar un nuevo tipo de sociedad.
“Se trató de extraer fragmentos de la vida cotidiana y, a través de ese fragmento o porción, resignificarla a partir de la alteración de su contexto habitual”, escribió el artista en Sistema, uno de sus textos más conocidos.
Como en su vida, en la obra de Grippo la ciencia y el arte se cruzan constantemente, él mismo se entiende como un alquimista, como quien —a través de instalaciones y acciones— une y contrapone distintas polaridades en busca de respuestas que le permitan “entender el mundo”: lo consciente y lo inconsciente, el instinto y la razón, lo espiritual y lo material, lo masculino y lo femenino, la ética y la estética.
De ahí que algunas de sus obras parezcan más experimentos de laboratorio que piezas de museo.
“Los mecanismos de Grippo no son nunca sofisticados ni costosos; como respuesta a los problemas técnicos le interesan las soluciones artesanales, no industriales, una salida a la falta de recursos, una tecnología de la pobreza. Grippo trabaja con materiales (casi) perecederos en instalaciones efímeras, en las que incluye el tiempo como material. Por ejemplo, a través del uso de la papa como elemento natural perecedero, cuya podredumbre se transforma en energía”, explica Alicia Chillida, curadora de la exposición.
A la hora de concebir una obra, a Grippo le interesan los materiales domésticos: la papa, una mesa, el pan, etc., así como los personajes o herramientas que se relacionan con oficios tradicionales: el herrero, el carpintero, el labrador, el albañil... Todos elementos que habitan “la vida del común” y a los que el artista de cierta manera “sacraliza” para construir relatos que hablan de la cultura rural del continente, de lo pobre, de la vida cotidiana, de lo básico.
“Grippo utiliza los objetos como portadores de diferentes mensajes en los que la figura humana está implícita. A partir de cada experimento, cada nuevo descubrimiento se traduce en un resultado plástico. El artista lo aísla con pulcritud científica, lo preserva como signo destinado a su tiempo y lo lanza al porvenir, para donar esa manera de entender el mundo como una reserva ecológica y moral para generaciones futuras. Cuestiones prioritarias para este artista que no concibe disociar el arte de la vida”, enfatiza Chillida.
Sobre la exposición
Transformación ofrece una panorámica del trabajo de Víctor Grippo, que va desde sus inicios en los años sesenta hasta el 2002. La muestra se organiza a partir de una secuencia cronológica, no lineal, bajo la idea de trasformación, uno de los principios que fundamentan su práctica artística.
Entre las obras expuestas se encuentran varias de sus piezas más paradigmáticas: Algunos oficios (1976), Construcción de un horno popular para hacer pan (1972), la Serie Valijitas (dedicadas a Le Corbusier, a Kafka, al albañil, al crítico sagaz), Naturalizar al hombre, humanizar a la naturaleza o Energía vegetal (1977), Vida, muerte, resurrección (1980) y Analogía IV (1972), entre otras.
Esta exposición se realiza en colaboración con el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la Universidad Autónoma de Ciudad de México, el Centro Gallego de Arte Contemporáneo de Santiago de Compostela, España, y la Unidad de Artes y otras Colecciones del Banco de la República de Colombia.