En las últimas horas la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana OPIAC, confirmó el asesinato de una mujer de 27 años, identificada como María José Arciniegas, integrante del pueblo indígena Siona, del resguardo El Hacha, en Leguízamo, Putumayo.
Este hecho que atenta contra la integridad de los pueblos indígenas que hacen presencia en el territorio se suma a la desaparición forzada de cinco integrantes de una familia, entre ellos dos menores de edad.
De acuerdo con Oscar Daza, coordinador de Derechos Humanos de la OPIAC, “El resguardo El Hacha, ha tenido una serie de situaciones complejas graves de amenazas y confinamiento por parte de los grupos armados ilegales que se disputan este territorio”.
Así mismo, se han recibido denuncias por parte de las comunidades por no poder realizar sus actividades de sustento diario. “Hay un gran número de comunidades y resguardos que están en confinamiento total, esto ha hecho que los habitantes sean amenazados, otros que salen desplazados; dentro de ese confinamiento hacen que no puedan ir a pescar, a cazar a sus chagras, que no puedan cultivar y que entren en una situación compleja nuestras comunidades”, afirmó Oscar.
Desde la OPIAC se rechazó estos hechos lamentables y se hizo un llamado a la Fuerza Pública para que haga presencia en la zona y se les garantice los derechos a las comunidades indígenas y civiles que habitan en este territorio amazónico.
Cabe resaltar que en esta región del Putumayo operan dos grupos armados ilegales identificados como el Frente Carolina Ramírez y los Comandos de la Frontera. Las disputas se dan por el narcotráfico y hay otros grupos ilegales no identificados que han entrado a recrudecer más los hechos de violencia que se presentan en esta zona.