Una nueva universidad indígena en la selva colombiana se teje desde los saberes ancestrales del pueblo Inga. Son 96 hectáreas dentro de un bosque de ladera de gran biodiversidad, rodeado de quebradas y ríos donde se conjugan la cordillera de los Andes y la cuenca del Amazonas, destinadas a perpetuar su conocimiento y establecer vínculos con la ciencia y la tecnología contemporáneas.
La Universidad Biocultural Indígena Panamazónica (AWAI) comenzó a pensarse desde el año 2018 para establecerse en el municipio de Piamonte, Baja Bota Caucana, en límites con el Putumayo. Desde entonces consejeros, yachas, gobernadores y gobernadoras de cabildos y resguardos Inga iniciaron a conceptualizar, diseñar y tejer esta casa como un punto de encuentro de distintos saberes bajo el liderazgo de Hernando Chindoy Chindoy. En el año 2004, Hernando logró, junto a su pueblo, desterrar a los actores armados y erradicar con la fuerza de sus bastones de mando 2.500 hectáreas de cultivos de amapola el Resguardo Inga de Aponte en Nariño.
“La Universidad Biocultural es un proyecto de consolidación territorial que pretende reconectar los resguardos y cabildos fragmentados por siglos de colonialismo y décadas de conflicto armado en los departamentos de Nariño, Cauca, Putumayo y Caquetá, que impactará de manera directa a los pueblos indígenas Inga, Cofán, Siona, Camentsá - Biyá, poblaciones afro y campesinos de esta región”, afirma el taita Hernando.
En Colombia existen cinco proyectos de universidades indígena similares, pero solo la Universidad Autónoma Indígena Intercultural (UAIIN) de Popayán tiene el reconocimiento como universidad pública por parte del Ministerio de Educación Nacional. Sin embargo, con el apoyo de la Universidad Politécnica Federal de Zúrich ETH de Suiza, la EAN, la Pontificia Universidad Javeriana y otras universidades en Colombia, AWAI avanza en el cumplimiento de requisitos normativos para obtener los registros correspondientes del Mineducación.
La construcción colectiva de esta nueva universidad indígena, única en la selva colombiana, ha llevado a que cinco jóvenes indígenas viajen directamente a la Universidad ETH Zúrich en Suiza para buscar la asesoría en el plan académico.
Lizeth Adarme del Resguardo Inga de Aponte es una de las estudiantes de intercambio y asegura que “solo tres de cada 10 ingas hablan la lengua materna. Cada año son menos, porque la mayoría de los hablantes son mayores de 50 años. Por eso, la necesidad de forjar un plan de estudios que ofrezca un alto nivel de educación a las jóvenes generaciones dotándolas de un futuro dentro del territorio”.
El proyecto iniciará con 125 estudiantes de las comunidades indígenas vinculadas en alianza con la Universidad EAN donde iniciará el proceso académico, mientras se construye el “campus” de la universidad. Este último consistirá en una serie de espacios dispersos y lejanos entre sí, de acuerdo a Anne Lacaton, investigadora del estudio internacional de arquitectura de ETH Zurich y promotora arquitectónica del proyecto.
“La universidad ya existe de manera informal, no es solamente una intención, un proyecto futuro. No es visible aún pero está anclada al territorio y en el devenir del pueblo Inga”, afirma Anne Lacaton.
En voz de la comunidad, esta universidad permite revitalizar la historia en armonía con la vida bajo el principio de Sumak Kawsay (Buen vivir).