Con proyectos productivos mujeres de Huila le apuestan a la paz
La reincorporación económica y social, así como la lucha por una vida digna con necesidades básicas satisfechas para toda la población colombiana, son las banderas que alzan cientos de personas que firmaron la paz en Colombia. Conocimos la historia de Omaira Rojas, en el departamento del Huila, una de las tantas mujeres que trabajan a diario por lograr vivir en igualdad de condiciones al resto de la población.
Mujeres con proyectos productivos alrededor de gallinas, huevos, ganadería, productos agrícolas hacen parte de Corporeconciliación, espacio del que Omarira es presidenta y en el que participan mujeres firmantes de la paz y víctimas del conflicto armado. La organización surgió como una propuesta para la terminación del conflicto armado, luego de la firma del Acuerdo de Paz entre la antigua guerrilla de las Farc y el Gobierno Nacional.
Las mujeres y sus apuestas por la paz
“Para las mujeres firmantes en el Huila ha sido todo un reto porque hay mucha estigmatización, entonces nos organizamos porque también se nos ha dificultado mucho el poder acceder a trabajos. Hay muchos protocolos, nos piden certificados de bachillerato y muchas personas no han podido tener ese nivel académico” dijo Omaira.
Ella insiste cuando habla, en que todavía no tienen los mismos derechos que tiene cualquier ciudadano. “Nos miran como los victimarios del conflicto, y es cierto que las Farc cometió muchos errores y todavía hay muchos corazones dolidos y heridos, pero con nuestro trabajo, hemos venido demostrando que podemos ayudar a construir país”, puntualiza con fuerza en su voz.
La organización la integran, sobre todo, mujeres firmantes y no firmantes que fueron víctimas del conflicto armado. Quienes con su trabajo y acciones quieren demostrar a todo el país que son muy capaces de ejercer roles de liderazgo.
Para Omaira, el Acuerdo de Paz ha sido fructífero porque se ha logrado que mucha gente ‘mire con otros ojos’ a Colombia. Según ella, pese a que el conflicto no acaba y por el contrario siguen otros, y asegura que “mientras no se le solucionen los problemas sociales al pueblo colombiano, no va a haber paz”, agregó.
“Cada uno piensa en la paz de acuerdo a cómo vive. Por ejemplo, si soy campesino o mamá, y no tengo para llevar a mis hijos al médico, o a la escuela y si no tiene agua potable, no va a estar en paz”, finaliza Omaira.
