Inician las obras de recuperación de vías rurales de Neiva
Maquinaria y equipos de trabajo iniciaron la recuperación de varios tramos viales en zona rural de Neiva, donde el impacto de las lluvias que han generado deslizamientos de tierra y rocas, y la falta de terminación de obras, afectan a varias comunidades campesinas en un amplio sector de producción agropecuaria, que también es vecino al departamento del Caquetá.
Las nuevas obras se concentrarán en inmediaciones del corregimiento de San Antonio de Anaconia, en el oriente rural de Neiva, como parte de un contrato que ejecuta la Gobernación del Huila y que debe finalizar en próximos meses con la pavimentación de un tramo de vía.
El dirigente comunitario Argemiro Munar Silva destacó que los trabajos eran largamente esperados por los habitantes de la zona, que incluye una parte de carretera hasta los municipios de Tello y Baraya.
A la fecha, las obras ya deberían haber finalizado, pero se otorgó una prórroga al contratista, confirmó.
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“Ya está aquí la maquinaria que permitirá seguir trabajando en este sector que tantos dolores de cabeza nos ha dado”, indicó Munar Silva, al referir el alborozo de las comunidades por el desarrollo de los trabajos, incluso en medio de una intensa temporada de lluvias.
El dirigente aclaró que se trata apenas de una parte de lo que los habitantes de la región reclaman en materia vial, al advertir que es fundamental una acción conjunta del Estado -Municipio de Neiva, Gobernación del Huila y Gobierno nacional-, para atender integralmente a la región y sus necesidades.
En ese mismo territorio, avanza –“aunque no a la velocidad que quisiéramos”, precisó-, la ampliación y terminación de la carretera nacional entre Neiva, en el Huila, y el municipio de San Vicente del Caguán, en el norte del Caquetá, que en varios trayectos parece más “una trocha con grandes dificultades para la movilidad”.
Allí son frecuentes las dificultades para el transporte de cosechas en buses de servicio rural, que terminan varados en medio de derrumbes y lodazales.
La zona rural oriental de Neiva, en límites con Caquetá y muy cercana al Meta, fue un territorio muy golpeado por el conflicto armado, con la presencia casi permanente, hasta la firma del Acuerdo de Paz, de varios frentes de las extintas Farc.
