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La euforia de la música de marimba integra a la juventud en Tumaco

Al ritmo del currulao, la caderona y la moña no solo se expresa amor, también se revive históricos momentos de los pueblos afrodescendientes.
Juan Miguel Narváez Eraso

Al ritmo del currulao o de la música de marimba, de la caderona y del mapalé la juventud del municipio de Tumaco rescata las tradiciones de los pueblos afrodescendientes del Pacífico sur colombiano.

En el currulao, Luis Esteban Rivas Caicedo, representante legal de la fundación ‘Renacer, Identidad Afro’, no solo enseña la manera cómo se baila, sino también el contenido histórico y social que transmite.

Jóvenes de Tumaco y música de marimba

El currulao hace referencia a la palabra ‘cununao’ y para Luis Esteban significa “tambores africanos”, por ello asegura que de ellos se desprende la mayoría de las danzas de las comunidades afrocolombianas.

Para el gestor cultural, este es un ritual que tiene como eje central el amor, por eso en la coreografía indica que los hombres buscan enamorar a su pareja con zapateos, abaniqueos y los infaltables chasquidos del pañuelo.  

Es una danza que por fortuna aún se mantiene viva en las costumbres de estas poblaciones enclavadas en las islas de El Morro, La Viciosa y Tumaco.  

Desde los 16 años, Luis lleva trabajando en la reconstrucción de la cultura tradicional, afirma que la Caderona “es otra danza autóctona de la región” que se deriva de las tradicionales danzas, del vientre que en su tiempo estaba relacionada con la fertilidad y que ahora es representada en diferentes actos sociales y académicos en los que participan niños, niñas, jóvenes y adultos de por lo menos 3 barrios de ‘La Perla del Pacífico nariñense’.


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A lo largo de los 13 años de creada la fundación artística, argumenta que la música de marimba ha sido protagonista en la transmisión de los saberes ancestrales. “Por ejemplo, con el Pango el cual es una derivación del currulao se representan las distintas faenas de los pescadores navegando por los esteros o las azuladas aguas de la isla de Bocagrande”, explicó.

Subraya que ‘la moña’, un baile que se conjuga con el recitado de coplas, ha permitido que la juventud del barrio Pantano de Vargas sienta más amor por las danzas de los pueblos originarios.

Jóvenes de Tumaco y música de marimba

Para que la juventud interiorice el significado de cada aire musical, Luis Esteban tiene en mente ir más allá con su fundación cultural y crear una agrupación de danza urbana, teniendo en cuenta que es una de las fuertes manifestaciones artísticas que gusta en la juventud.

“La mezcla de lo tradicional con lo moderno, permitirá en las nuevas generaciones continuar con este legado cultural que aun encanta a las familias de los más de 200 barrios de Tumaco y de quienes habitan en las playas de Cabo Manglares, Punta Cascajal y Bocagrande, entre muchas más”, expresó.

Como complemento a dichas temáticas, los más de 30 tumaqueños que integran el colectivo cultural trabajan en la puesta en escena de una novedosa propuesta coreográfica y teatral que llevará por título ‘La Cueva del Sapo’, un antiquísimo recinto en el que los tumaqueños se reunían para bailar currulao, patacoré, caderona, rumba y juga entre otros ritmos que en aquel entonces disfrutaban tras los sonidos de las marimbas.

Sonidos para la paz

“En Tumaco, la música siempre estará ligada a las coplas, herramientas culturales que en la infancia y en la juventud no solo han permitido la conservación de dichas manifestaciones artísticas, sino también a la reconstrucción del tejido social, el cual en diversas ocasiones se ha roto por culpa de la violencia”, dijo el maestro Gabriel Quiñones.

De igual forma, expresó que: “Si la música de marimba y los bailes tradicionales transmiten amor, las coplas transfieren perdón. Esto es lo que están logrando nuestros aires musicales y gracias a ellos, sentimos que en las comunas de Tumaco, no faltan las marimbas y cununos, siendo estos los verdaderos instrumentos para la consecución de la paz”.

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