Una empalizada generada por el desbordamiento del río Murindó, en el municipio antioqueño que lleva el mismo nombre, tiene a 1.088 indígenas confinados en sus comunidades. El material vegetal arrastrado por la creciente ha obstruido el citado afluente, impidiendo su navegabilidad.
La crítica situación que atraviesan los habitantes de esta zona se hizo más notoria cuando, en las últimas horas, una recién nacida de la comunidad indígena Murindó murió, debido a las dificultades de acceso a la vereda Guagua.
Richard Sierra, gerente indígena de Antioquia, explicó que la empalizada, que tiene una extensión aproximada de tres kilómetros, ya comenzó a generar desabastecimiento de víveres.
“Haremos la gestión pertinente para poder llegar al territorio. Entendemos que esta población vive en una ruralidad dispersa, con mucha complejidad para la accesibilidad”, agregó Sierra respecto a esta emergencia que, incluso, ha revivido el debate sobre la probabilidad de que esta población sea trasladada a un terreno más seguro, ubicado a 14 kilómetros del actual casco urbano.
Grupos ilegales como el ELN y el Clan del Golfo también se han encargado de amedrentar a las comunidades rurales de Murindó. En este sentido, la Gobernación de Antioquia definirá, en las próximas horas, el paquete de ayudas que enviará a esta localidad con el fin de evitar una emergencia mayor.