El predio Los Abarcos está ubicado en inmediaciones de los ríos Lucía y Güejar, a 10 minutos del casco urbano de Mesetas (Meta). Allí, Everardo Álvarez Osorio y su esposa Doris Vargas adelantan hace año y medio un proyecto agroforestal en 2 hectáreas de tierra, el cual se ha convertido en referente para los finqueros de la región y corporaciones encargadas de cuidar el medio ambiente.
Durante muchos años la pareja de campesinos vivió de la lechería, en este predio y en dos terrenos más arrendados, hasta cuando los dueños les permitieron trabajar allí. Al mirar que su finca no tenía la capacidad para sostener 12 vacas de ordeño y sus crías, optaron por cambiar de proyecto y fue así como se propusieron emprender con una idea poco común en este territorio y sin mayores estudios: comenzaron a sembrar de todo un poco, para experimentar realmente si era posible y rentable vivir con nuevas alternativas amigables con el medio ambiente.
En la actualidad tienen sembrados 204 árboles maderables de abarco de río y yopo, 1.610 palos de cacao de tres clones de sabores, así como plátano, bananos, naranjas, maíz y una huerta casera. Pero también en la finca, y donde antes era el establo de ordeño, lo acondicionaron para una reproducción de porcicultura, con 10 cerdas de cría y un reproductor de unas 18 arrobas de peso de raza Peitrain. Las cerdas paren cada tres meses hasta 14 lechones en un solo parto, los cuales son encargados antes de nacer y vendidos a los 23 días a 150.000 pesos.
El estiércol de los cerdos, que recogen cada mañana, es llevado hasta un biodigestor que acondicionaron en el lugar para la producción de gas natural, el cual remplaza la pipeta con la que cocinan tradicionalmente los alimentos. Aquí no se pierde ni el estiércol de los marranos, todo tiene su función y su puesto agrega don Everardo.
“Si queremos enseñarles a las futuras generaciones de la necesidad de reducir el impacto ambiental, hay que comenzar ya, a los campesinos hay que enseñarle las cosas es con hechos, haciéndolas, y no en un tablero. Aquí los vecinos ya comenzaron a implementar lo del biodigestor, y esto nos ayuda no solo en la parte económica, sino también en nuestros quehaceres diarios, pues para cocinar ya no se necesita de leña, y ahí hay dos cosas importantes: uno, se cuidan los bosques, y lo segundo, le damos un uso responsable al estiércol de los cerdos, impidiendo que esto caiga a las fuentes de agua”, puntualizó Everardo.
Desde que dejó de ser potreros y se implementó el proyecto agroforestal, en los Los Abarcos no se ha vuelto a fumigar con herbicidas, siendo una de las metas para recuperar el suelo. Es por ello que Everardo y Doris utilizan el tamo de arroz de la porcicultura para llevarlo como abono de su plantación.
“Se puede decir que estamos viviendo como unos reyes, aunque no tenemos plata en el bolsillo; vivimos felices y tranquilos. De eso se trata la vida, porque aquí venimos de paso y si nosotros no hacemos el esfuerzo por vivir bien y cuidar las riquezas que tenemos, quién más lo puede hacer por nosotros”, agregó don Everardo mientras nos tomábamos un delicioso café producido en la región.
Everardo indica que les aún les falta mucho por hacer, esto apenas es un comienzo, pues a futuro se pretende recuperar los suelos, transformar el cacao en la finca y montar un proyecto ecoturístico que sea referente en la región.
Por su parte, desde Cormacarena confirmaron en un informe que, entre el 2001 y el 2021, la región de la Amazonía Colombiana perdió 1.858.285 hectáreas, para un promedio de deforestación de 88.490 hectáreas anuales.
Esa tendencia continúo aumentando en los dos trimestres iniciales del 2022, registrando un crecimiento en la deforestación del 11 por ciento, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Según el último informe, el Meta, Caquetá, Guaviare, Putumayo, Norte de Santander y Antioquia son los departamentos más afectados por este flagelo.
Para contrarrestar esta situación, dese esta entidad ambiental, junto a las gobernaciones y las alcaldías, implementaron la estrategia “Meta Verde”, que continúa consolidándose en todo el departamento con una cifra que ya asciende a los 2.260.609 árboles nativos sembrados. Estas jornadas de reforestación y restauración han permitido intervenir un total de 3.091 hectáreas.
Durante el 2020, 2021 y lo corrido del 2022, el municipio de Puerto Gaitán sigue demostrando su enorme compromiso ambiental con la plantación de 1.023.298 árboles, seguido de Mapiripán con 217.863 plantas y, posteriormente, se encuentran los municipios de Puerto López con 166.698 plántulas y Puerto Concordia con la siembra de 165.728 individuos forestales.
El planeta lo cuidamos entre todos, sembrando un árbol para la vida, pero sobre todo sembrando conciencia en la humanidad.