La Constitución de Brasil, de 1988, fue traducida por primera vez a una lengua indígena, un gesto "histórico" de "valorización y respeto" a los pueblos originarios, dijo este miércoles la presidenta de la Corte Suprema, Rosa Weber.
El texto fue plasmado en nheengatú, también llamada "lengua general amazónica", que por mucho tiempo sirvió de lazo comunicacional en territorio brasileño tras la llegada de los portugueses en 1500, pero que hoy solo comparten unos miles de habitantes.
"Nos tomó 523 años llegar a este momento, que considero histórico", afirmó la magistrada Weber, presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), durante la ceremonia de presentación del libro, en el municipio São Gabriel da Cachoeira, en el estado Amazonas (norte).
"Es un gesto de valorización y respeto a la cultura y la lengua indígena", añadió Weber, en presencia de autoridades indígenas.
La Constitución fue traducida del portugués por 15 expertos autóctonos en solo tres semanas, según un comunicado divulgado por la corte.
Con una corona de plumas, Weber estuvo acompañada de Sonia Guajajara, ministra de los Pueblos Indígenas, una cartera inédita creada por el mandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva al asumir su tercer mandato en enero.
Es un "gesto de respeto a las tradiciones indígenas", exaltó Guajajara.
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La Constitución de Brasil, redactada tras la última dictadura (1964-1985), consagra al portugués como único idioma oficial.
Pero en el país, de 203 millones de habitantes, sobreviven más de 200 lenguas indígenas, según expertos. El municipio de São Gabriel da Cachoeira reconoce oficialmente el nheengatú y otras lenguas autóctonas.
En peligro de extinción según la Unesco, el nheengatú desciende del tupi antiguo, la lengua que hablaban las comunidades indígenas que vivían en el litoral brasileño antes de la llegada de los europeos.
Actualmente lo hablan 19.000 personas en comunidades remotas de distintos pueblos amazónicos de Brasil, Colombia y Venezuela, según The Endangered Languages Project de Google.
Los indígenas podrán "conocer sus derechos en su propia lengua", dijo por su lado Joenia Wapichana, presidenta de la Funai, agencia gubernamental para la protección de los pueblos originarios.
Una de las principales reivindicaciones actuales de los indígenas brasileños, precisamente, tiene que ver con una interpretación jurídica de la Constitución y sus territorios.
El STF debate desde 2021 si valida o rechaza la tesis del "marco temporal", que solo reconoce como tierras indígenas aquellas ocupadas por esos pueblos cuando se promulgó la Carta Magna, en 1988.
Según el censo de 2010, en el mayor país suramericano viven unos 800.000 indígenas, la mayoría en reservas que ocupan el 13,75% del territorio.