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Bogotano crea tapabocas biodegradables capaces de eliminar virus y bacterias

GreenFace es el nombre de este tapabocas que ya ha sido reconocido en varias partes del mundo.
Jesús Fragozo Caro

La cita era un lunes a las 10 de la mañana en la puerta principal del Hospital de Kennedy, pero Héctor Mauricio Páez, bogotano e ingeniero químico de 56 años, llegó 30 minutos antes. Tenía una gabardina gris que contrastaba con el sol picante de ese día.

Cuando inició el encuentro, Héctor empezó a contar en medio de un gentío que salía y entraba del centro hospitalario, cómo es que se inventó un tapabocas biodegradable capaz de eliminar virus y bacterias. Y mientras hablaba, caminó en dirección hacia el Parque Timiza, que queda a menos de 10 minutos andando a píe.

Decía que comenzó a buscar hace casi dos años una solución que reemplazara los cubrebocas convencionales, que son fabricados a partir de películas plásticas que tardan más de 400 años en desintegrarse.

“En 2016 participé en una convocatoria con un invento llamado e-contenedor, que consistía en una botella biodegradable que tenía una etiqueta en donde se introducían semillas. A raíz de esta idea surgió GreenFace”, dijo Héctor mientras se sentaba en una de las bancas que están cerca de una de las entradas al parque, que justo ese día estaba cerrado por mantenimiento.

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GreenFace es el nombre de los tapabocas que inventó este bogotano. Un tipo de cubrebocas elaborado con fibras naturales como el papel, que lo convierte biodegradable en un periodo de 90 días. “Contiene biopolímeros y aditivos antivirales de alto espectro en su composición. Nanotecnología y nanopartículas de plata y cobre”, que le permiten eliminar hasta 600 virus y bacterias, entre esos el Covid. Es de fácil fabricación y en su interior contiene semillas de hortalizas, flores y algunos tipos de árboles, con lo que se contribuye al cuidado del medio ambiente.

El parque Timiza estaba cerrado, pero mientras Héctor hablaba pasaron trotando más de 10 personas. Hombres y mujeres. Al fondo se oía ‘Cómo te hago entender’, de Roberto Roena; y este ingeniero químico, padre de tres hijos y abuelo de dos niñas de 5 y 4 años, decía que ningún tapabocas que está en el mercado es capaz de eliminar virus y bacterias, ni tiene una eficiencia comprobada del 99.64 %, ni podría reducir mil toneladas de plástico en un año, una vez sea comercializado.

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“GreenFace fue patentado hace un mes. Nos encontramos en un punto que se llama certificación de validación. Como este es un producto de bioseguridad, para salir al mercado tenemos que pasar unas pruebas, y en eso estamos. Ya tenemos la aprobación del Invima, tenemos unos estudios físico químicos que demuestran todo este tema de protección. Estamos adquiriendo los permisos para llevarlo a nivel internacional, y en este momento hay dos empresas multinacionales interesadas en el proyecto”, dijo Páez.

Héctor contó que ha inventado 150 productos, de los cuales 30 han sido registrados a su nombre. “Algunos representan desarrollo tecnológico y otros tratan sobre el mejoramiento de algo que ya existe. Los tapabocas, por ejemplo, son de fácil fabricación, lo que los convierte en asequibles y económicos. Podrían costar entre 300 y 800 pesos, dependiendo de las semillas y el número de plegables que tenga el cubrebocas”.

Ese día hacía tanto sol que Héctor no aguantó más y se quitó la gabardina. Habían pasado unos 20 minutos desde que empezó a contar su hazaña, que no es para menos, especialmente en un país como Colombia acostumbrado a tantas otras historias. Decía que GreenFace viene en tres presentaciones: el plegado, el cónico y el autoadhesivo; que este tipo de cubrebocas ha sido postulado a más de 25 premios de innovación en el mundo, y que ya ha obtenido siete reconocimientos.

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“El año pasado ganamos el premio Invencibles del Banco W como mejor producto Eco verde del país. También obtuvimos el primer puesto en otros concursos, como los premios eAwards Colombia 2021 y Negocios Verdes de la Alcaldía de Bogotá; y estuvimos en la Expocovid que se realizó hace varios meses en Dubái”, contó.

Este bogotano, que habla con propiedad sobre GreenFace, decía luego de referirse a todos los beneficios que trae este tapabocas, que todas las personas tienen algo de inventores, como quienes hacen música o escriben un poema.

“El tema complejo es llegar a unos puntos concretos. Para emprender hay que tener algo nuevo, que sea beneficioso y que se pueda proyectar en el futuro. Hay que crear una estrategia de mercadeo que sea fácil de hacer”, dijo.

Durante más de 40 minutos, Héctor no solo se refirió al invento que hoy ‘lo tiene en boca de medio mundo’, también enseñó los cubrebocas, las semillas que van introducidas, y hasta señaló el punto en donde días atrás había enterrado un tapabocas. Habló de todo hasta que dijo que iba a otra reunión. Una en la que seguro llegó con varios minutos de antelación.

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