El temor del contagio, los nuevos protocolos, el tránsito de la virtualidad a la presencialidad y muchas otras variantes están haciendo que el retorno a las aulas sea un cambio complejo; no obstante, la responsabilidad como padres y cuidadores es ayudarles a los niños y niñas a que este proceso se desarrolle de forma armónica y que volver al colegio les permita reanudar el desarrollo de habilidades sociales que se vieron perjudicadas durante la pandemia.
“Todo está listo para el regreso a clases”: viceministra de Educación
En Contacto Directo, Constanza Alarcón, viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, explicó cuáles son los protocolos que el Gobierno ha implementado junto con las secretarías de Educación y las instituciones, para garantizar la seguridad de los menores de edad y que se cumplan los criterios de bioseguridad para este retorno.
“Llevamos más de un año preparándonos para este retorno; durante seis meses hablamos de un retorno gradual, progresivo y seguro. Durante este año venimos preparando la totalidad de las sedes educativas y ahora, después del receso escolar, hablamos de la presencialidad. Por eso el mensaje es que no hay improvisación y que hemos cumplido con un proceso de aspectos normativos, financieros, técnicos y de capacitación”, dijo.
El Ministerio de Educación Nacional, siguiendo con las recomendaciones impartidas por el Ministerio de Salud y bajo evidencia científica, ha fijado los siguientes lineamientos para el retorno seguro a las aulas:
1. Distanciamiento físico de mínimo un metro
2. Adecuada ventilación: se hicieron los ajustes en puertas y ventanas de las instituciones para garantizarlo.
3. Uso correcto del tapabocas: tanto en espacios abiertos como cerrados.
4. Lavado frecuente de manos: siguen los trabajos de adecuación en las instituciones educativas que aún carecen de agua potable.
Sin embargo, el retorno a la presencialidad no es una obligatoriedad. La viceministra recordó que “si las familias por condiciones epidemiológicas de sus territorios no están totalmente seguros, o no se sienten tranquilos, no están obligados a enviar a sus niños al colegio. La norma contempla que buscamos que las familias estén tranquilas porque todos somos responsables de la salud de los niños”. Es así como se seguirán acompañando los procesos académicos por medio de guías y del uso de herramientas tecnológicas para los menores que continúen en casa.
“Como colombianos tenemos que entender que los derechos de los niños prevalecen y que ellos han sido los principales afectados de esta pandemia. Llevan un año y medio en un tiempo que no es recuperable, porque el sistema educativo no solo está para impartir lecciones disciplinarias; buscamos que a través de la orientación de los maestros y de la interacción con otros niños se construyan proyectos de vida y ellos puedan desarrollarse como sujetos en condiciones íntegras”, puntualizó.
Impactos psicológicos y transiciones armoniosas
Tantos meses en casa hicieron que los procesos de desarrollo de niños, niñas y adolescentes se vieran afectados de muchas maneras ante la falta de socialización. De acuerdo con la psicóloga infantil, Vanessa Pachón, en las fases de crecimiento la exploración con sus entornos es fundamental y “aislarse con sus familias e interactuar con sus colegios y amigos por internet no es lo mismo porque no hay contacto físico”.
Ante el que será un nuevo cambio para los menores, Pachón recomienda establecer círculos de diálogo en casa en los cuales ellos puedan expresar lo que sienten y piensan sobre el Covid-19, el regreso al colegio, cómo prevenir el contagio, entre otros factores para generar nuevas estrategias de cuidado.
“El cuidado no es solamente el tapabocas, sino también el de reconocerlos como actores principales que buscan cuidar a otros. Si los niños empiezan a reconocer unos síntomas de contagio, el retorno a clases podrá ser más sano, por eso hay que fomentar la confianza y explicarles por qué un abrazo o un beso no es indicado en el regreso al colegio”, expuso.
“Los padres, maestros y todo el personal educativo deben generar procesos psicoeducativos en las instituciones que vayan guiados y enfocados a la corresponsabilidad, el cuidado y autocuidado porque en este último año nos hemos movilizado en función de esta pandemia y ante la modificación de las rutinas es necesario conversar para que reconozcan las medidas de bioseguridad y disminuyan así el contagio. Así mismo, se debe generar espacios para resolver sus dudas y visibilizar las voces de ellos sobre esta situación”.
Hasta la lonchera cambia
De acuerdo con Javier Rey, docente e investigador de ingeniería de alimentos de la Universidad de La Salle, así como las rutinas cambiaron, las loncheras también deben hacerlo, por ello se deben considerar alimentos que fortalezcan los sistemas inmunológicos de los menores ante la ausencia de la presencialidad.
“Las loncheras ahora deben ser distintas porque los niños llevan mucho tiempo encerrados y sus sistemas inmunes se han debilitado, ya que estos se fortalecen cuando estamos en contacto con otros”. Es por eso que se debe fortalecer la lonchera con alimentos que ayuden en este propósito y que contengan vitaminas y minerales como Zinc, vitamina D y selenio.
Según el experto, una lonchera balanceada se puede traducir en:
- Lácteos: “Sin lugar a dudas, no solo por sus componentes nutricionales y minerales, son una buena fuente de alimento para el sistema inmune, sino porque se ha demostrado que tienen péptidos que son inmunomoduladores y específicamente ayudan a mejorar este sistema en ellos. Ideal para la mañana”.
- Frutos secos: “Es un alimento muy balanceado, aunque no los miramos para las loncheras, pero puede ser interesante por su aporte de vitaminas y minerales. Tienen grandes contenidos de grasas insaturadas, son grandes contenedores de proteínas y lo hacen un alimento perfecto para las jornadas académicas”.
- Las frutas: “Somos un país que tenemos gran variedad de frutas muy grande y hay que aprovechar eso. Inculquemos el consumo de fruta en los niños porque en ellos encontramos una gran fuente alimentaria”.
- Tortillas, sándwich o arepas: “Una alternativa para la segunda lonchera puede ser los sánduches con queso y jamón, o las tortillas, o una arepa. Ideal si se pudiera acompañar con un jugo natural”.
- Un pequeño dulce: “Es ideal una porción de carbohidrato para que el niño recupere energía”
- Agua: “La hidratación es indispensable y no basta con un jugo o una bebida láctea. Una botella de agua los ayudará en días soleados y evitará problemas de deshidratación que conllevan a problemas de atención, concentración, entre otros”.