Este trayecto cuenta una búsqueda que se repite en las historias de la migración y que la acompañan diversas circunstancias: peligro e incertidumbre, tenacidad humana, amor por la vida y solidaridad sin fronteras.
Este trayecto cuenta una búsqueda que se repite en las historias de la migración y que la acompañan diversas circunstancias: peligro e incertidumbre, tenacidad humana, amor por la vida y solidaridad sin fronteras.
Un diario de campo que cruzó Norte de Santander, Santander, Antioquia, Tolima, Quindío, Valle del Cauca, Cauca y Nariño, como los territorios más recurrentes para los migrantes que buscan un futuro en Colombia o un camino para llegar a otros países de Suramérica.
Este recorrido refleja las adversidades y sueños que viven los ciudadanos venezolanos diariamente en Colombia. Evidencia que ante el escaso apoyo estatal, los colombianos generan iniciativas para ayudar a los hermanos de otra patria que cruzan las regiones de nuestro país.
El camino:
Ver a un migrante entrar por la frontera en Villa del Rosario (Norte de Santander) y encontrarlo cuando cruza hacia Ecuador por Rumichaca, es tener en frente a dos personas físicamente diferentes.
Muchos venezolanos en cuestión de dos días cambian de contextura, su semblante es otro. El camino los golpea. Algunos afirman que los sueños se les van cayendo mientras caminan y su única ambición es llegar a su destino final, sea en Colombia o en otro país de Suramérica.
Un recorrido que comienza en el puente Simón Bolívar, su prócer parece despedirlos y darles la bendición para el sendero que comienzan a recorrer. Los migrantes venezolanos que ingresan a nuestro país, algunos por la frontera legal y otros por trochas, lo hacen con la esperanza de encontrar un futuro lejos de su natal Venezuela.
En el recorrido encuentran comedores comunitarios, albergues y puestos de atención médica, que se convierten en un oasis en medio de la incertidumbre que trae consigo este camino.
De acuerdo con Migración Colombia, para finales de junio de 2019 cerca de 1.950.000 venezolanos ingresaron al país, de estos 742.390 están en situación regular, y 597.583 son portadores del Permiso Especial de Permanencia (PEP), lo que les permite el acceso a servicios de salud y trabajo, pero, ¿qué ocurre con la población que se encuentra en Colombia de manera irregular?
Ellos se enfrentan diariamente con varias problemáticas: El hambre, la hostilidad del camino, ‘los hinchas’ que de acuerdo a las primeras versiones son grupos de personas que se dedican a robar a los venezolanos caminantes, la xenofobia y la falta de oportunidades.
Contra todo pronóstico y a pesar de ello, los hermanos venezolanos deciden seguir su recorrido. Pasan el Páramo de Santurbán, uno de los tramos más difíciles del camino debido a sus bajas temperaturas y al alto índice de humedad, allí reciben algo de alimento que les da fuerza para continuar su camino hasta Pamplona.
Los sueños parecen cargarlos en sus maletas: “Yo dejé mi bachillerato, si Colombia me da la oportunidad, estudio. Nosotros aquí donde vamos no estamos comenzando nada y cuando lleguemos a la ciudad no hemos terminado nada. Todo apenas lo estamos comenzando”, recuerda Alexis Torres mientras camina por el Páramo de Santurbán.
Después de un paso rápido por Bucaramanga llegan a Medellín, ciudad donde muchos deciden quedarse, buscar empleo o emprender, como es el caso de VeneMedallo, la primera emisora venezolana online en Colombia o el caso de Orietta Hermoso, quien ahora enseña violín a los niños en la capital antioqueña.
Otros, decididos a seguir su camino, eligen entre dos rutas: Llegar a Manizales y de ahí seguir hacia Cali o desviarse hacia Ibagué, en un camino más extenso pero más amigable, para luego llegar a Calarcá y parar en Cali.
El recorrido para muchos es el segundo. Deciden el camino más largo pero aseguran que en La Línea, por ejemplo, algunos camioneros los dejen subir a sus furgones para acortar el camino y evitar así las bajas temperaturas que caracterizan este tramo.
Superada La Línea llegan a Ibagué, donde de acuerdo con las autoridades y los migrantes, hay varias oportunidades de trabajo para la población venezolana. Allí, en medio del camino hay un gran solar donde una pareja de colombianos decidió montar un comedor comunitario para que los venezolanos descansen y logren comer algo antes de seguir con su camino.
Muchos continúan hacia Calarcá, en el departamento del Quindío. Allí encuentran tres sitios clave: Uno para dormir, descansar y bañarse, otro para atención médica y psicológica y otro para comer y así seguir su travesía hacia la capital del Valle del Cauca.
Cali, según las cifras del censo, tiene cerca de 13.000 venezolanos. Sin embargo, autoridades afirman que podría haber un subregistro de cerca de 40.000. Debido a ello, en esta ciudad hay iniciativas importantes para los migrantes como una sede de la Colonia de Venezolanos en Colombia (Colvenz) que ayuda a los migrantes a realizar trámites para el Permiso Especial de Permanencia o recibir ayudas y educación en su estadía. Para muchos el camino termina aquí, para otros el recorrido sigue.
Popayán es su siguiente parada: una ciudad intermedia que acoge a varios migrantes en albergues ubicados a borde de carretera. Es usual llegar a esta ciudad y ver una imagen: grupos de más de 10 venezolanos descansando en la entrada de Popayán y tomando decisiones sobre cuál va a ser su próximo destino, ¿quedarse en Popayán?, ¿seguir el camino hacia Pasto?
Esta decisión es vital, ya que, según los testimonios de los migrantes, la vía hacia Nariño es peligrosa para ellos, debido a que se registran robos y maltratos hacia la población venezolana. Además, porque caminar esta zona implica cruzar territorios con situaciones delicadas de orden público.
Muchos toman el riesgo y deciden emprender el camino hacia Pasto. Después de 246 kilómetros logran ver la variedad de verdes que adornan las montañas nariñenses. Ecuador ya está cerca.
El paso por el puente internacional Rumichaca (Ipiales) en ese momento está cerrado para los migrantes venezolanos, ¿la solución? muchos después de toda esta travesía deciden devolverse, después de enfrentar la verdad; no pueden pasar a Ecuador. Otros, desfilan alineados y con precaución por medio de las trochas a lado y lado del puente y los más arriesgados emprenden un nuevo viaje por la orilla del Río Carchi para llegar a territorio ecuatoriano y seguir así su camino hacia otros países de Suramérica.
Orietta Hermoso, Estefany Espinosa, Sofía Colmenares, Francisco Castillo, Kevin Cedeño y muchos otros venezolanos son los protagonistas de esta historia, de este Camino del Migrante de la Radio Nacional de Colombia.
El Camino del Migrante es una producción de Radio Nacional de Colombia que conoció, recogió y narró historias para las 54 frecuencias de la radio pública, escribió crónicas para la web www.radionacional.co y finalmente condensó en este audiovisual lo que podría ser una bitácora de los viajeros, migrantes y periodistas.