Llamado El Cumbiambero de América por sus múltiples proyectos en Colombia, México y Estados Unidos, el cantante, guitarrista y compositor Miguel Ignacio Núñez Paredes, mejor conocido como Nacho Paredes, falleció en la madrugada del sábado 11 de agosto, a consecuencia de una enfermedad que lo aquejó cerca de 11 años, según cuentan sus familiares. Paredes residía en el barrio La Selva, en Sincelejo, y había nacido hace 83 años en Don Gabriel, corregimiento de Ovejas, Sucre.
A lo largo de su carrera, Nacho Paredes conformó grupos como El Combo de Oro, Los Dinámicos de Nacho, los Sabaneros de Sucre, los Vaqueros Sabaneros y, por supuesto, los Corraleros de Majagual, con quienes grabó su composición ‘La cumbiamberita’, uno de los éxitos del célebre grupo de la casa discográfica Fuentes.
Tras su paso por México hizo parte la agrupación La Luz Roja de San Marcos y en los Estados Unidos fundó Nacho Paredes y Café. Además participó de muchísimos proyectos ajenos, como el álbum ‘Cumbias de oro’ de Alfredo Gutiérrez, en el que el acordeonero lo invitó a cantar en todos los temas.
Nacho Paredes se inició cantando boleros en su infancia, en el colegio, y luego ganó el concurso de canto de Radio Sincelejo. A pesar de que quería labrarse una carrera en la canción romántica, su colega Crescencio Salcedo lo convenció de cantar la música de su tierra, enseñándole los rudimentos de estos géneros e invitándolo a grabar con la orquesta de Edmundo Arias. Luego, en Medellín, en 1961, se convertiría en miembro fundador de los Corraleros de Majagual junto a César Castro, Alfredo Gutiérrez y Chico Cervantes, entre otros.
Además de sus proyectos como líder, Paredes, que fue seminarista pero dejó los hábitos al conocer, según él mismo decía “a esos ángeles llamados mujeres”, fue corista de varias agrupaciones vallenatas, destacándose por los agudos que alcanzaba. Hizo parte de los coros de los Hermanos Zuleta y los Hermanos López.
Acerca de su más famosa composición, ‘La cumbiamberita’, Paredes dijo lo siguiente al programa de televisión regional Fiesta de acordeones en 2014: “me salió de todos esos recuerdos de infancia. Yo veía a las cumbiamberas como meneaban la cadera, y por ello me inspiré, y en 1961, cuando fundamos los Corraleros, la grabamos. Me acuerdo que Alfredo Gutiérrez grabó el acordeón a regañadientes porque estábamos enojados, pero igual mire lo linda que quedó…”. Muy recordado es el grito que Paredes realiza al inicio de ese tema, y él mismo solía decir que se trataba de una invitación a la cumbia.
Desde hace varios años el maestro Nacho Paredes padecía una enfermedad que lo mantenía recluido en su casa del barrio La Selva, donde vivía al cuidado de su esposa y cada tanto recibía visitas de sus amigos, colegas y admiradores. Uno de ellos fue Carlos Javier Pérez, coleccionista antioqueño, coautor de El libro de las cumbias colombianas. “La hija de otro gran músico, Gilberto Torres, nos había dicho que lo único que quería el maestro Nacho era que lo fueran a visitar –recuerda Pérez–. A pesar de que estaba bien enfermito, con su bastón y algo de desaliento, nos recibió muy bien. Lo que más me sorprendió fue su memoria prodigiosa: canción que le mencionaba, la empezaba a cantar. Eso, y sus ideas sobre la cumbia como un género nocturno, para bailar a la luz de las velas”.
Otras composiciones de Nacho Paredes son ‘Caballito de palo', ‘Sabor de cumbia’, ‘Cumbia maya’ y ‘Tatuaje vallenato’.