"No tengo una respuesta. La única que tengo es que los libros no son ciencia. Si tiene éxito, me alegra, y eso es algo bueno de los libros", dijo el autor en una rueda de prensa en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El joven Dicker (Suiza, 1985) lanzó el pasado año en Francia esta novela sobre el asesinato de una joven de 15 años ambientado en Aurora, New Hampshire (EE.UU.), que se ha convertido en un gran éxito editorial.
La novela cristalizó "después de muchas más que se quedaron por el camino", y al terminarla, más libre de ataduras que en las anteriores, sintió que lo que tenía era un libro "aburrido" de más de seiscientas palabras.
Su editorial lo presenta como una obra "adictiva" y la respuesta de los lectores ha sido extraordinaria.
Influido por autores como Margarite Duras, Margarite Yourcenar y Romain Gary, así como el estadounidense Philip Roth, no cree que haya una poderosa razón para explicar lo bien que le ha ido a su novela.
Dicker, que ha vendido ya 25.000 ejemplares en México y más de 800.000 en Francia y ocupa los primeros lugares en ventas en España, afirma que el mérito del libro es más de su editor, "que creyó en el éxito" cuando él no creía.
Para este escritor, la literatura se asemeja a algunos deportes como el boxeo, en el sentido que es como "una lucha con uno mismo" en la que uno se pregunta incesantemente si es bueno, si puede ser mejor o si está listo para lanzarse a un proyecto, en este caso a la creación.
Dicker reconoce que ha tenido un comienzo de carrera literaria "muy impresionante", pero dijo desconocer si será recordado en unos años como el novelista de una buena obra o si será capaz de crear otras que atraigan a los lectores.
El próximo año se publicará en español "Los últimos días de nuestros padres", la primera de las novelas que escribió Dicker. EFE
act/pem/ar