Cinco años tuvieron que esperar sus lectores para volver a leer una nueva novela bajo la firma de Jorge Franco, uno de los escritores colombianos más leídos desde que a finales de los años noventa impactó al mundo editorial con ‘Rosario Tijeras’.
‘El cielo a tiros’ fue su anterior libro, publicado en 2018, y desde hace algunas semanas se encuentra en las librerías del país ‘El vacío en el que flotas’ una novela con la que Franco sigue construyendo su obra literaria en torno a las distintas caras de la violencia en una sociedad tan diversa y desigual como la colombiana.
La explosión de una bomba y la desaparición de un niño son los hechos que entrelazan la vida de los protagonistas de esta historia, en la que Franco profundiza la causa y el dolor que generan los distintos vacíos que puede causar la violencia en los seres humanos.
A principios de 2019, en medio de la polémica, las autoridades de la ciudad de Medellín tomaron la decisión de demoler el edificio Mónaco, uno de los hogares del narcotraficante Pablo Escobar.
Allí, en medio de todo ese proceso, estuvo Jorge Franco en un acto que lo hizo reflexionar sobre el aumento del papel protagónico de los victimarios en una sociedad de altos niveles de violencia como la colombiana.
Esto lo motivó, ya en medio de la pandemia, a escribir ‘El vacío en el que flotas’, con un juego de ficciones, que bien podrían suceder en cualquier ciudad colombiana, donde una historia puede suceder dentro de otra.
En todas las historias, el vacío está presente, generado por las distintas violencias que pueden existir, como una pareja joven que pierde a su pequeño hijo en medio de un atentado terrorista, sin lograr encontrar rastro alguno de él.
Un joven escritor ganar un premio literario internacional y vive lejos del hombre que lo crió, sin saber casi nada de su pasado, sus orígenes.
Además, un hombre que se rebusca la vida, quien a veces se viste de mujer, de un día para otro se ve en la obligación de criar a un pequeño niño tras la desaparición de sus padres.
Historias que se van entrecruzando, teniendo como eje central el peso de la ausencia, los vacíos con los cuales la gente debe vivir tras el crimen, tras las distintas caras de la violencia.
La novela no habla de narcotráfico, menos de Pablo Escobar o de una ciudad específica, pero sí de las consecuencias que genera la violencia en el ser humano.
En 336 páginas, Jorge Franco indaga en los vacíos que dejan las ausencias, por la partida de aquellos que se fueron antes de tiempo o él de las personas que carecen de un pasado, pero también aquellos vacíos que genera la discriminación permanente y todo aquello que puede generar culpa.