“No hay mejor manera de conocerse que viajando”: Laila Abu Shihab
Por @Lauquiceno
—¿Dónde estás viviendo?, me preguntó.
—Ahora mismo, en ninguna parte, le dije. Y luego le expliqué en lo que ando. Viajando por Europa con mis ahorros. Viajando, solamente. Gastando lo que tengo en eso, en recorrer una parte importante del mundo. Llenándome de ideas, de vida. Me estoy regalando un año sabático.
—¡Wow! ¡Increíble! Te envidio de verdad. Quisiera hacerlo. ¿Cómo lo logras, de dónde sacas los recursos?
—Pues si has trabajado por varios años y nada te ata en este momento, si tienes ahorros, puedes hacerlo. Y ese es precisamente tu caso. No estás casado, no tienes hijos, llevas toda la vida trabajando sin parar y ahorrando. Déjame decirte que la tienes más fácil que muchos. Es sólo tomar la decisión, lanzarse, y listo.
Este diálogo compartido por Laila Abu Shihab, una bogotana de 35 años en su columna ‘El verdadero peligro de tomarse un año sabático’ de la Revista Shock fue uno de los artículos más compartidos en mayo de 2015 y puso en el panorama digital a su blog: Puntos de quiebre, una bitácora que nació en el 2014 en su travesía por Europa.
“En el blog se unen dos pasiones: escribir y viajar. En un viaje encuentras miles de historias que merecen ser contadas y no me aguanto las ganas de narrarlo. El blog viajero lo cree en la travesía que hice por Europa durante un año, del 2014 al 2015 y me di cuenta que a la gente le gustan las historias de viaje, no quería quedarme con esas historias guardadas, quería compartirlas. Yo renuncié al trabajo que tenía, dejé todo lo que tenía en Colombia y hay un antes y un después de ese viaje, es un punto de quiebre en mi vida y por eso el nombre del blog”.
Foto: Sandro Sánchez- RTVC
Laila, al igual que muchas mujeres en América Latina: Aniko Villalba- Argentina, Gaía Pasarelli-Brasil, Laura Lazzarino- Argentina, Carolina Chavate- Colombia, Stefanía Ramírez-Colombia, entre otras, revindica en sus publicaciones el derecho a viajar sola.
“Mucha gente lo primero que me preguntó cuando decidí hacer mi travesía por Europa fue: ¿No te da miedo viajar sola y siendo mujer? Y yo nunca lo sentí. No le tengo miedo a viajar sola y menos cuando se volvió algo adictivo para mí, pero sé que viajar solo no es para todo el mundo, porque si creo que para esos viajes debes tener mucha fortaleza mental y física porque hay momentos duros de soledad y nostalgia. También creo que no es para todo el mundo, porque lamentablemente hay un imaginario en nuestra sociedad que si estás solo es porque no tienes nadie con quién viajar. A mí sí me gustaría luchar contra eso, si andas solo no significa que seas un ser solitario, significa que para ese viaje no hubo alguien que te acompañara y que no te vas a perder la oportunidad de recorrer el mundo".
La próxima travesía de Laila es escribir un libro con sus crónicas de viajes, hoy tiene claro que de las 119 ciudades que visitó en Europa viviría solo en 4, una de ellas Barcelona. Prefiere las melodías de Puerto Candelaria, Fobia, Caifanes y la música balcánica, para que la acompañen en muchas de sus travesías. En Colombia el paisaje del Eje Cafetero y el Pacífico son algunos de los destinos nacionales que recomienda:
“En el Pacífico colombiano hay varios planes, este es un Pacífico guerrero, recomiendo empezar en Buenaventura, seguir en Ladrilleros, pasar por Juanchaco y La Barra. Ese me parece que es un paseo distinto en Colombia y mágico. Otro paraíso es la Sierra Nevada de Santa Marta y Ciudad Perdida, yo creo que los colombianos no deberíamos morirnos sin antes haber recorrido esta zona. Otro paisaje, el Eje Cafetero, si uno recorre el Eje Cafetero y no termina enamorado de Colombia es porque tiene un problema en el corazón y en los Llanos, departamentos como Casanare, Arauca, Vichada, son paraísos poco explorados”.
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Laila aún no define si Bogotá será su centro de operaciones, porque sus ganas de conocer el mundo continúan:
“Lo que más se aprende en un viaje es a conocerse a sí mismo, más que de historia, geografía, de conocer otras culturas, saber cómo viven, más que todo eso que es externo, lo que más aprendes en un viaje es interno, es conocerte a ti mismo y sobre todo si estás solo. No hay mejor manera de conocerse que viajando porque uno se da cuenta de lo que es capaz, de lo que no, de sus límites. Yo desde que hice esa gran travesía por Europa siento que mis defectos se han minimizado y mis virtudes se han multiplicado. Gracias a todos esos viajes y aventuras soy una mejor versión de mí misma".
