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Reportan brote de paludismo en comunidades indígenas de Nuquí y Alto Baudó en Chocó

La enfermedad ya cobró la vida de dos niños y un adulto en lo que va del mes de mayo.

En el Chocó, las comunidades indígenas Puerto Indió Chorí, en Nuquí, y Jurubidá Chorí Puerto Indio en Alto Baudó, presentan una difícil situación por cuenta de un brote de paludismo entre sus habitantes. Así lo denunció Plácido bailarín, secretario general de la Federación de Asociaciones de Cabildos Indígenas (Fedeorewa).

En estas comunidades niños, jóvenes y adultos se han visto afectados por esta enfermedad que ya cobró la vida de dos menores y un adulto en lo que va del mes de mayo, y quienes no recibieron atención médica debido a las dificultades para movilizarse hasta los centros de salud en las respectivas cabeceras municipales.

La muerte más reciente se presentó la noche del 28 de mayo. Se trata de Avel Conchave, quien era miembro de la guardia indígena de la comunidad de Puerto Indio en Nuquí.

Los otros dos decesos se presentaron en la comunidad de Puerto Indio, resguardo Jurubidá Chorí, municipio Alto Baudó. Allí, el 27 de mayo la enfermedad “acabó con la vida del niño José Emilson Querágama, Emberá Katio, que tenía un año de edad, sumando a esta difícil situación dos niños muertos por paludismo este mes”, revela el comunicado de la Federación.

Según la organización, en esta última comunidad del Alto Baudó, alrededor de 50 personas, entre menores y adultos, presentan sintomatología de paludismo, lo que tiene muy preocupados a los líderes.

Fedeorewa indicó que han llamado reiterativamente la atención de las secretarías de Salud de los municipios de Nuquí, Alto Baudó y de la Secretaría de Salud Departamental, para que envíen brigadas de salud a las comunidades, pero que no han sido escuchados.

Por lo anterior, hacen un llamado urgente a la Defensoría del Pueblo y a la Procuraduría para que hagan seguimiento a esta situación por la que atraviesan actualmente, y que, de no recibir pronta atención médica, amenaza con acabar con la vida de decenas de personas de las comunidades indígenas Emberá Katío y Dóbida en Nuquí y Alto Baudó.

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