A través de un oficio dirigido a la Junta Directiva de la Corporación Deustche Schule Medellín (o Corporación Colegio Alemán), varios padres de familia de dicha institución expresaron su inconformismo con la admisión de la familia de Daniel Quintero a la citada comunidad educativa, entendida esta como la admisión de las hijas del suspendido alcalde de Medellín.
Ante la polémica que causó la misiva, Anke Käding, rectora de la institución, expresó que el Colegio Alemán es una institución apolítica y no confesional que forma a sus estudiantes para un mundo globalizado.
“Nuestra posición como institución (…) es que nuestra filosofía, valores y principios que orientan la formación de los estudiantes están asociados al pensamiento crítico, al respeto de la diferencia por el otro, al pluralismo y a la democracia”, aseguró Käding, quien invitó a los miembros de la institución a manifestar sus inquietudes a través de canales de comunicación formales.
De hecho, a través de un comunicado, un grupo de estudiantes del Colegio Alemán también se mostró en desacuerdo con la posición de los padres de familia que firmaron la carta, asegurando que el colegio no debería involucrarse con asuntos estrictamente políticos.
“(…) y a raíz de este perjudicaría a una niña de Prekinder la cual no tiene entendimiento de la situación. Tampoco pensamos que ningún niño merece ser juzgado por la reputación que tienen sus padres. Al pretender quebrantar el derecho a la educación de una niña, con lo cual también se está difamando la imagen de su familia, (…) se contradicen los valores de los que el colegio tanto se enorgullece”, afirmaron los estudiantes.
Las directivas del Colegio Alemán definirán este jueves si es necesario o no citar a una reunión a los padres que emitieron la carta. La hija mayor de la familia Quintero Osorio está ya inscrita en el colegio y avanzando en su proceso de formación. La menor, por su parte, se encuentra en una etapa de admisión que puede durar hasta dos años.
La carta
El hecho fue denunciado por la periodista Ana Cristina Restrepo y el mismo Quintero a través de sus redes sociales, donde este hizo pública la misiva en la que, entre otras cosas, los firmantes desacreditan “los valores practicados por ellos (la familia Quintero)”, haciendo referencia a las actuaciones y declaraciones públicas del político antioqueño, especialmente aquellas relacionadas con el sector empresarial de Medellín.
“La familia Quintero Osorio se ha hecho públicamente famosa por atacar, descalificar, deshonrar y buscar destruir de manera sistemática y descarada, sin prueba alguna, toda la estructura social y empresarial (…) que durante años hemos admirado y de la cual nos sentimos inmensamente orgullosos”, dice el documento.
Los padres de familia aseguraron que la citada admisión los indigna, y que significa una afrenta para la mayoría de las familias de la Corporación Colegio Alemán. En la carta, que tenía un carácter privado y “restringido al círculo de los interesados”, los padres resaltan los principios de selección aplicados históricamente por el colegio, enfocados en “seleccionar familias más que niños”, excepto en el caso de la familia Quintero Osorio.
“(…) no encontramos una explicación -ni siquiera en la apertura y la liberalidad practicadas por la institución-, para que el Colegio haya tomado esta decisión, pues son incontables las actuaciones que (…) dan cuenta de manera inequívoca de que los valores practicados por ellos, van en abierta contravía de la fundamental identificación que en este trascendental aspecto tiene que existir entre las familias y el Colegio”, expresan.
A raíz del caso, los comentarios en redes sociales no se hicieron esperar, entre ellos los de Diana Osorio, esposa de Daniel Quintero y quien además funge como Gestora Social de la Alcaldía de Medellín. El suspendido alcalde, por su parte, solo se limitó a acompañar la publicación de la carta en su cuenta de Twitter con la expresión “Dolor en el alma”.
“Escogimos al Colegio Alemán porque queremos que nuestras hijas aprendan de una sociedad que reconstruye su memoria para deconstruir un dolor; que conozcan a un país libre que vive y nutre la diferencia, uno que habla alemán pero también escucha la lengua de millones de migrantes, un país diverso y abierto, un país que es un ejemplo para el nuestro, el cual todavía lucha contra el clasismo, el fascismo, la xenofobia y la aporofobia”, señaló Osorio.