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Fin del racionamiento en Bogotá: Cuestionamientos y cacerolazo en firme

Aunque la medida es celebrada por muchos, persisten cuestionamientos sobre su sostenibilidad, y se mantiene la convocatoria al cacerolazo del 11 de abril como expresión de descontento ciudadano.
Cuestionamientos en contra de Galán por levantar el racionamiento en Bogotá
Foto: Parques Nacionales Naturales
Daniel Mondragón

El próximo 12 de abril será levantado de manera permanente el racionamiento de agua que afectó a Bogotá durante más de un año. Así lo anunció el alcalde Carlos Fernando Galán, en compañía de funcionarios del Acueducto de Bogotá.

La decisión era esperada por millones de personas en la capital y en municipios como Mosquera, La Calera, Chía, Cajicá, Sopó, Gachancipá, Tocancipá, Soacha, Funza, Madrid y Cota, donde cada nueve días debían afrontar más de 24 horas sin acceso al preciado líquido.

Aunque muchos celebran el fin del racionamiento, otros expresan preocupación por lo que consideran una decisión apresurada. El pasado 4 de abril, la Corporación Autónoma Regional (CAR), aseguró que, con la autorización para tratar el agua del río Bogotá, el levantamiento de la medida podría hacerse de manera casi inmediata. 

Sin embargo, el Acueducto de Bogotá respondió de manera tajante: “Con la solicitud inicial se esperaba un aporte adicional de 49 millones de metros cúbicos al año, pero con la nueva resolución solo se alcanza un aumento de 4,6 millones, menos del 10 % de lo requerido y con restricciones en algunos meses”.


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Una de las voces críticas frente a la decisión fue la de la concejal Heidy Sánchez, quien cuestionó al alcalde Galán por levantar la restricción cuando los niveles de los embalses aún son bajos.

“Hace un año usted anunció que la meta era tener los embalses al menos al 75 % y con un consumo de 15 m³/s. Sin embargo, la ciudad sigue lejos de cumplir esas metas. Chingaza no supera el 41 % y el agregado norte está por debajo del 48 %. El alcalde habla de decisiones ‘técnicas’, pero hasta la misma gerente del Acueducto advirtió sobre la imposibilidad de levantar el racionamiento por ahora”, expresó la concejal en su cuenta de X.

Sánchez también criticó duramente la gestión de Galán, acusándolo de priorizar su imagen política por encima del bienestar de la ciudad: “Un año, y nada de políticas de reúso, nada de estrategias contundentes para aprovechar aguas lluvias, solo una meta mediocre de mejoramiento de vivienda que ni siquiera se cumplió. La situación sigue siendo grave, y usted actúa solo por salvar su imagen política, deteriorada no solo por el mal manejo del racionamiento, sino también por temas de seguridad. La ciudad está llena de basura y usted solo vive pendiente del Metro”.

'Cacerolazo', en firme para el 11 de abril

El concejal José Cuesta Nova también ha sido un fuerte opositor de la gestión del alcalde frente al racionamiento de agua. En días recientes convocó a un cacerolazo en rechazo a las decisiones de las autoridades distritales.

La protesta, programada para el 11 de abril, invitó a los ciudadanos a llevar cacerolas, baldes y totumas como símbolo de la escasez de agua. Tras conocerse el anuncio del levantamiento, Cuesta reafirmó la convocatoria:

“El Cacerolazo contra Galán se mantiene porque no se trata de imponer o levantar el racionamiento. Se trata de adoptar una política para cultivar y sembrar el agua que necesita Bogotá. Esto implica frenar la expansión urbana en la sabana, crear un sistema distrital de almacenamiento de aguas lluvias para su reutilización, e invertir $5 billones en la próxima década en el programa ‘Bogotá Cultivadora de Agua’, que incluye la compra de bonos de carbono destinados a impulsar la restauración ecosistémica en la Amazonía, de donde proviene el agua que hoy consume la ciudad”.

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