El mundo artístico santandereano estaba en ascuas y a la espera de un debate de control político en el que la secretaria de Cultura, Mery Luz Hernández, respondiera ante las denuncias que habían hecho el diputado Ferley Sierra, sobre presuntas estafas a cientos de artistas a través de un contrato de $2.800 millones de pesos.
El primer debate de moción de censura, solicitado mediante estatuto de oposición, estaba previsto para llevarse a cabo el pasado lunes 17 de julio. Dos días antes, el presidente de la Asamblea, René Garzón, comunicó que se debía postergar.
“El suscrito presidente de la duma departamental, se permite informar, que, a solicitud de la funcionaria citada, se le ha concedido un improrrogable término de tres días, para que dé respuesta al cuestionario remitido”, indicaba a través de un comunicado.
El cuestionario al que se refiere es uno con 17 preguntas, que por ser de importancia pública para los artistas de Santander, adjuntamos a continuación. Pese a la prórroga propuesta, dichas preguntas no han sido respondidas hasta el momento.
Con el recinto apenas empezando a recibir tanto a diputados como barras, el presidente abrió su micrófono para dejar en claro, mediante el secretario, que esta citación a moción de censura se había hecho bajo los términos de ley, pese a la prórroga.
Óscar Sanmiguel, diputado de la U, pidió la palabra para recalcar que la secretaria no había hecho presencia en el recinto, pese a que ya eran más de las 2:30 pm, hora fijada para el debate. El diputado Camilo Torres, de la coalición Unidad Alternativa, hizo énfasis en que las garantías estaban dadas tanto para los diputados como para la funcionaria de la gobernación. “No le coartamos la voz a nadie, y no vamos a aplicar el silencio que nos aplican a nosotros”, dijo.
Giovanni Leal, otro de los diputados firmantes de la oposición, dio a conocer que las presuntas irregularidades en la cartera de la cultura no son nuevas. “Desde 2021 denunciamos ante la Procuraduría y la Fiscalía que una contratista de la secretaría era la encargada de diseñar los contratos y al mismo tiempo estaba relacionada con la fundación que recibía el contrato”, explicó el diputado de Alianza Verde. Y además, “se buscan fundaciones sin experiencia, sin capacidad financiera y de papel”, añadió Leal.
A las 3:16 de la tarde, el diputado recalcó en micrófono que la secretaria no había llegado a la Asamblea, pese a que estaba rodando el voz a voz de que había renunciado a su cargo. El secretario de la duma departamental confirmó que hasta ese momento no había presentado la carta de renuncia. “Debemos notificar a la Procuraduría que esta funcionaria no asistió a una citación, hecha por la oposición”, precisaron varios diputados citantes al debate.
Hecho el preámbulo, con la Asamblea llena de artistas, y los diputados en sus puestos, Ferley Sierra se paró en el atril. “El pecado acobarda”, empezó gritando, “por eso, la secretaria no está aquí dando la cara”.
El contrato de la presunta estafa y el minuto a minuto de la moción fue así:
El documento en cuestión que alborotó este avispero es el contrato 3820 de 2022. Un contrato de más de $2.800 millones de pesos que buscaba incentivar artistas de todo el departamento, pero que, según denunció el diputado Ferley Sierra en su momento, resultó siendo una presunta estafa, pues a los artistas les pagaban entre 100 y 400 mil pesos, y a través de documentos, le cobraban a la gobernación entre tres y cuatro millones de pesos.
Mientras el diputado Ferley Sierra mostraba todas las pruebas recopiladas en cuatro mamotretos, sucede un hecho poco visto en estos recintos de control político: todos los diputados estaban concentrados en las pantallas que iban mostrando decenas de documentos firmados por el mismo artista, pero con diferentes firmas.
Aquellos que certificron los pagos por menos de 400 mil pesos, reconocidos por los artistas, y otros más que tenían una firma desconocida por los artistas por valores de entre tres y cuatro millones de pesos.
“Que todos estemos concentrados es porque hay barras pendientes de nosotros, sino, sería diferente”, confesó un diputado.
Cuando los artistas tuvieron la oportunidad de hablar ante el micrófono, se despacharon compungidos ante los presentes.
“En quién podemos confiar después que nos hacen esto”, preguntó con la voz entrecortada Ronald Espinel, uno de los artistas que firmó por un valor inferior, y luego se enteró de que el dinero que debían darle, al parecer, era diez veces más.
Darwin Vargas, hijo menor de Roque Julio ‘Tocayo’ Vargas, también pasó al micrófono para exponer su situación, pues asegura que él y su mamá firmaron recibos por $100 mil pesos y luego se enteraron de que el valor que les correspondía era, presuntamente, mayor. De tal palo, tal astilla. Su denuncia la hizo en copla.
“Son familias poderosas
que se creen bien exitosas
pero son bien peligrosas
pues la plata se robó
el pueblo los despreció
pero ya los reconoció
y ni un voto les dará en las próximas elecciones,
pues ellos votan millones
por toiticas las regiones,
pues tienen las relaciones
hasta se creen los patrones
de toitico el departamento.
Yo con esto no les miento
y ustedes lo comprobarán
que en este verso les dije
nada más que la verdad”.
En medio de la denuncia de este contrato, un asistente dejó caer un pendón de casi tres metros de largo en el que se exponían 12 contratos más que ya firmó la secretaría de Cultura, en los que también habría presuntas irregularidades. Los diputados de la oposición denunciaron que había un modus operandi en la mayoría.
Uno de los requerimientos que tenían este proceso contractual era el de que las empresas participantes debían aportar un 30 % para poder postularse. “¡Quién tiene casi $800 millones para aportar a la cultura con la posibilidad de perderlos!”, seguía vociferando el diputado Ferley Sierra.
A las 3:49 de la tarde, Ferley Sierra, hizo un alto en la diatriba de contratos, presuntas irregularidades, y presuntos amarres, y gritó: “Diputados y gestores culturales: renunció la secretaria de cultura. Es oficial”. 65 asistentes sentados en las barras gritaban y aplaudían en vítores al unísono.
Y es que la secretaria lo confirmó a través de redes sociales, pues en su Instagram publicó lo siguiente:
"Ante los ataques personales y familiares que hemos sufrido en las últimas semanas, el 19 de julio tomé la decisión de renunciar a mi cargo como secretaria de Cultura y Turismo, cumpliendo con el 100% de las metas propuestas en el plan de desarrollo Santander Siempre Contigo y Para El Mundo".
La efervescencia del momento sirvió para que el diputado Sierra mostrara un parqués y preguntara a los asistentes, cual subasta ganadera, cuánto pagarían por un juego de mesa. El presidente de la Asamblea, René Garzón, otro de los diputados que no firmó la proposición de moción de censura, dijo que podía pagar $10 mil pesos. Algunos diputados, más amplios con sus carteras, ofrecieron hasta $100 mil.
“$795 mil pesos costó este mugre tablero”, gritó Ferley Sierra, mientras lo tiraba al piso. El sonido de una tabla MDF chocando contra el piso retumbó en todo el recinto.
Al término del debate, Mauricio Mejía tomó la palabra para hacerle una solicitud al diputado Sierra.
“Estoy seguro de que de aquí van a salir responsables, traslade esta información a la Fiscalía”, le pidió el diputado de Cambio Radical, pese a que fue otro de los cuatro diputados que no firmaron la proposición de moción de censura. “De lo contrario, esto que pasó no es más que un honor a la bandera”.
No obstante, la diputada Claudia Ramírez, del partido conservador, considera que "a pesar de la renuncia de la secretaria, su salida del cargo podría tener implicaciones disciplinarias y penales, además de que salió públicamente como corrupta”.
Ahora, los diputados tendrán entre 3 y 11 días para votar la moción de censura en contra de Mery Luz Hernández, ahora exsecretaria de cultura de Santander.