Fuerza de Mujeres Wayuu: constructoras de paz en La Guajira
Para el pueblo wayuu, las mujeres son tejedoras de vida y representan la fuerza, resistencia, la relación permanente con la madre tierra, la familia y la preservación de su cultura. Para esta etnia, la más numerosa de Colombia, el género femenino es un pilar fundamental en sus territorios.
Históricamente, las indígenas wayuu se han organizado y de manera colectiva, han luchado por defender su tierra, sus tradiciones, el medio ambiente y sus derechos. La organización Fuerza de Mujeres Wayuu es un vivo ejemplo de ello, pero para contar su historia, debemos remontarnos al inicio de los años 2000.
Para esa época, la población wayuu era fuertemente golpeada por el conflicto armado que se vivía en el país. En ese entonces, el paramilitarismo y la guerrilla desataron uno de los períodos de violencia más crueles vividos en este territorio.
Miguel Ramírez Boscán es uno de los sobrevivientes del clan Epinayú, una familia proveniente de Maicao que fue desintegrada como consecuencia de esta guerra. “Empezaron a secuestrar como forma de intimidación, se llevaban durante tres o cuatro días a primos, tíos y familiares cercanos al monte, allí los torturaban y mientras tanto, nuestra incertidumbre crecía esperando nuestros seres queridos”, relató.
Pero un asesinato colmó la paciencia de los Epinayú, el del tío mayor Wilmer Boscán, a quien conocían como ‘Cacipa’; el hecho marcó el inicio del desplazamiento de los hombres de esta familia.
“Para finales del año 2004, nos vimos en la obligación de migrar del territorio, nos tocó desplazarnos para otra ciudad de Colombia. Nos fuimos 12 hombres de la familia, situación que causó muchos trastornos, principalmente psicológicos al separarnos de nuestras hermanas, nuestras madres y desprendernos de nuestra economía”, contó Miguel.
De allí provino la Fuerza de Mujeres Wayuu, indígenas del género femenino que se organizaron para detener las graves violaciones a los Derechos Humanos que se estaban cometiendo contra comunidades de esta etnia.
“Esta situación conllevó a mi hermana, Karmen Ramírez Boscán, a investigar y a empezar a establecer relaciones con instituciones como la Organización Nacional Indígena de Colombia y el colectivo de abogados José Alvear Restrepo, entidades que comenzaron a orientarla, y en ese proceso, se encontró con más mujeres wayuu que estaban denunciando situaciones similares”, manifestó.
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Fue así como estas mujeres comenzaron a juntarse y hacer ruido para captar la atención del país. En ese camino por hacer visible al pueblo Wayuu, la Organización fue tomando fuerza y comenzó a recorrer de norte a sur La Guajira, empoderando a las comunidades indígenas y tejiendo una red que no solo defiende los derechos fundamentales de esta etnia, sino también a las poblaciones vulnerables.
“Comenzaron a liderar procesos de formación en Derechos Humanos, derechos territoriales y de los pueblos indígenas, porque la educación era la principal arma con la que nosotros podíamos contrarrestar las balas, que fuera la verdad de los hechos victimizantes nuestro principal escudo”, señaló.
La fuerza de las mujeres wayuu no se detiene
Karmen Ramírez Boscán, la fundadora de esta organización y actualmente congresista, se vio obligada a abandonar Colombia en el año 2009 presionada por las constantes amenazas en su contra, pero esto no detuvo la Fuerza de Mujeres Wayuu y, por el contrario, esta y otras intimidaciones contra sus integrantes, fueron el impulso para seguir en la búsqueda de la paz y la reconciliación.
Para Evelin Acosta, indígena wayuu del municipio de Uribia e integrante de la Fuerza de Mujeres Wayuu, esta organización ha sido un gran aporte a la reconciliación en La Guajira. “Hablar de paz y reconciliación en Colombia no ha sido fácil, sin embargo, desde nuestro colectivo hemos apostado a participar en varios procesos de incidencia, de construcción y sana convivencia”, expresó.
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Actualmente, la Fuerza de Mujeres Wayuu está conformada por alrededor de 15 coordinadores municipales y decenas de hombres y mujeres wayuu que se han unido a este proceso desde el año 2006 y que, desde sus diferentes roles, construyen paz en sus territorios.
El trabajo de Fuerza de Mujeres Wayuu está sembrando su semilla en jóvenes wayuu, a través de los semilleros que han conformado en todo el departamento para que fortalezcan la consigna de defender la vida como principio de la armonía en sus territorios.
