Pasar al contenido principal
CERRAR

La iniciativa que reúne a médicos para combatir la desnutrición infantil en Colombia

Especialistas en nutrición, pediatras, geriatras, odontólogos, entre otras áreas, hacen parte de esta labor de la Fundación Manos Pintadas de Azul.
Foto: Pixabay.
María Camila Sánchez

Según cifras del Instituto Nacional de Salud, en Colombia se han registrado más de 8 mil 500 casos de desnutrición infantil aguda, mayoritariamente en población indígena durante el 2021 y se tienen registros de al menos 133 muertes de menores de edad por esta condición. La entidad estima que más de 560 mil niños y niñas sufren de desnutrición crónica ante las condiciones de extrema pobreza que viven sus familias.

Ante este panorama y sabiendo que la tasa de desnutrición puede seguir incrementándose, la Fundación Manos Pintadas de Azul convocó a un equipo de especialistas médicos y les propuso dejar por unos días los consultorios y ponerse botas para recorrer los territorios más apartados del país para contribuir a combatir la desnutrición infantil.

En Contacto Directo, Lina Albarracín, directora de la Fundación y líder de este llamado, indicó que a la fecha ya han desarrollado 41 brigadas médicas por todo el país, a través de las que han ayudado a 15 mil 500 personas, siendo el Amazonas el más reciente destino al que se unieron 50 médicos voluntarios.

“En este departamento la necesidad es muy marcada en términos de desnutrición. Allí pudimos atender a más de mil personas con ayuda de médicos de Brasil y más allá de lo significativo que resultó por el servicio, lo fue por los hallazgos: la desnutrición es muy compleja, especialmente, en los niños”, explica.

Según Albarracín, la organización convoca a médicos especialistas en nutrición, pediatras, geriatras, odontólogos, entre otras áreas, que se seleccionan a partir del estudio previo realizado en las comunidades a las cuales se desplazarán y sus respectivas necesidades.

“Al llegar a estos territorios las personas siempre nos dicen que están afiliados al sistema de salud, pero en muchas oportunidades esto solo se traduce en un cartón, porque no cuentan ni con un centro médico o un hospital. Cuando llegamos nos ocupamos de estabilizar a los pacientes más críticos, evaluar su condición de salud y brindar la atención prioritaria”, indica.

“Más allá de la brigada que desarrollamos, nos concentramos en hacer programas post-brigadas por medio de líderes sociales que se vuelven el puente entre la comunidad y la Fundación y nos manifiestan cuáles son las necesidades pendientes de atender”, expone al añadir que, en esa búsqueda por acompañar a estas poblaciones, intentan desarrollar mínimo dos brigadas anuales a estos espacios.

En las 41 brigadas la Fundación ha enviado medicamentos, suplementos dietarios, vitaminas, entre otros implementos con los que buscan que los casos de desnutrición disminuyan. De la mano con los médicos voluntarios, intentan cada seis meses visitar las comunidades más afectadas en índices de desnutrición y mediante llamadas telefónicas y videollamadas (en donde la señal lo permite) se cercioran de que los insumos enviados sean suministrados a quienes más lo necesitan, especialmente a los niños.

“Esto lo logramos gracias a personas de la comunidad, a organizaciones y laboratorios médicos que están presentes en esos territorios, porque solos no podemos”, comenta la gestora.

Aunque la Fundación ha trabajado en todo el territorio, sin embargo, Amazonas, Casanare, Vichada y Antioquia son las zonas de mayor atención para los planes venideros de la Fundación por tratarse de las áreas en donde hay mayores índices de desnutrición.

Para el 2022 tenemos planeado dejar centros de salud completamente funcionales en zonas apartadas como en el Vichada, donde no hay siquiera una enfermería. No es solo asistir sino queremos darles continuidad a los programas”, indicó.

Artículos Player