Actualmente, la escritura a mano se ha convertido en un ejercicio poco frecuente entre los niños, niñas y adolescentes. Desde la integración de los computadores y las tabletas a las aulas de clase, la escritura a mano ha dejado de enseñarse para integrar la redacción digital, un tipo de escritura.
Según estadísticas de las Naciones Unidas, realizadas entre el 2023 y el 2024, es la más utilizada por el 67% de la población mundial, es decir, por unos 5.400 millones de personas en todo el mundo. Pero el hábito de la escritura digital deja atrás una serie de beneficios que conlleva escribir a mano y que se han demostrado tanto en niños como en adultos.
En un estudio realizado por el Laboratorio de Neurociencia del Desarrollo del Departamento de Psicología en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Trondheim, Noruega, se rastreó la actividad eléctrica cerebral de 36 estudiantes universitarios mientras escribían a mano con un lápiz digital y también mientras escribían las mismas palabras en un teclado de computador.
El análisis se registró con una matriz de 256 canales conectados a la cabeza para conocer la actividad cerebral que se desarrollaba durante el ejercicio.
Cuando los estudiantes escribieron a mano, se demostró que los patrones de conectividad cerebral eran mucho más generalizados en cuanto a la coherencia relacional entre las regiones parietales y centrales del cerebro.
Dichos patrones neuronales son cruciales para la formación de la memoria y para codificar nueva información que percibimos día a día. En otras palabras, la escritura a mano despierta conexiones neuronales que son beneficiosas para el aprendizaje generalizado y para la comprensión lógica de nuevas ideas.
Además de lo anterior, la escritura que se realiza a mano fortalecía los patrones espaciotemporales de la información que los estudiantes veían durante la investigación, pues esta información era traducida a los movimientos de la mano que controlaban con precisión el lápiz que utilizaban.
La estimulación del aprendizaje que este ejercicio comprobó permite concluir que, si la escritura a mano es practicada desde una temprana edad, las conexiones neuronales del aprendizaje se pueden estimular más que si se expone a los niños y niñas a aparatos electrónicos que no garantizan esta misma estimulación.
Mientras tanto, en los estudiantes que escribieron en un teclado de computadora, se observó una actividad desincronizada que se relacionaba con las mismas regiones del cerebro activadas durante el ejercicio a mano, pero que eran mucho menos estimuladas por este tipo de escritura digital.
También se vio que las áreas del cerebro que se relacionaban con la retención, con el uso de conceptos, y en general con el uso del lenguaje, no se estimulan tanto como con la escritura hecha a mano. Esto comprobaría en parte que escribir a mano también permite una elaboración más compleja del lenguaje escrito y hablado.
Si bien, la tecnología implica muchos avances y beneficios para nuestras tareas cotidianas, ejercicios como la escritura a mano pueden ayudarnos a ampliar nuestro horizonte de aprendizaje, al igual que mejorar nuestra memoria.
Esta práctica es sobre todo beneficiosa para los niños, niñas y adolescentes que cada día se ven más inclinados a integrar a su vida un lenguaje digital mediante tabletas, celulares y computadoras.