En Colombia, las alarmas se encendieron nuevamente tras el reciente suicidio de Catalina Gutiérrez, una joven médica residente de la Universidad Javeriana, caso que pone la urgente necesidad de abordar el problema del bullying nuevamente de manera colectiva y mostrar sus efectos devastadores en la salud mental de quienes lo experimentan.
En una reciente emisión de "El Atardecer", siempre interesados por el bienestar de los oyentes, se abordó este delicado tema, poniendo en el centro de la conversación la salud mental y las condiciones a las que están sometidos, variando entre estudiantes y profesionales.
Diego Otálora, psicólogo especializado en psicología clínica y autoeficacia personal, profesional graduado de la Universidad del Bosque compartió su perspectiva sobre las cicatrices que deja el bullying. "Las personas que han sido víctimas de matoneo pueden experimentar episodios depresivos, altos niveles de ansiedad, incluso ideación suicida. Estas personas desarrollan una indefensión aprendida, donde sienten que sus acciones no tienen impacto en su bienestar, lo que puede llevarlos a una espiral descendente de miedos e inseguridades", explicó el psicólogo, subrayando la importancia de un proceso terapéutico adecuado.
El 2 de mayo se conmemora el Día Mundial Contra el Bullying o el Acoso Escolar, una fecha crucial para recordar la gravedad de un problema que afecta a millones de estudiantes en todo el mundo. Esta iniciativa, promovida desde 2013 por el Dr. Javier Miglino, fundador de la ONG Bullying Sin Fronteras, y aprobada por la UNESCO, busca visibilizar y erradicar el bullying en las escuelas.
El caso de Catalina Gutiérrez no sólo resuena en el ámbito educativo, sino también en el profesional, particularmente en la comunidad médica. Las denuncias sobre presuntos maltratos por parte de algunos docentes y las condiciones laborales de los residentes hospitalarios en Colombia han abierto un intenso debate. Diego Otálora enfatizó que "no podemos normalizar el matoneo bajo la excusa de que son adolescentes o niños. Los efectos pueden ser devastadores a largo plazo, como lo vimos en el caso de
Catalina, quien, a pesar de ser una adulta con más herramientas para defenderse, no pudo soportar la presión".
Laura Flórez Díaz, jefa de Gestión del Conocimiento de Red PaPaz, una organización dedicada a la protección de los derechos de niños y adolescentes. Flórez abordó un aspecto crucial: identificar si nuestros hijos son los ejecutores del bullying. “Es vital reconocer si nuestros hijos están intimidando a sus compañeros. A menudo, estos niños son muy populares y dominan las relaciones en la escuela. Pueden maltratar físicamente a otros, manipular y amenazar para conseguir lo que quieren”, señaló la jefa de Gestión.
La conversación con Flórez se centró en cómo los padres pueden detectar señales de que sus hijos están involucrados en conductas de bullying.
“Es importante observar si nuestros hijos hacen bromas pesadas, ponen apodos humillantes o maltratan físicamente a otros. También debemos estar atentos a si utilizan la manipulación o amenazas para obtener lo que desean”, explicó.
La pandemia de COVID-19 en 2020 trasladó la educación a plataformas digitales, pero no detuvo el acoso. Según un informe del Equipo Multidisciplinario de la ONG Bullying Sin Fronteras, el 33% de los niños y adolescentes de América del Norte, Central y del Sur, así como España, afirmaron haber sido víctimas de ciberbullying durante la cuarentena. Este cambio de escenario demuestra que la violencia y el acoso trascienden las aulas físicas, encontrando nuevos espacios en el mundo digital.
Con el fin de contar con un testimonio personal, el programa contó con la presencia de la doctora Laura Mosquera Arce, especialista en medicina estética, quien compartió su experiencia de haber sido víctima de bullying durante sus estudios de medicina. "Estudiar medicina implica muchas exigencias y maltratos, tanto por parte de profesores como de compañeros. En mi caso, experimenté rechazo y acoso constante, lo que me llevó a desarrollar problemas de ansiedad y depresión. Superar esto fue un proceso muy complicado, pero lo logré con terapia y mucha confianza en mí misma", relató Mosquera.
La Dra. Mosquera también mencionó la falta de apoyo institucional: "La respuesta de la universidad no fue alentadora. Me tocó lidiar sola con el bullying de mis compañeros. Fue una experiencia muy dura, que duró los seis años de mi carrera". A pesar de estos desafíos, Mosquera destacó la importancia de una red de apoyo, mencionando cómo su madre y una compañera fueron fundamentales para superar esos momentos difíciles.
En un país donde el 23% de los estudiantes reportan ser víctimas de acoso escolar, según estudios de PISA y el Sistema Unificado de Convivencia Escolar en Colombia (SUICE), es imperativo actuar con urgencia y compromiso para erradicar este flagelo y proteger la salud mental de nuestros jóvenes. El aumento del 75% en los casos de bullying en 2023 en comparación con el año anterior resalta la urgencia de implementar medidas efectivas de protección y prevención.
Es necesaria la necesidad de crear entornos escolares y laborales seguros y de promover una comunicación abierta y con sintonía. Los expertos coincidieron en que la prevención y el manejo adecuado del bullying requieren la colaboración de toda la comunidad: estudiantes, padres, profesores y profesionales de la salud.