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El choibá: un árbol de importancia ecológica, económica y espiritual para el Pacífico

Esta especie, de gran aporte económico y cultural para el departamento del Chocó, está en grave peligro por cuenta de la deforectación, entre otra causas.
El choibá, árbol del Pacífico
Voluntarios de la primera 'Choibatón'
Yuli Yovana Correa González

El choibá es un árbol nativo de la región del Pacífico colombiano, ecuatoriano y de Guatemala. Es una especie de crecimiento lento, pero de gran valor ecológico y comercial. Su madera es muy resistente y duradera, y se utiliza en la construcción, la ebanistería y la fabricación de muebles.

Existen procesos organizativos que se han preocupado por promover el desarrollo sostenible de los bosques, como la Mesa Forestal del Chocó, un espacio de articulación y coordinación entre los diferentes actores de la cadena forestal del departamento.

Para el ingeniero forestal David Fernando Pérez Abadía, miembro de la mesa y docente en la Universidad Tecnológica del Chocó, además de su valor económico, el choibá también es una especie de gran importancia ecológica. Es un árbol de gran porte, que puede alcanzar los 40 metros de altura. Su copa es amplia, lo que lo convierte en un hábitat para muchas especies de fauna y flora. También es un árbol de frutos, que son consumidos por los animales y ayuda a regular el clima y la calidad del agua.

“El choibá para las personas que trabajamos con el bosque representa una de las especies con mayor carga ecológica, hay un tema de que ella se vuelve hábitat o la casa de muchas otras especies, no solo vegetales como las bromelias, las heliconias, sino también de fauna; ahí anidan aves, hormigas, mariposas, gusanos, culebras; es como una urbanización de la fauna”, agregó.

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Gisela López, diseñadora industrial Manufactura 

La deforestación como una amenaza para el choibá

En el Chocó, el choibá prolifera en la zona norte del departamento, la cual presenta una de las tasas más altas de deforestación por la tala o quema de bosques para la agricultura, la ganadería, la minería o la construcción. Actividades que han aumentado en los últimos años, poniendo en riesgo la conservación de esta especie.

En específico, la deforestación reduce el hábitat del choibá, lo que dificulta su reproducción y supervivencia; reduce el número de árboles, lo que hace que la especie sea más vulnerable a la extinción; y perjudica los ecosistemas por su carga ecológica.

Estas acciones han limitado la dispersión de las semillas de la especie, en la que los animales son fundamentales, pues ni el viento ni el agua aportan a esta misión. Los mamíferos, en el caso de las ardillas y otros animales con la dentadura para hacer el rumen y expulsarla, han aportado por años a la conservación de esta especie. Al igual que las autoridades étnico-territoriales, afro e indígenas, los actores de la cadena forestal, y organizaciones sociales y ambientales que están trabajando para conservar este importante árbol.

En el departamento existen iniciativas como la del Centro Recreativo Citará “(...) que en sus inicios y antes de llamarse así, sus propietarios de manera juiciosa sembraron árboles de choibá, de cedro y de abarco. Hoy, los árboles de choibá, después de 25 años están en proceso de fructificación”, indicó Edwin Rafael Pedroza Moreno, director de la empresa Manufacturas Amarillo Verde, y coordinador del proyecto Feria del Mueble y la Madera Mamut 2023.

También, iniciativas aliadas como la del ingeniero Jorge Marmolejo, quien aporta con su saber a la dispersión del choibá.

"Conocemos en la amenaza que se encuentra, por ello se han recolectado semillas nativas y afortunadamente se logró hacer un vivero y hemos tenido plantas muy sanas que hoy estamos dejando acá en este espacio definitivo, donde también se piensa garantizar su crecimiento y desarrollo sin que estén en riesgo de ser talados a futuro”, señaló Jorge Marmolejo, Fundador Agrourbano y Agroverde. 


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Voluntarios en la primera Chibatón

El árbol sagrado y medicinal de los pueblos indígenas

En los sitios sagrados de los emberã dobida, se encuentran árboles de choibá. Según su cosmovisión, en estos árboles se encuentran los espíritus de sus ancestros. Además, tiene diversos usos medicinales para las comunidades indígenas y se utiliza para fortalecer el cuerpo, para hacer baños y para tratar problemas de la piel.

Danilo Chamorro Casama, es emberã dobida del municipio de Nuquí, estudiante de inglés y francés y quien hace arte corporal de la escritura antigua llamado kipara, explica el origen etimológico del nombre choibá.

“Nos sirve para fortalecer el cuerpo cuando estamos muy pequeños, para hacer baños y volverse fuertes. Cuando hay problemas de la piel también sirve mucho. Entonces realmente viene de estos dos componentes de soi, forma de boca, y líquido que significaba. Entonces viene de esos dos nombres de soi-ba, no choibá”.

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Edwin Rafael Pedroza Moreno director de Manufacturas Amarillo Verde

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La iniciativa "Choibatón"

De estos procesos de conservación del choibá se aliaron seis (6) empresas chocoanas a través de la iniciativa ‘La Choibatón’, que trata de la siembra de árboles nativos, una apuesta pedagógica que busca generar conciencia ambiental sobre el impacto de la deforestación en el departamento.

“Esta es la primera iniciativa de este tipo en el Chocó, desde una siembra tan masiva. Logramos sembrar en esta primera fase alrededor de 500 árboles, movilizamos más de 50 voluntarios desde el turismo, estudiantes, docentes, la agroindustria y transformación de materias primas, entre otros”, manifestó Gisela López, diseñadora industrial de Manufactura Amarillo Verde.

Las jornadas buscan promover un modelo de desarrollo sostenible que beneficie a las comunidades locales y proteja el medio ambiente e ir más allá de la extracción. Esto representa un cambio de paradigma en la relación entre el ser humano y la naturaleza.

"El ejercicio que estamos haciendo es de conservación, de compromiso con el cuidado del medio ambiente; es poder sembrar estas especies, garantizando que a futuro podamos contar con material genético que pueda ser fácilmente replicable, ya que esta especie se encuentra muy amenazada en el departamento del Chocó y en Colombia", dijo Jorge Olivo Marmolejo, fundador de Agrourbano y Agroverde.

Para María Gilda García, participante y maestra de Condoto, esta iniciativa es un paso importante para la conservación del árbol en el Chocó. Sin embargo, es necesario continuar con los esfuerzos de reforestación y educación para garantizar la supervivencia de esta importante especie.

"Este ejercicio es intentando garantizar que a futuro las nuevas generaciones cuenten con estas especies, que puedan dar frutos para que también como parte de compensación de toda esa madera que se aprovecha podamos contar con este recurso ", agregó.

Edwin Rafael Pedroza Moreno, director de Manufacturas Amarillo Verde, coordinador del proyecto Feria del Mueble y la Madera Mamut 2023, habló sobre el futuro de estas iniciativas. La próxima del año tiene su meta en el municipio Nóvita; un agricultor interesado en sembrar. Su terreno cuenta con las características para reforestar alrededor de 100 árboles.

"El propósito es que podamos tener ‘Choibatón’ para los años siguientes y que se vayan sumando personas naturales, dueños de empresas, ingenieros, personas que entiendan que esta iniciativa puede también caber en sus planes de responsabilidad ambiental y juntos podamos reforestar muchas más áreas", dijo Pedroza.

El director de Manufacturas Amarillo Verde reconoció que la iniciativa es compleja, ya que requiere de la participación de la institucionalidad y la empresa privada. Sin embargo, está convencido de que es el camino correcto para contrarrestar los impactos de la minería y la deforestación en Colombia.

Entre tanto, Olivo Marmolejo señaló que están trabajando con otras especies nativas del Chocó que se encuentran amenazadas, como el choibá, el catibal, los cedros y los robles.

"El ejercicio consiste hacer esta misma labor con otras especies amenazadas, con otras especies que también podamos garantizar su crecimiento de tal manera que aporte a la compensación por el aprovechamiento que se hace, sea con permiso o de manera indiscriminada", dijo Olivo Marmolejo.

La ‘Choibatón’ se suma a las iniciativas que se están llevando a cabo en Colombia para proteger el medio ambiente. El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, por ejemplo, establece como meta plantar 180 millones de árboles en el país.

 

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