La crisis del agua en Chapinero: una mirada a las soluciones ignoradas
La crisis, que se repite cada año, ha sido ignorada durante décadas, a pesar de las múltiples denuncias y solicitudes por parte de los habitantes de la UPZ (Unidad de Planeamiento Zonal) Chapinero.
Una decisión política, no una irregularidad
La edila explicó que las fallas en el servicio de agua no pueden considerarse simplemente como irregularidades, sino como una consecuencia de decisiones políticas que afectan directamente a la comunidad.
Garavito manifestó que el Acueducto de Bogotá debería enfocarse en campañas de concientización sobre el uso adecuado del agua, en lugar de centrarse en mejorar su imagen empresarial.
“No es una irregularidad, es más bien una decisión política. El acueducto debe dedicarse a elaborar campañas sobre el uso del agua, no a mejorar su imagen empresarial”, indicó Garavito, dejando claro que la prioridad debe ser el bienestar de los ciudadanos y no la apariencia de la entidad.
Un problema estructural con raíces profundas
Al ser consultada sobre si el problema del agua en Chapinero podría estar vinculado a la sequía de las reservas hídricas, Garavito explicó que se trata de un problema estructural mucho más complejo.
A lo largo de los años, los acueductos comunitarios han estado al margen de las decisiones tomadas por la Alcaldía. "Es un problema estructural. Los acueductos comunitarios han estado al margen de las decisiones de la alcaldía desde hace mucho tiempo. Solo desde el 2011 tienen algún tipo de acompañamiento, pero este no ha sido suficiente", destacó Garavito.
La edil señaló que, debido a la falta de apoyo, los acueductos comunitarios como el de ACUALCOS no cuentan con los recursos necesarios para mejorar su infraestructura ni para obtener más caudal de las concesiones otorgadas por la CAR, lo que provoca que la sequía sea una constante en cada inicio de año.
Falta de recursos frente a la emergencia
Garavito también mencionó que el Acueducto de Bogotá, en las mesas técnicas realizadas en 2024, admitió que no cuenta con los recursos para financiar el envío de carrotanques a las instalaciones de ACUALCOS. Sin embargo, la edilesa destacó que “el acueducto no tiene los recursos para atender una emergencia crónica que afecta a 26,000 personas cada año, pero gasta mucho más en publicidad que lo que se necesitaría para resolver esta situación”, denunció Garavito.
Denuncias de abandono y desinformación
La respuesta de las autoridades frente a la crisis del agua ha sido insatisfactoria para los habitantes de Chapinero, quienes desde hace aproximadamente 30 años enfrentan la misma problemática cada año.
Garavito mencionó que las denuncias y solicitudes realizadas por los residentes de la UPZ al Acueducto de Bogotá han sido constantes, pero la administración ha ignorado sistemáticamente sus necesidades.
“Son múltiples las denuncias y peticiones que han hecho los residentes de esta UPZ al Acueducto sobre la grave situación que enfrentan. Manifiestan el olvido y el abandono al que han sido sometidos por las administraciones, a pesar de conocer la problemática”, señaló la edila.
Soluciones ignoradas por el Distrito
A pesar de las mesas de concertación realizadas con las entidades competentes, Garavito reveló que las posibles soluciones propuestas por el Acueducto Comunitario ACUALCOS han sido completamente ignoradas por el Distrito y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB).
Según Garavito, las mesas de concertación no han servido para dar respuesta a los problemas de la comunidad. “Las conclusiones de estas mesas son dilataciones y desinformación, sin ofrecer soluciones concretas. Las propuestas del acueducto comunitario han sido ignoradas, lo que demuestra una falta de interés real por resolver la crisis del agua”, expresó la edilesa.
Un llamado a la acción inmediata
Ante la falta de soluciones efectivas y la constante crisis del agua, Garavito hizo un llamado urgente a las autoridades locales para que tomen medidas reales y permanentes para resolver esta problemática que afecta a miles de habitantes de Chapinero.
"Es hora de que el Distrito tome en serio esta situación. No podemos seguir esperando. Las familias necesitan soluciones concretas y sostenibles, no más promesas vacías", concluyó Garavito.
