Por: Miguel Ángel Cortés
Con 10’372.730 votos (53,98 por ciento), Colombia optó por Iván Duque como nuevo presidente. No obstante, hay más de 8 millones de electores (41,81 por ciento) que se fueron por Petro en varias regiones del país, sumado a una fracción de un poco más del 4 por ciento del voto en blanco. Así se configura el nuevo mapa electoral y político del país.
Petro queda liderando la oposición
El politólogo Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, resalta la división que hubo entre los votantes y considera que con estos resultados la mitad del país le dijo no a Duque.
“Un 54 por ciento no les dan las mayorías que necesitan (…) Vamos a ver las primeras señales de cambio, porque la oposición que le hizo Uribe a Santos va a ser la misma que le va a hacer Petro a Duque ahora en el Congreso”, señala.
Haciendo cálculos, con la curul en Senado que adquiere el líder de la Colombia Humana en el Congreso, al quedar segundo en las votaciones, serían 26 congresistas que pasan a integrar una bancada que hará contrapeso al Gobierno de Iván Duque desde el legislativo.
Elizabeth Ungar, exdirectora de Transparencia por Colombia, coincide en afirmar que la de Duque no fue una victoria arrolladora y eso traza un nuevo panorama en la política nacional, a pesar de que haya un Congreso mayoritariamente de centro y centro derecha.
“Está la bancada de centro izquierda más grande históricamente y un presidente que obviamente nadie lo va a desconocer, obtuvo una victoria importante. Sin embargo, cerca del 50 por ciento de los electores, no votaron por el presidente electo, a eso hay que sumarle el voto en blanco, que fue muy bajito frente a lo que algunas personas esperaban, además del abstencionismo”, explica.
Ungar señala que los votos de Fajardo se le fueron fundamentalmente a Petro y de esa manera, el candidato derrotado se convierte en el jefe de la oposición. “Tiene 8 millones de votos y si uno hace las cuentas, esos votos que obtuvo Fajardo favorecieron mucho más a Petro que a Duque”, agrega.
En palabras de esta analista, ese centro que tuvo una votación tan significativa en la primera vuelta presidencial, “se desfiguró en esta nueva elección”.
Voto en blanco sin mayor impacto
Otro aspecto a analizar es el volumen del voto en blanco, que impulsado por diferentes figuras de la política, esperaba reunir a grandes cantidades de electores en las urnas. Pero al final solo legó a los 808.368 votos (4.2 por ciento), ninguna diferencia sustancial frente al margen de 4 por ciento obtenido en la segunda vuelta de las presidenciales de 2014.
Para Ávila, en medio de este panorama, pierde Sergio Fajardo y todos aquellos promotores del voto en blanco, quienes le entregan la oposición a Gustavo Petro.
Balance por regiones
El director de la Fundación Paz y Reconciliación sostiene que los resultados no favorecieron a Petro con las diferencias evidenciadas en regiones como el Eje Cafetero, Antioquia o los Santanderes, donde su contendor sacó mucha ventaja.
“En Antioquia fue un millón de votos de diferencia, entonces Petro no tenía por donde recuperarlo. Duque, yo creo que hace la diferencia en Santander, Cundinamarca, Norte de Santander e incluso Boyacá queda bastante ajustado con 80 mil votos de diferencia”, indica.
En cuanto a puntos importantes de cambio en las tendencias, expone que Duque perdió en Valle del Cauca, donde había ganado en primera vuelta. Allí triunfa Petro, quien llevó la delantera en toda la región Pacífico, además de recibir los votos de Fajardo en la capital del país y consolidar así su victoria en esa plaza.
“Duque también le da la vuelta a Petro, pero con baja votación en La Guajira. En prácticamente todo lo demás las tendencias son las mismas, lo que se amplían o se reducen son las diferencias porcentuales en cada departamento”, puntualiza.
Ariel Ávila destaca que en estos comicios la paz le cumplió a Colombia. “Ni una sola mesa, ni un solo puesto fue trasladado por temas de violencia. El proceso de paz sirvió”, comenta.