Adolfo Bustillo y Eder Hernández respiran cine. No hay conversación en la que no hagan alusión a las películas de Quentin Tarantino, David Lynch, Terry Gulliam, Robert Zemeckis y otros cineastas que están en la lista de sus directores favoritos.
Son mejores amigos y compañeros de clase en el colegio público Comfamiliar del barrio San Juan de los Campanos de Cartagena. Cada día ven al menos una cinta que debe cumplir un requisito clave: los debe hacer pensar. No tienen nada que decir sobre la saga de Rápidos y Furiosos, pero pueden dar una clase sobre la obra cinematográfica de Stanley Kubrick.
Con 12 años Adolfo es el más joven y más pequeño en estatura. Su padre era un cinéfilo que le transmitió la pasión por el séptimo arte. Lo invitaba a ver películas no aptas para el público infantil. Sus allegados no entienden cómo a los 8 años ingresó a un teatro para ver 'La Piel que habito', la cinta de Pedro Almodóvar, que sonrojaría a cualquier padre de familia.
Eder es un año mayor que Adolfo, sin embargo, con frecuencia reconoce que su amigo sabe más sobre cine. Su película favorita es Forrest Gump porque habla sobre las personas diferentes. Se siente identificado con él protagonista cada vez que sus compañeros y vecinos lo tildan de raro.
“Muchas personas nos dicen ustedes son raros, pero yo les digo que no soy raro, que ellos son muy simples, en la medida en que nos gusta mucho el cine inteligente” - Eder Hernández.
Una vez al mes los dos niños asisten al Moviclub. Son encuentros que la Fundación Festicinekids organiza con estudiantes de colegios públicos y privados de todos los estratos, con el fin de darles herramientas para cambiar sus vidas mediante el cine.
Además de ver películas, los menores aprenden sobre lenguaje cinematográfico, construcción de personajes, manejo de cámaras y producción, entre otros.
En esas clases Adolfo y Eder se destacaron. Fueron elegidos para hacer parte del jurado del festival que la fundación organiza todos los años y permite a los seleccionados hacer sus propias películas con acompañamiento profesional.
Al lado de sus compañeros Adolfo dirigió 'Pedazos de Paz', una historia de cinco minutos, en la que quiso usar la técnica empleada por Quentin Tarantino en una de sus cintas más aclamadas.
“Yo me basé en la estructura narrativa de 'Pulp Fiction', que era desordenar el guion y hacer que la persona lo pueda entender, con una historia que nos dice que la paz no se ve en lo visual, sino en los diálogos” - Adolfo Bustillo.
'Laberintos de paz' fue el cortometraje dirigido por Eder. En su película quiso contar la manera en que se puede construir paz desde acciones cotidianas.
La experiencia de dirigir sus propias historias marcó a los pequeños. A sus 12 y 13 años de edad quieren aprender todo lo que sea posible para convertirse en los próximos Quentin Tarantino de Colombia.
Escuche a continuación el audio de la crónica radial de esta historia, sobre cómo dos pequeños amantes del séptimo arte decidieron hacer cine para la paz:
Explore la siguiente galería con las mejores imágenes de Adolfo, Eder y todo su equipo de producción: