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CERRAR

A manera de coletilla: José Salgar pasó de la calle al cielo

Diego Alfonso, productor de 'El Atardecer' y quien fue alumno de José Salgar en la Universidad Sergio Arboleda, hace una semblaza de este maestro del periodismo colombiano fallecido el pasado domingo en Bogotá.
"Póngale alma" fue la gran lección que me regaló don José Salgar como decano de la escuela de Comunicacion Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda en el último lustro del pasado siglo".
Esa frase la pronunció luego de revisarme dos malogrados escritos que hacía para un editorial de 2074 "el periódico de 2000 hecho en la calle 74", un producto editorial que él ideó y con el que me contagió esa pasión por la prensa escrita que cobijó al "mono" por casi 80 años.
Desde el consejo editorial de ese medio universitario traté de hacer el mejor periódico del mundo, otra de las lecciones del maestro Salgar que, peldaño a peldaño, logró llegar a la dirección de El Espectador, conociendo todos los procesos de ese impreso que, luego de una racha trágica, con coraje y trabajo fue considerado, en los primeros años de los 90, uno de los mejores 8 periódicos del mundo, listado en el que figuraban, entre otros, The New York Times y Financial Times de Gran Bretaña.
Por supuesto que don José fue, junto a los Cano y a un disciplinado grupo de periodistas, artífice de esta distinción que puso a un diario de un país tercermundista en la élite de la prensa escrita del mundo. Esa historia se convirtió para mí en una enseñanza para la vida, pues desde esa época trato de que cada medio de comunicación donde trabajo sea el número uno.
Una anécdota curiosa que me pasó junto al que considero el "decano del periodismo colombiano" fue la retención que nos hicieron en alguna oficina de seguridad del Estado por cerca de 20 minutos. Un mediodía me invitó a tomar mi vieja Pentax K 1000 para pasear con él el sector que rodeaba la universidad con el fin de ir construyendo un banco de imágenes para 2074.
En una de las tomas quedó plasmado un edificio donde, no recuerdo bien, funcionaba una oficina del DAS o la Fiscalía, lugar del que salieron dos personajes que no escucharon nuestras explicaciones y nos hicieron entrar a una sala, nos pidieron las cédulas y revisaron antecedentes.
Al final, ya libres, continuamos nuestra tarea fotográfica. Al regresar a la universidad don José les contó a algunos profesores con un toque de humor que estuvimos presos.
Ahora, casi 15 años después, caigo en la cuenta que esa invitación a pasear’ por aquel sector fue una de las razones por las que el periodista que recibió en vida todos los reconocimientos que se hacen en el país a quienes ejercemos el oficio, se hizo conocer como el "Hombre de la calle". El también maestro de periodismo Miguel Ángel Bastenier, luego de conocerse la noticia del deceso, trinó: José Salgar siempre entendió que el periodismo nacía y crecía en la calle’; a lo mejor también ayudó sus viajes por todo el mundo, donde siempre se movió como pez en el agua’.
Recuerdo que nos hablaba de sus largas charlas telefónicas con Gabo, quien lo llamaba desde México para recordar con él antiguas experiencias que luego le servían al Nobel en uno de sus escritos, también de esos destinos que recorrió por el mundo, a donde primero que todo llegaba a revisar periódicos. Alguna vez nos dijo que en Colombia pensábamos que en el mundo no nos conocían, pero que él había leído artículos sobre la situación del país más completos y eruditos en otros medios del orbe que aquí mismo.
Según me contó su nieto, Daniel Salgar, quien trabaja en la sección internacional del diario al que el mono’ le entregó su alma y vida, don José se despidió de este mundo en completa calma, sentado en su silla favorita en la biblioteca de su casa, también su lugar preferido. Se fue con la tranquilidad del deber cumplido y de dejar su ejemplo de humildad, coraje, disciplina y trabajo en sus seis hijos, 18 nietos y en quienes tuvieron la fortuna de trabajar con él y ser sus alumnos.
Por Diego Alfonso
Productor de El Atardecer

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