Cada año, mientras elevamos nuestros agradecimientos por todo lo bueno transcurrido y porque lo malo pase y se vaya, queda siempre un recuerdo para los seres queridos que ya no están entre nosotros. Junto con ellos y del otro lado, hubo creadores que tal vez no conocimos en persona, pero por cuya obra hay que dar las gracias, por lo que ha representado para nosotros mismos y para la cultura de todo un país. Su obra nos queda finalmente como testimonio de vida. Por eso en Radio Nacional de Colombia recordamos a los músicos nacionales que fallecieron este año.
Enero de 2023 inició con la noticia de la muerte de la cantante barranquillera Haydée Barros Ledesma, reconocida por haber integrado la orquesta de Lucho Bermúdez en la década del 60 y por su trabajo en proyectos como Los Veteranos del Caribe, Grupo Maya y Ondatrópica. Ese mismo día se despedía también el compositor e intérprete de arpa y órgano colombo-italiano Mauricio Nasi Lignarolo, creador de tendencia neoclásica, docente de la Universidad Nacional y divulgador de contenidos sobre música en la antigua Radiodifusora Nacional de Colombia, hoy Radio Nacional.
El día 6 de ese mes se enlutó el folclor vallenato por la muerte del acordeonero y productor de Barrancabermeja Víctor “Rey” Reyes, quien ejecutara su instrumento para cantantes como Miguel Morales, Jorge Luis Ortiz, Iván Villazón y Silvestre Dangond. Y luego, el 28, como si ese golpe hubiera sido poco, fallecía el compositor y cantautor sanjacintero Adolfo Pacheco Anillo, célebre juglar de los Montes de María recordado por canciones como 'El mochuelo', 'El viejo Migue', 'Mercedes', ‘El tropezón’ y, sobre todo, ‘La hamaca grande’. Su extensa obra musical está conformada por vallenatos, cumbias, porros, chandés y hasta boleros. De todos ellos, unos 180 temas llegaron a ser grabados por él mismo y por otros intérpretes.
El 1 de febrero llegaba la noticia de la desaparición física, a sus 87 años, del compositor huilense Álvaro Córdoba Farfán, autor de decenas de canciones, entre ellas el reconocido vals ‘Veinte años’, popularizado por Rómulo Caicedo. El 8 de ese mismo mes falleció a consecuencia de un infarto en su oficina en Sayco, donde fungía como director societario, el compositor guajiro Armando Romero Molina, autor de temas grabados por Diomedes Díaz, Silvestre Dangond, Peter Manjarres, Los Betos y Jorge Oñate. Llegado el mes de marzo, supimos de la triste partida del cantante sanandresano Samuel “Sammy” Hudson, vocalista principal de la legendaria banda de reggae Magical Beat y parte de la agrupación K-yo.
El 7 de abril nos llegaba la confirmación del deceso del cantante argentino Arnaldo Gil, que si bien no era de Colombia, pasó largas temporadas en nuestros territorios y compuso tangos dedicados al país, a Medellín, a Manizales y a personajes de nuestro fútbol como Carlos “El Pibe” Valderrama, René Higuita y Víctor Hugo Aristizábal, así como a los equipos Once Caldas, Atlético Nacional y Deportivo Independiente Medellín.
Luego, con apenas tres días de diferencia, el mundo de la música andina colombiana se conmovió con la muerte de los hermanos Francisco Cristancho Hernández († mayo 5) y Mauricio Cristancho Hernández († mayo 8). Ambos habían tomado la posta de su padre, el boyacense Francisco Cristancho Camargo, en los campos de la interpretación, la composición, la dirección orquestal y la pedagogía.
El 6 de junio falleció en Bogotá Carlos Villa, importante violinista caleño, cofundador de las orquestas Filarmónica de Bogotá y Sinfónica Nacional, dueño de una importante carrera en el exterior que lo llevó incluso a grabar en la orquesta de cuerdas del famoso “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” de The Beatles. Ese mismo mes, el día 21, se iba el reconocido acordeonista bolivarense Rafael Ricardo, a raíz de una isquemia cerebral. Ricardo fue compañero de fórmula de Otto Serge, con quien popularizó clásicos del vallenato como ‘Señora’, ‘El Mochuelo’, ‘Bendita Duda’ y ‘Esposa mía”.
Llegado el mes de julio se confirmó la muerte, el 26 de ese mes, de la cantadora bolivarense Ceferina Banquez, representante de la tradición del bullerengue y la chalupa, declarada Reina del Festival de Bullerengue de Maríalabaja, Bolívar, en 2009, y responsable de tres trabajos discográficos que hablaron de la alegría de su tierra, pero también del dolor y de las consecuencias del desplazamiento forzado.
En agosto lamentamos la pérdida del baterista boyacense y decano del jazz colombiano Javier Aguilera († agosto 18), batallador de la época de los primeros clubes y bares de jazz bogotanos y memoria de ese universo, gracias a las grabaciones informales que realizaba en esos mismos lugares y a la escritura de al menos tres libros sobre el fenómeno, uno de ellos inédito. Ese mismo mes moría en Cali, por cuenta de las balas criminales, el músico de la agrupación Canalón de Timbiquí y gestor cultural Lisandro Vallecilla Riascos († agosto 20), así como el cantante huilense Ernesto Serrano Cuenca († agosto 23), cantante de la Orquesta Lucho Bermúdez y de Las Clásicas del Amor.
El 12 de septiembre murió el acordeonero Miguel López, quinto rey del Festival de la Leyenda Vallenata, en 1972, y parte del grupo de Los Hermanos López con quien descolló a la fama el cantor Jorge Oñate. El 25 de ese mismo mes llegaba desde Argentina la noticia de la partida de la cantante Leticia Estrada, quien en su breve temporada colombiana en la década del 60 dejara una huella en el país por sus grabaciones con las orquestas de Alex Tovar, Fabio Arroyave y Pacho Galán, en temas que siguen siendo populares en el repertorio tropical como ‘Tengo una debilidad’, ‘Burbujas’ y ‘Eso’.
Dos días después, el 27 de ese mes, nos enterábamos de la infausta partida del guitarrista y compositor Ernesto “Teto” Ocampo, personaje fundamental en el sonido de Carlos Vives como parte de su grupo La Provincia, así como de proyectos como Sidestepper, Bloque de Búsqueda, Mucho Indio y Hombre de Barro. La temprana partida de un verdadero catalizador del sonido independiente colombiano se sintió con profunda tristeza en el mundo entero.
Octubre fue el mes de la desaparición de Vicente Villa Herrera († octubre 12), cantante, trombonista y director de orquesta bogotano que hiciera parte de agrupaciones como Los Teen Agers, Los Ocho de Colombia, La Sonovíctor de Tomás Burbano y las orquestas venezolanas de Héctor Poleo y Víctor Piñero. También partieron ese mes el saxofonista y docente Agustín Martínez Arce "El Conde" († octubre 22), creador de la orquesta de salsa Los Afroíns; Manuel García Barcasnegras “Tíbiri” († octubre 24), quien a sus 97 años era el último músico superviviente de las orquestas de Pedro Laza y Rufo Garrido, para quienes compuso temas como ‘El teto’, ‘No tengo la culpa’ y ‘La tocaya de Chucho’; y Juvenal Cedeño Ochoa († octubre 31), músico de Tuluá, Valle del Cauca, intérprete de cuerdas, director de estudiantinas y parte de una de las familias más importantes de su departamento dedicadas a la música andina colombiana.
En noviembre despedimos al saxofonista y director chocoano Marcelino Ramírez Mosquera “Panadero” († noviembre 4), fundador del grupo Panadero y sus Muchachos, cofundador de la chirimía La Contundencia y primer músico en grabar en ese formato grupal a principios de la década del 80. También falleció la psicóloga y música Beatriz Wilches († noviembre 22), quien en la década del 70 conformó el proyecto instrumental indigenista Yaki Kandru en el seno de la sede bogotana de la Universidad Nacional; y el acordeonero William Molina († noviembre 22), ganador del Festival Sabanero de Sincelejo en tres oportunidades, parte de la dinastía integrada por músicos como Aniceto Molina y su padre, Anastacio Molina.
El 3 de diciembre falleció a sus 96 años el músico antioqueño León Cardona, revolucionario de la música andina colombiana y de la interpretación de la guitarra, pionero del jazz en Colombia, director artístico de Sonolux por varios años y compositor de temas instrumentales como ‘Bambuquísimo’, ‘Optimista’, ‘Gloria Beatriz’, ‘Melodía triste’ y ‘Sincopando’, así como de un importante acervo vocal de bambucos y pasillos junto con el poeta Óscar Hernández Monsalve.
El 16 de ese mismo mes dejaba el mundo un pionero de la música cantinera, del tango y la ranchera hecha en Colombia: Óscar Agudelo Márquez, nacido en Herveo, Tolima, en 1932, y quien popularizara clásicos populares latinoamericanos como ‘La cama vacía’, ‘Desde que te marchaste’, ‘China hereje’, ‘Quisiera amarte menos y ‘Rosas de otoño’. Y al cierre de tanta nostalgia, partió el sábado 23 de diciembre, un día antes de su celebrado domingo 24, el Rey sin Corona del vallenato, el sucreño Lisandro Meza.
Con más de 110 trabajos discográficos a su haber y una vida artística que superó los 60 años, Meza hizo parte de Los Corraleros de Majagual y fundó agrupaciones como la banda Los Hijos de la Niña Luz y su propio conjunto sabanero, con quienes inmortalizó composiciones propias como ‘El siete’, ‘Cumbia del amor’, ‘Acordeón pitador’, ‘Este pobre corazón’ y ‘Cumbia pa’ oriente’; así como otras obras ajenas con la recordación de ‘Las tapas’, ‘El guayabo de la ye’, ‘Entre rejas’, ‘Baracunátana’ y ‘Estás pillao’.
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Importante evocar también en este recuento a dos importantes investigadores musicales que fallecieron este año: el caldense Jaime Rico Salazar († 9 de julio), autor de textos imprescindibles como “Cien años de bolero”, “La canción colombiana: su historia, sus compositores y sus mejores intérpretes”, “Las canciones más bellas de Colombia” y “Diccionario de la canción popular en Colombia”; y el antioqueño Carlos Alberto Echeverri Arias († 15 de septiembre), historiador del fenómeno tango en Colombia previo a la visita de Gardel y biógrafo del compositor Álex Tobar y del dueto Obdulio y Julián.
Radio Nacional de Colombia envía un abrazo de condolencias a los familiares y fanáticos de todos estos grandes representantes de nuestros sonidos y los invita a que hoy sábado, a partir de las 12:00 del mediodía, los sigamos recordando en la maratón ‘In Memoriam 2023’, dedicada a exaltar la labor de cada uno de ellos.