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¿Es verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor? Las trampas de la nostalgia

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
Las trampas de la nostalgia
Foto: The Conversation
Oliver Serrano León, Universidad Europea

Es un lugar común escuchar que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. La frase, que aparece en el poema Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique, refleja una nostalgia que atraviesa culturas y épocas. Pero ¿es una verdad objetiva o una construcción psicológica?

Analizar este mito desde la psicología permite comprender qué lo origina y cómo afecta a nuestra percepción de la realidad.

La nostalgia como mecanismo psicológico

La nostalgia es una emoción poderosa que juega un papel adaptativo: conecta con las raíces, refuerza la identidad y proporciona consuelo en momentos de incertidumbre. Sin embargo, esta mirada al pasado no siempre es objetiva, ya que la memoria humana tiende a filtrar eventos negativos. Es lo que se conoce como el “sesgo de positividad”.

Por ejemplo, una infancia recordada como una época libre de preocupaciones puede omitir conflictos familiares o estrés escolar, centrándose únicamente en los juegos y momentos agradables. Esa tendencia a la idealización puede distorsionar la percepción de los períodos históricos, generando la falsa creencia de que antes las cosas eran más sencillas o mejores.

El efecto “rosado” de la memoria

La psicología también explica que se idealiza el pasado debido a una memoria selectiva. Este efecto, conocido como “memoria rosada”, está bien documentado: algunos estudios revelan que las personas recuerdan eventos con más optimismo del que realmente experimentaron.

Un ejemplo común es la música. Muchas personas creen que las canciones de su juventud eran superiores a las actuales. Sin embargo, diversas investigaciones sugieren que este apego tiene más relación con la asociación emocional que con la calidad objetiva de las composiciones. Además, la repetición mediática de cierta música o eventos culturales de décadas pasadas refuerza dicha percepción.

Cambios culturales y percepción de amenaza

Otra razón por la que se idealiza el pasado es la ansiedad generada por los cambios culturales. Como las personas suelen considerar su época de formación como un punto de referencia ideal, a medida que envejecen y la sociedad evoluciona perciben esos cambios como amenazas a su estabilidad.

Por ejemplo, aunque se afirma que la tecnología ha erosionado las relaciones interpersonales, estudios recientes destacan que las plataformas digitales fortalecen vínculos sociales de maneras impensables en el pasado.

A pesar de ello, la narrativa nostálgica sobre las “conversaciones reales” ignora que cada época tiene sus propias formas de interacción adaptadas a los avances tecnológicos.

¿Qué pasa con las crisis?

Un argumento común es que las crisis que vivimos parecen más graves que las del pasado. Esta percepción está influenciada por el sesgo cognitivo conocido como “heurística de disponibilidad”. Los problemas actuales están más presentes porque se viven en tiempo real, mientras que los del pasado se diluyen en la distancia temporal.

Por ejemplo, aunque se cree que antes se vivía en un mundo más seguro, los datos contradicen esta idea: la tasa de homicidios ha disminuido significativamente en gran parte del mundo desde los años 90.

Asimismo, la percepción de que las catástrofes naturales eran menos frecuentes en épocas pasadas ignora el aumento de la cobertura mediática en las últimas décadas.

Más mitos psicológicos que embellecen nuestros recuerdos

Los siguientes sesgos también contribuyen a que idealicemos el pasado:

  • Sesgo de confirmación. Lleva a buscar información que reafirme creencias previas, ignorando datos que las contradicen. Al centrarnos en aspectos positivos, se refuerza la idea de que “todo tiempo pasado fue mejor”. Este fenómeno también se ve reflejado en debates sociales y políticos, donde se añoran épocas percibidas como más “ordenadas” sin considerar las desigualdades o limitaciones de esas épocas.
  • “Falacia del costo hundido”. Induce a mantener ideas o decisiones porque ya se ha invertido mucho en ellas, como el apego emocional a tradiciones que quizás ya no son funcionales en el presente. Este tipo de pensamiento puede influir en la resistencia al cambio social o tecnológico.
  • Efecto “halo retrospectivo”. Ocurre cuando los recuerdos de un evento positivo hacen que toda una época se perciba como mejor de lo que realmente fue. Por ejemplo, alguien podría asociar la década de 1980 con la “mejor música y moda”, ignorando problemas como las crisis económicas o los conflictos políticos que también definieron esa época.
  • Sesgo del statu quo”. Conduce a preferir que las cosas permanezcan como están o como estaban, bajo la creencia errónea de que el cambio siempre es perjudicial. Influye en cómo las personas miran al pasado con añoranza, interpretando la evolución social y tecnológica como una pérdida en lugar de una ganancia.

Reconfigurar la perspectiva

Aceptar que el pasado no fue necesariamente mejor no significa despreciarlo. Por el contrario, reconocer las limitaciones de la memoria permite apreciar más plenamente el presente. Así, el cuestionamiento del mito abre la puerta a construir un futuro más equilibrado.

Por ejemplo, en lugar de lamentar la “desconexión” causada por la tecnología, esta se puede promover para fomentar comunidades más inclusivas y accesibles. Además, ser conscientes de los sesgos cognitivos permite abordar los desafíos actuales con mayor realismo.

Del mismo modo, valorar los avances logrados en salud, educación y derechos humanos proporciona una perspectiva más equilibrada sobre el progreso.

Caminando a un futuro sin depender de idealizaciones

El mito de que cualquier tiempo pasado fue mejor es una narrativa profundamente humana, arraigada en la psicología y la cultura. Sin embargo, al examinarlo de forma crítica, descubrimos que está más relacionado con cómo se recuerda que con cómo realmente se vivió.

Desafiar esta idea permite abrazar el presente con mayor conciencia y trabajar hacia un futuro que no dependa de idealizaciones.The Conversation

Oliver Serrano León, Director y profesor del Máster de Psicología General Sanitaria de la Universidad Europea de Canarias, Universidad Europea

 

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