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“Aquí no hay ningún cartel del covid-19”: médico especialista

El Hospital Universitario Nacional (HUN), que fue inaugurado en mayo de 2016, también ha tenido una labor importante durante la pandemia.
Richard Hernández

Las UCI se han convertido en una especie de tablero de ajedrez en donde médicos(as), anestesiólogos(as), internistas, enfermeros(as) y radiólogos(as) entre otros, se enfrentan con un fuerte enemigo invisible, que cada día va ganando más terreno.

Ante esta situación, el Colegio Médico de Bogotá y otras organizaciones propusieron la necesidad de implementar una nueva cuarentena estricta, para evitar el colapso de los servicios de salud de la ciudad. Por su parte, el presidente Iván Duque señaló que, si las UCI de la ciudad se llenan, se podrán usar varias de las que hay disponibles en el departamento de Cundinamarca.

Sin embargo, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López ha dicho que “no hay ni habrá colapso” y “a todos los pacientes que requieran hospitalización o UCI los atenderemos oportunamente”.

El Hospital Universitario Nacional (HUN), que fue inaugurado en mayo de 2016, también ha tenido una labor importante durante la pandemia. Esta entidad aumentó su capacidad de 15 a 47 camas de cuidados intensivos. Además, tuvo que agregar un especialista por turno y pasar de 12 a 24 médicos hospitalarios, que hoy trabajan 24 horas al día en medio del agotamiento físico y mental.

Hablamos con el doctor José Guillermo Ruiz, internista, intensivista y director general (e) del HUN, sobre cómo el hospital ha tenido que tomar diferentes estrategias para afrontar esta emergencia.

¿Cómo ha ido enfrentando el Hospital Universitario Nacional el Covid-19?

“El hospital ha venido en un plan de aislamiento y de contingencia desde que arrancó la pandemia a nivel mundial. En enero empezamos a capacitar a nuestro talento humano sobre la enfermedad. Desde entonces hemos estado haciendo capacitaciones y actualizaciones permanentes que nos han ayudado mucho.

Con el grupo de ingeniería industrial de la Universidad Nacional hicimos un plan de expansión. Primero pasamos de tener 32 camas de cuidados intensivos a tener 47. Luego ampliarnos entre 12 a 25 camas para atender unidades de cuidados intensivos no covid-19.

A nivel de hospitalización general también hicimos una proyección de una expansión gradual que inició con 6 camas, luego con 12, posteriormente nos ampliamos a 42 la idea es llegar a 78 camas que sería nuestra capacidad.

Otros temas importantes fueron los elementos de protección personal, equipos médicos como los ventiladores y el entrenamiento de nuestro talento humano incluyendo a los estudiantes de posgrado, residentes y la tele consulta”.

Foto: Agencia de Noticias UN

Las UCI han tomado un gran protagonismo en esta pandemia

En general, el 80 % de las personas que sufren de Covid, tienen síntomas leves que se pueden manejar en el domicilio. Un 20 % requieren hospitalización. De ese 20 %, un 15 % va a hospitalización en una sala general porque requieren oxígeno y terapia, y un 5 % de estos, requieren manejo en cuidados intensivos.

Los que llegan a cuidados intensivos, son pacientes críticos con falla respiratoria aguda y que necesitan de la intubación, o sea el uso de ventiladores mecánicos que soportan la parte respiratoria del paciente mientras cursa la enfermedad.

Por ello, las UCI han cobrado tanta importancia y tanta trascendencia en el hospital. Pero sin duda los ventiladores no son todo en las UCI. También se requieren monitores, bombas de infusión, carros de paro, ecógrafos, catéteres e insumos y sin duda, lo fundamental, es el talento humano.

¿Cómo se dividen las diferentes líneas de médicos del Hospital universitario para esta esta lucha?

“Nosotros tenemos un total de 12 especialistas en medicina crítica y cuidados intensivos, que son los especialistas o más bien los super-especialistas, dedicados a la atención de esta patología del paciente crítico.

Tenemos una segunda línea de médicos especialistas no intensivistas, entre los que contamos internistas, anestesiólogos, cirujanos generales, incluso tenemos geriatras dentro de ese grupo.

Además, contamos con un grupo de médicos hospitalarios que son médicos generales con algún tipo de entrenamiento básico en cuidados intensivos, y otro grupo de residentes, conformado por médicos que están haciendo su especialización en diferentes áreas de la medicina y son un gran apoyo”.

¿Cómo ha impactado la reciente aceleración de contagios del Covid-19, a la UCI?

“El tema ha sido bastante complejo. Nosotros en abril y mayo utilizamos la estrategia de suspender la cirugía grande de alta complejidad y limitar la atención en consulta externa. Esto nos llevó a tener una disminución importante en la ocupación del hospital que llegó a estar en un 30 %.

Ya a mediados de junio empezó a verse un importante incremento en los casos del Covid-19, esto nos ha impactado de manera significativa, porque de las 47 camas dedicadas para esta enfermedad, la ocupación ha estado cercana al 100 %. Eso en términos de ocupación”.

¿Y en términos de gastos?

“Los costos se han multiplicado en ocasiones hasta en un 450 %, sobre todo por los elementos de protección personal para todo el equipo de salud. El costo promedio diario está alrededor de un millón de pesos por paciente. También el precio de los medicamentos (que además empiezan a escasear) han tenido un incremento alto por la especulación y eso nos ha perjudicado enormemente”.

¿Y la parte de contagios del personal cómo los ha afectado?

“Hemos tenido alrededor de 38 compañeros de la salud afectados por la enfermedad y esto nos ha impactado de manera importante. Por eso hemos dispuesto desde el comienzo de la pandemia, una serie de líneas de atención psicológica con ayuda de nuestros psicólogos y psiquiatras. El otro tema es el cansancio, la enfermedad y el aislamiento obligatorio de algunos de nuestros trabajadores”.

¿Cómo iba funcionando el HUN en sus cuatro años de fundado, antes de la pandemia?

Antes de la pandemia, el hospital se había especializado en la atención de alta complejidad de pacientes adultos y veníamos posicionándonos en el mercado. Estábamos haciendo cerca de 1.200 cirugías mensuales, alrededor de 9 mil consultas sub especializadas en atención externa, y teníamos una ocupación en hospitalización cercana al 90 %.

En cuidados intensivos, aunque era muy variable teníamos una ocupación del 50 % antes de la pandemia. También estábamos avanzando en el tema de trasplantes, en cirugías cardíacas, neurológicas, de hemodinámica y de neurointervencionismo que son las fortalezas que tiene el hospital.

¿Cuáles son las necesidades para optimizar los servicios de la UCI?

“Las necesidades son muchas, sobre todo en los recursos económicos necesarios para la compra de equipos e insumos. Yo aprovecho para recurrir a la generosidad de la comunidad en cuanto a las donaciones al hospital. La solidaridad se sintió más al comienzo de la pandemia, pero por el tema económico, ha ido disminuyendo notablemente.

Con esos recursos se pueden comprar: ventiladores mecánicos y de alto flujo, ecógrafos con sonda cardiaca, monitores de gama alta y media, central de telemetría, video laringoscopio, tomografía de impedancia eléctrica, sillas para paciente UCI, electrocardiógrafo, carros de paro, cuyo valor aproximado se calcula en $ 8.114.400.000, sin incluir los gastos del personal requerido”.

¿Es necesario implementar una cuarentena estricta para evitar el colapso de las UCI?

“Pues es una pregunta compleja de responder. Posiblemente desde el tema de salud pública puede tener repercusiones favorables. Desde el punto de vista económico, tal vez no se soporta tener un aislamiento completo como el de abril y mayo. Creo que los aislamientos en los focos de mayor contagio, como lo está haciendo la alcaldía en diferentes localidades de la ciudad, han dado buen resultado.

Creo que también las medidas de protección como el uso del tapabocas, el lavado frecuente de manos y el distanciamiento social, son medidas que impactan favorablemente. Obviamente llevamos cinco meses en esta situación y uno entiende que la gente esté cansada y que a veces baje la guardia.

Pero no lo podemos hacer porque, sin duda, estamos en la parte ascendente de un pico que ha cobrado más de 10 mil muertes en el país y ha contagiado a más de 290 mil ciudadanos colombianos. No podemos bajar la guardia sobre todo por aquellos que requieren cuidados intensivos, y que tienen una alta tasa de mortalidad. Es un tema preocupante”.

 José Guillermo Ruiz, internista, intensivista y director general (e) del Hospital Universitario Nacional (HUN)

¿Qué hacer para que mucha gente tome conciencia del peligro del covid-19 y acate las medidas de bioseguridad?

“Desafortunadamente, a veces la gente le cree más a los que no son expertos en temas sanitarios que a nosotros mismos. El mensaje es que esto es real. Es una enfermedad que es nueva, que no conocemos perfectamente bien, pero que sin duda es una enfermedad muy errática.

Es una enfermedad difícil de diagnosticar. Una prueba negativa inicial, no descarta la enfermedad. La sensibilidad de la prueba no es del 100 % segura. A veces se requieren dos o tres pruebas si el cuadro clínico es sugestivo.

El principal mensaje es que aquí no hay ningún cartel del Covid.19. A los médicos no nos pagan para que los pacientes se enfermen. Eso sería absurdo. Nosotros estamos poniendo una alta cuota de sacrificio que debe ser reconocido. Cuando la gente habla de un negocio, yo sí los invitaría a mirar los costos que tiene la atención de un paciente con Covid-19, un gasto muy importante para los escasos recursos que el sistema de salud tiene”.

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