El 10 % de las plantaciones de banano del Huila están afectadas por la presencia del hongo ‘Fusarium’, contra el cual no hay remedio, así lo dio a conocer Tamara Helena Jiménez, gerente de la regional Huila del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
“Se trata de un hongo muy agresivo que está afectando las plantaciones en por lo menos tres municipios del departamento del Huila (Tello, Palermo y Algeciras), generando pérdidas millonarias y amenazando con llegar a otros municipios”, explicó la funcionaria.
El hongo afecta la variedad nativa de banano que es la preferida por los cultivadores del Huila y la más apetecida en el mercado nacional. Se detectó por primera vez en el Huila en el año 2014 en unos cultivos del municipio de Tello. En el país se descubrió en el año 1954 en el Urabá, época en la que fue necesaria la conversión por variedades que fueran resistentes al hongo.
Afectados por el hongo y los intermediarios
Tulia Trujillo es la tesorera de la Asociación de Productores de Banano de Algeciras. Ella asegura que en desarrollo de los primeros inventarios se tiene información de por los menos cuatro productores afectados con el hongo, lo que en total sumarían unas 20 hectáreas, aunque calculan que las pérdidas pueden ser superiores.
Para Tulia, sin lugar a duda, el hongo es un gran problema, pero defiende a los productores que se niegan a sembrar una variedad que es resistente al Fusarium.
“La variedad criolla tiene mejor salida por su sabor y por la resistencia. Las nuevas variedades son muy delicadas y se dañan mucho en el transporte, recordemos que el banano es una fruta muy delicada que, si pierde presentación, baja de precio”, recalcó la funcionaria.
Trujillo insiste en que, si bien el hongo es el gran problema del momento, el peor es el intermediario que les compra el producto a muy bajo precio, generando ganancias mínimas para los productores.
No se pueden imponer cuarentenas
Carlos Felipe Sierra, ingeniero agrónomo y secretario de la Cadena Frutícola de la Secretaría de Agricultura del departamento del Huila, explicó que, al no existir una regulación estricta frente a este cultivo, el caso no se puede atender como una plaga de control oficial.
De ser decretada una plaga de control oficial, esto permitiría imponer cuarentenas u otras medidas más exigentes. Sin embargo, según afirma Sierra, “por el momento solo resta que los agricultores tomen las medidas y esas son las recomendaciones que estamos entregando con el ICA”.
Tal como informó Sierra, la única solución, al no existir un agroquímico que controle el hongo, es sustituir los cultivos por una variedad resistente, sin embargo, -aclara- los campesinos del Huila no están dispuestos a hacerlo. “En el Huila se hizo años atrás una campaña para el cambio de variedad, pero esas otras poco gustan, pues sus características son muy distintas al gusto de los huilenses y en general del colombiano”, recalcó.
Por el momento la recomendación de los funcionarios es afianzar las medidas de bioseguridad para no propagar el hongo entre finca y finca, empezar a utilizar semillas certificadas, dar un manejo especial a las herramientas que se utilizan (lavarlas y desinfectarlas) y evitar que personas ajenas a la finca tengan contacto con el cultivo.
“Lo claro es que donde sea detectado el hongo no hay nada qué hacer. Es decir, la mata se pierde definitivamente, por lo que la recomendación para todos los campesinos es cambiar a una variedad más tolerante, como la de exportación que se cultiva en el Urabá”, destacó.
El hongo se manifiesta en la planta con unas manchas de color naranja que aparecen en el tallo, una especie de tejido rojizo, sin embargo, debe ser un laboratorio el que lo confirme.