Durante siglos las personas han seguido fielmente la práctica de la observación atmosférica a inicio de cada año nuevo, para predecir el clima que hará durante el año entero.
Esta tradición es conocida comúnmente como las ‘cabañuelas’ y la usa en su mayoría la población rural de nuestro país, ya que es una forma de discernir los tiempos y saber cuándo será la época adecuada para la siembra de cultivos y la realización de actividades relacionadas con el campo.
¿Cómo funciona?
En Colombia las personas vigilan cuidadosamente el comportamiento del clima durante los primeros 12 días de enero, y según como se comporte el día, asimismo será el desarrollo del clima durante cada uno de los meses.
Es decir que si el primero de enero llueve todo el día, invierno será lo que acompañe todo el mes de enero y si el segundo día de enero hace calor, febrero será entonces un mes soleado y así sucesivamente hasta que llegue al día doce.
Después de haber observado los primeros 12 días, aparecen las ‘recabañuelas’, que se utilizan para confirmar nuevamente el comportamiento del clima durante el año por venir.
Este es una especie de repaso atmosférico, pero esta vez el conteo se hará de manera regresiva hasta el día 24 de enero. Así pues, el comportamiento del clima para el día 13 de enero corresponderá al mes de diciembre, el del 14 al mes de noviembre y así sucesivamente hasta que el día 24 llegue nuevamente a enero.
Posteriormente, los resultados serán cotejados con la información de los primeros 12 días para así obtener un resultado más verídico sobre el comportamiento del clima para el año en curso analizado.
Esta es una tradición que durante siglos se ha ido transmitiendo de generación en generación y, aunque con el tiempo se ha ido perdiendo, aún continúa viva en muchos departamentos de Colombia.
Asimismo, es una práctica que se lleva a cabo en varios países de América Latina y Europa, como México y España, aunque también es común que en algunos lugares se realice la observación de los días de un mismo modo, pero para el mes de agosto.
Con la utilización de este método, nuestros antepasados lograban descifrar el compartimiento meteorológico y prever el tiempo para cada actividad. Además, era común que estas tradiciones fueran acompañadas de rituales en los que se pedía por un buen clima y buenas cosechas.