Carrera de carritos de madera: una tradición que permanece en Tangua, Nariño
Esta es una competencia de descenso libre en donde los competidores hacen un recorrido de 15 kilómetros en estos carritos que de bajada desarrollan una velocidad de 80 kilómetros por hora.
El tradicional concurso de carritos de madera, una competencia única en el país, consiste en que los competidores corren en vehículos de tres ruedas hechos completamente en madera, se realiza anualmente a 28 km de la capital nariñense, en el municipio de Tangua.
Es una carrera de descenso libre que tiene un recorrido de 15 kilómetros, donde los participantes ayudados por sus familiares elaboran los carros teniendo como condición no incluir dispositivos metálicos en ellos, asegura Humberto Timaná, Secretario de Cultura de Tangua: “el componente principal del carrito es la madera, que no utilice partes metálicas, algunos tienen sus partes en caucho elaborados tradicionalmente en madera y este material, en todos los carros miramos que las ruedas, el volante, la palanca, todas sus partes son en madera.”
Esta es una competencia de descenso libre en donde los competidores hacen un recorrido de 15 kilómetros en estos carritos que de bajada desarrollan una velocidad de 80 kilómetros por hora.
El tradicional concurso con vehículo tipo triciclo, “obedece al ingenio del ilustre tangüeño, Esperidión Burbano, quien desarrolló innumerables actividades en calidad de 'Genio Criollo', entre sus aportes se pueden citar: herrero, botánico, mecánico, luthier, ebanista, fotógrafo, reparador de máquinas de coser; él inventó una máquina de fabricar agujas para las conocidas Singer”, manifiesta Javier Vallejo Díaz, fotógrafo e investigador, quien lleva el registro de esta carrera desde hace varios años.
Según lo indagado por Vallejo Díaz, don Esperidión trabajó todo en su casa, “en el taller de carpintería apoyó a dos hermanitos que le solicitaron les asegurase un cuarteto de ruedas de madera que utilizaban cómo acarreadores de agua 'aguateros'.”
El par de hermanos acostumbraba a llevar baldes y otros recipientes que llenaban en las pilas de agua públicas, que en gran cantidad existían en el casco urbano en Tangua; algún día los dos hermanos decidieron quitar los dos carretes de madera y colocaron una tabla de la cama, sobre un carro improvisado llevaron el agua se montaron ellos también, el proyecto no tuvo éxito porque tenían que conducir el móvil en descenso.
El líquido se regó y ellos sufrieron magulladuras porque los carretes no estaban adheridos a la tabla, fue entonces cuando el maestro Esperidión les elaboró un carro con 3 ruedas, al cual añadió frenos y timón.
Así es como cuenta la historia que habita en esta comarca, que, en el año de 1935, este personaje fue el primero en realizar un modelo de carro en madera, con ruedas de forma plana y utilizando el varejón o eje donde van montadas las llantas traseras.
En el año de 1950 se institucionaliza el certamen y asume su organización la administración municipal junto con el despacho parroquial, pues en este año llegó al municipio la imagen del Patrono de sus habitantes, San Rafael Arcángel.
Para el recibimiento de la imagen se programó una caravana y procesión, precedida por este carrito ataviado de flores contando con la participación de 18 carritos de madera para esta edición.
“Para los años de 1960-1967 la construcción tecnológica y perfección de los carritos de madera la toman los hermanos Federico Guerrero y Rigoberto Paz Guerrero, quienes ya les dieron una forma más aerodinámica levantado la parte delantera unos 20 centímetros, corriendo las llantas más adelante para el balanceo y las llantas las hicieron más grandes y pesadas, reencauchadas como ahora las conocemos,” continúa Javier.
Anteriormente la competencia se realizaba por carretera destapada o carretera vieja, que comunica a Tangua con su municipio vecino Yacuanquer; hoy en día “se realiza la Pol position en las empinadas calles de nuestro municipio para realizar registro desde la partida del kilómetro 15, en la Coba Negra hacia la zona urbana,” comenta el secretario de Cultura, Humberto Timaná.
Quienes elaboran estos carritos para participar en la competencia asumen el reglamento impuesto por la misma, como es prueba de alcoholemia, el uso de guantes, rodilleras, overol de seguridad, y casco para prevenir accidentes, el copiloto es de vital importancia, él va arrodillado en la parte trasera y en las curvas es quien tiene que tenderse en contracurva, para que no se vaya a volar hacia el abismo o hacia el otro lado de la vía.
Campo Guerrero, competidor de las carreras antiguas, cuenta que estos carros construidos por ellos mismos para el día de la competencia son guardados en lugares donde la intemperie no los dañe, pero muchas personas durante el año los utiliza para acarrear leña y cargar la remesa, cuando es en sentido de descenso porque los carros no tienen motor y no funcionan subiendo”, así tienen una función durante los otros días del año diferente a la de competir.
Esta tradición que solo se practica en el sur de Colombia se comparte con el vecino país del Ecuador, con la única diferencia que allá el carro lleva cuatro ruedas a diferencia del carro elaborado en Tangua que tiene tres ruedas, diseñado en forma de bólido para cortar el viento.