El 15 de julio de 2012, a sus escasos 30 años y después de varios días luchando por su vida tras ser herido con arma de fuego en extrañas circunstancias, fallecía el cantante John Jairo Sayas Díaz, mejor conocido como El Sayayín. A finales de la década del 90, al lado de otros colegas, Sayas se convirtió en punta de lanza del momento más comercialmente exitoso que ha vivido el género de la champeta.
Las primeras grabaciones del Sayayín, que incluían el tema “El escándalo”, -dedicado a un primo que andaba en malos pasos- fueron registradas en un estudio del barrio cartagenero de Bazurto, a sus 14 años. Allí, el productor José Quessep confió desde un principio en sus facultades, a pesar del escepticismo de sus colegas. Y es que en apenas cuatro años de carrera, logró llamar la atención de Sony Music, que incluyó un par de temas suyos en el compilado "La champeta se tomó a Colombia", de 2001. Uno de ellos, "La voladora", también conocido como “La suegra voladora” o “La nube voladora”, se convirtió de inmediato en un absoluto éxito, y en agosto de ese mismo año su video empezó a rotar por el canal MTV, inicio de una exposición nunca antes alcanzada por un artista de su género.
Un año después, la misma multinacional disquera lanzó un trabajo completo con el artista, bajo el nombre “De nuevo El Sayayín”. Pasó algún tiempo para el fenómeno se decantara y dejara de hacer parte del apogeo nacional más inmediato, pero el cantante siguió componiendo y girando con sus colegas, mientras se encargaba de posicionar a la champeta como el más original de los fenómenos sonoros urbanos ocurridos en nuestra costa Caribe.
Quienes alternaron en vida con El Sayayín lo recuerdan como un cantante inquieto y talentoso, cuya mayor preocupación era el bienestar de su familia. Lo primero que hizo tras triunfar, tal como se lo había prometido a sí mismo, fue construir una casa para su madre.
Luego del éxito de "La voladora", "Paola", "La píldora", "El extracto de mango" y "Gato por liebre" entre otras, había empezado a trabajar con músicos de Sincelejo en un proyecto llamado Champeporro. Fue precisamente en esa ciudad donde fue atacado con arma de fuego el 28 de junio de 2012, mientras departía en un bar, para morir dos semanas después.
El 15 de julio se conmemoró una década sin El Sayayín, figura legendaria de la champeta.